Radhamés Camacho tiene siete condiciones que lo obligan a explicar con claridad su riqueza, por encima de los 60 millones de pesos, siendo un maestro con un salario que no supera los 15 mil pesos, sin ser poseedor de una herencia familiar, de una fortuna ganada de improviso o de actividades empresariales legítimas con grandes utilidades como es lo usual.
Es un político exitoso, con ambiciones de seguir creciendo, y en este momento ocupa uno de los sillones del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana, el partido gobernante, creado por Juan Bosch y sustentado en una ética del ejercicio público que Juan Bosch sintetizó en el lema “Servir al Partido para servir al pueblo”.
Es maestro, que se convierte en la condición más elevada de la patria, porque el maestro es portador del mensaje liberador, del mensaje del progreso, del mensaje de la pulcritud, y porque los maestros, además de enseñar con sus instrumentos de trabajo habituales, la piza y el pizarrón, enseñan también y sobre todo con su ejemplo.
La tercera es que Radhamés Camacho es legislador, diputado, uno de los más votados del PLD, y tiene la altísima responsabilidad de conocer, debatir y sancionar leyes que se aplican a todos y todas quienes habitamos el territorio de la República Dominicana. Su condición de legislador implica un compromiso moral, ético, transparente, para ser tomado como modelo de servidor público.
Camacho es un miembro destacado del equipo de Danilo Medina, aspirante a la candidatura presidencial por el PLD, y como parte de ese grupo debe asumir una ética más estricta, más cautelosa.
Radhamés Camacho fue miembro del Parlamento Centroamericano, es decir, fue legislador que traspasó las fronteras nacionales, conviviendo y compartiendo responsabilidades con legisladores de los países de Centroamérica. Asumir compromisos más allá de las fronteras nacionales, como ocurre con los embajadores y otros funcionarios con funciones en el exterior, implica asumir también un papel de representación de los intereses de la patria ante los representantes de las demás naciones de la región, y por tanto es más que necesario ser más transparentes que todos los demás en sus actuaciones.
La quinta condición es que Camacho es el presidente de la Asociación Dominicana de Profesores, un gremio ejemplar durante más de 40 años, con un compromiso ético con la educación, con los maestros, con el sistema educativo nacional. Como representante de la ADP Camacho ha sido miembro del Consejo de Educación, de la dirección del seguro de los Maestros. Todos los maestros del país esperan de él, su representante máximo, una explicación de por qué y bajo cuáles condiciones de negocios se ha hecho un hombre multimillonario, cuando tantos maestros sobreviven en la indigencia y la miseria.
Como sexta condición, Camacho ha sido un hombre exigente, un ciudadano con responsabilidades familiares y sociales que lo ubican en el torbellino político actual, sin asumir cargos públicos relevantes. Y se podría asumir que ha sido crítico del enriquecimiento ilícito de muchos de sus compañeros de gobierno y de partido, y hasta ayer se le veía como un hombre interesado en la ética boschista.
Y finalmente, Camacho es un miembro destacado del equipo de Danilo Medina, aspirante a la candidatura presidencial por el PLD, y como parte de ese grupo debe asumir una ética más estricta, más cautelosa y más empeñada en que su guía y líder, Danilo Medina, no resulte lesionado por sus actuaciones.
Por esas razones, Radhamés Camacho, legislador, presidente de la ADP, miembro del Comité Político del PLD, está emplazado a dar explicaciones sobre el origen de su sorprendente fortuna.