Cuando se habla de derrotas sufridas por esa gran potencia económica y militar que constituye Estados Unidos de América se suele hablar de la guerra de Vietnam, entre otras.

Pero lo cierto es que la peor derrota sufrida por Estados Unidos es la de la llamada guerra contra las drogas. En los hechos, EEUU sufre una derrota día tras día, de manera constante. Lo peor es que en esa derrota EEUU arrastra a países que son sus aliados y a los que no considera sus aliados.

Pese a que las mentes más lúcidas de todo el mundo, incluso desde el seno de Naciones Unidas, han advertido a los gobiernos que es necesario cambiar el enfoque sobre las drogas y el narcotráfico, los líderes de EEUU y de casi la totalidad de los países se empeñan en continuar esta fallida guerra.

En 2016, en el Informe mundial sobre las drogas, la Oficina contra la Droga y el Delito (UNODC) de las Naciones Unidas mostró que el número de personas en todo el mundo descritas como dependientes de las drogas aumentó a más de 29 millones en 2014, por lo menos 2 millones más que en 2015. Asimismo, resaltó que 250 millones de personas entre 15 y 64 años consumieron al menos una droga en 2014, un número que se ha mantenido estable en los últimos 4 años.

“El flujo de drogas es enteramente causado por la demanda de drogas en Estados Unidos, heroína, metanfetaminas, cocaína. La razón por la que existe un flujo de drogas es por la demanda y no hacemos casi nada sobre ello”, reconoció Kelly

Hay que agregar que por efectos derivados del consumo de drogas cada año mueren 43 mil personas en Norteamérica,  más de 81 mil en  Asia, más de 37 mil en África, más de 169 mil en Europa, más de 6 mil en América Latina y el Caribe 6.000, y en Oceanía más de 2 mil.

Esto sin contar con las decenas de miles de personas asesinadas cada año a consecuencia de la violencia que generan la llamada guerra contra las drogas y las peleas entre los narcotraficantes.

Por esta realidad ha llamado la atención que el secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., John Kelly, reconociera este jueves que su país no hace “casi nada” para acabar con la demanda interna de drogas, lo que afecta a los países vecinos.

El alto consumo de drogas en EEUU afecta sobre todo a México, Centroamérica y el Caribe, usados por los narcotraficantes internacionales para exportar las drogas hacia el atractivo mercado estadounidense.

“El flujo de drogas es enteramente causado por la demanda de drogas en Estados Unidos, heroína, metanfetaminas, cocaína. La razón por la que existe un flujo de drogas es por la demanda y no hacemos casi nada sobre ello”, reconoció Kelly.

“Tratamos de rehabilitar adictos y hacemos arrestos, pero hacemos muy poco en nuestro país, mi país, en EE.UU., para llegar a esa increíble demanda de drogas duras”, indicó Kelly.

Kelly reiteró así la idea de que el apetito por las drogas de Estados Unidos desata la violencia en los países donde se origina o por donde pasa, un enfoque diferente al que tuvo durante años el Gobierno estadounidense, que apostó por atacar el origen de las drogas y no enfrentar el problema de la demanda interna.

¿Cambiará EEUU su equivocada y fallida guerra contra las drogas?

Ojalá que así ocurra, y de paso que su peso y liderazgo internacionales alienten cambios en otros países.