La Dirección General de Impuestos Internos (DGII) ha continuado con los grandes casos de evasión fiscal en el área de alcoholes, al someter al Ministerio Público a varios miembros de la familia Dupuy Barceló por defraudación fiscal por un monto superior a los dos mil millones de pesos. Los acusados fueron apresados y a partir de ahora deberá iniciarse una batalla judicial parecida al primer caso conocido, el de los Tremols Payero, que igualmente cometieron defraudación por un monto superior a los 9 mil millones de pesos.
Inmediatamente la Asociación de Industrias de la República Dominicana ha ofrecido su apoyo a las autoridades de la DGII, considerando que no todos los grupos empresariales forman parte de los evasores.
El apoyo a las autoridades también ocurre porque las ilegalidades cometidas distorsionan la equidad que debe darse entre los diversos grupos que participan del negocio de los alcoholes.
“La AIRD aseguró que es una forma importante de frenar las ilegalidades, las violaciones al Código Tributario y los esquemas fraudulentos que buscan ganar ventaja, afectando a las empresas formales en la República Dominicana y a las recaudaciones fiscales”, dice la declaración.
Es un esfuerzo que deberán mantener las autoridades, en procura de que las reglas funcionen para todos. Hay que suponer que las presiones de toda índole recaerán sobre los principales funcionarios de la DGII, aparte de las consabidas especulaciones de que se trata de intenciones políticas. Quienes argumentan en ese sentido carecen de la más elemental decencia y dan la impresión de que todo lo que hacen es vincular las actuaciones de los funcionarios públicos con los temas electorales. Es una manera muy osada de proteger la defraudación fiscal y la ilegalidad, y de atacar la idoneidad de las actuaciones de los funcionarios de la DGII.
El país necesita de gente que se comprometa y que trabaje al margen de las consideraciones de los apellidos y las influencias. Si alguien viola la ley, y más en el área impositiva, tiene que conocer las consecuencias de sus decisiones. Aplausos para los funcionarios de la DGII, y en particular para su director Magín Díaz.