El proyecto para crear l Banco Dominicano de Desarrollo de las Exportaciones (BANDEX) a partir del estatal Banco BNV, tiene un error de origen: carece de credibilidad.
Para nadie medianamente informado es un secreto que la banca, de cualquier naturaleza, opera sobre la base de la confianza, de la transparencia y la credibilidad de quienes depositan sus dineros.
En este caso, tanto el sector empresarial, representado por el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), como el sector laboral, a través de sus diversas representaciones, más las voces autorizadas de especialistas en finanzas, han dado la voz de alerta sobre la inviabilidad del BANDEX, por lo menos en la forma que ha sido concebido hasta el momento.
El CONEP, aunque reconoce la importancia para el sector exportador de la creación del Banco Dominicano de Desarrollo de las Exportaciones, rechaza que se quiera emprender en base a la confiscación de los fondos de los trabajadores.
La historia de entidades similares, que se basaron en el ahorro obligatorio impuesto a los empleados, como el fracasado Banco de los Trabajadores, es conocida, y nadie quisiera que se repita.
Ciertamente, los fondos de pensiones constituyen un importante filón de recursos que bien podrían invertirse, de manera segura, para generar rentabilidad, tanto para los dueños de este dinero, que son los afiliados a las AFP, como para las entidades financieras que los administran, y de paso el propio Estado dominicano.
Pero no se puede jugar a la aventura. Está en riesgo lo poco que pueda acumular un trabajado en toda su vida, con la esperanza de no quedar totalmente desamparado cuando ya no pueda estar incorporado a la actividad productiva.