Mientras el Ministro de Economía y Planificación, Temistocles Montás, confirma lo dicho por Luis Reyes el Director de Presupuesto, en el sentido de que el gobierno no tiene dinero para aumentar los miserables salarios de los agentes policiales (salarios cebolla, porque dan ganas de llorar), Nuria Piera pone en evidencia, mediante un reportaje con muchos detalles, la irracionalidad del Gobierno entregando millones y millones de pesos a una institución parasitaria como la Autoridad Nacional Marítima (ANAMAR).

La denuncia del raso policial Daurin Muñoz Martínez sigue presente en la conciencia pública, pues es vergonzoso que el Estado esté pagando salarios indignos como 5,000 pesos a un agente policial. El reclamo se escucha, se entiende y se reclama que el gobierno revise sus posibilidades presupuestarias, y dos funcionarios niegan la posibilidad de aumentar los salarios de los agentes policiales. La sentencia es demoledora: No hay dinero.

El en reportaje presentado por Nuria Piera sobre ANAMAR se muestra lo contrario. Cada año se asignan entre 40 y 50 millones de pesos a una entidad sin capacidad técnica, sin estructura real, sin supervisión, para realizar trabajos que nadie conoce, y esos fondos se distribuyen entre familiares y amigos, simpatizantes o relacionados de la familia del director de ANAMAR, Pascual Prota, o de la Fuerza Nacional Progresista, uno de los grupúsculos que se ha acostumbrado a vivir del presupuesto nacional.

Lo que se está solicitando a las autoridades no es un aumento general de salarios en la Policía Nacional, que sería correcto, sino dignificar los salarios cebolla de los más bajos estamentos del cuerpo policial, que son a su vez los más propensos a caer en la delincuencia, y los que más arriesgan sus vidas en los patrullajes y otras actividades de interdicción de la delincuencia.

Las dos caras de una misma moneda. Hay dinero de sobra para la corrupción, el aprovechamiento, el pillaje, como ocurre en ANAMAR, y no hay dinero para la seguridad ciudadana a través de salarios dignos a los rasos de la Policía Nacional.

Así no, señores.