La visita del presidente de Taiwán a la República Dominicana, Haití y Nicaragua es positiva para el reforzamiento de los lazos de amistad y cooperación entre estos países.
El presidente de Taiwán, Ma Ying-Jeou, estuvo en la República Dominicana los días lunes y martes, y se marchó el miércoles en la mañana, hacia Haití en la continuación de su itinerario con las naciones de Centroamérica y el Caribe que han mantenido el reconocimiento diplomático a este pequeño gigante asiático.
La República Dominicana ha hecho bien en darle la acogida calurosa, al más alto nivel, comenzando por la recepción del presidente de la República, y la condecoración más alta que le otorgó Danilo Medina, y siguiendo por el encuentro en el Palacio del Congreso Nacional, encabezado por Cristina Lizardo, presidenta del Senado y Abel Martínez, presidente de la Cámara de Diputados.
Taiwán ha sido un amigo permanente de la República Dominicana, desde que nació como República hasta el día de hoy ha mantenido constante su colaboración con nuestro país, con apoyo técnico, financiero y apoyo político en los ámbitos en que nosotros lo hemos necesitado.
La cooperación técnica tiene y ha tenido como punto destacado el apoyo en la investigación arrocera, que desde inicio de los años 60 ha permitido la alimentación del pueblo dominicano.
También Taiwán ha sido colaborador importante en la industria de frutales, de cultivo de pescados, en la producción de vegetales, y en muchos otros renglones en los que hemos recibido orientación y entrenamiento por parte de los técnicos de ese país.
Taiwán ha realizado aportes en dinero para atención a servicios como la salud, la educación, la seguridad ciudadana, la tecnología y hasta para la realización de los censos nacionales, así como el apoyo directo a los despachos de las diversas primeras damas que hemos tenido.
Taiwán ha cultivado las relaciones con la República Dominicana con esmero, y lo mismo ha hecho con los demás países de la región que mantienen el reconocimiento a su Estado. Muchas voces siguen pidiendo revisar nuestra política exterior respecto a Taiwán, debido a que el imperio en que se ha ido convirtiendo la República Popular China reclama -para entablar relaciones- que no existan relaciones con Taiwán. Podría decirse, entonces, que para sobrevivir como Estado y en el concierto de las naciones este pequeño país necesita de aliados como la República Dominicana.
Taiwán es también un ejemplo para los dominicanos.
Ocupa una pequeña isla en Asia Oriental, con apenas 36 mil kilómetros cuadrados, aproximadamente 12 mil kilómetros cuadrados menos que la República Dominicana, pero tiene uno de los ingresos per cápita más altos del mundo, ha desarrollado su economía sobre la base de las exportaciones, las investigaciones tecnológicas y ha construido una solidez envidiable para cualquier nación. Esa fortaleza es lo que también ha contenido las ambiciones imperialistas de China, que ha pretendido aniquilar a Taiwán, la antigua Formosa, creada a partir del nacimiento de la República Popular China. Como parte de su reclamo de territorios continentales, China Popular ya posee el control de Hong Kong, que estuvo controlado por los británicos durante un largo período de tiempo.
La República Dominicana, mientras mantiene las relaciones con Taiwán, deberá aprovechar la apertura y las ofertas de sus gobernantes, de intensificar los intercambios y las relaciones, y solicitar apoyo en el desarrollo de las áreas que el gobierno defina como prioritarias, en particular con técnicos y especialistas que orienten el camino que escojamos. Aunque Taiwán está dispuesto a apoyarnos con dinero en efectivo, por ejemplo, rechazar la tentación de recibir ese tipo de apoyo, que se consume con un impacto reducido. El gobierno debe aprovechar la oferta del presidente Ma Ying-Jeou, de estimular la inversión de empresarios de su país en el nuestro, y que ello represente la entrada de nuevas oportunidades para nuestro desarrollo, en especial con las nuevas tecnologías, en donde Taiwán ha sido grande y cuenta con gran experiencia, y República Dominicana ha avanzado muy poco.
Es una oportunidad, mientras se mantienen las excelentes relaciones entre la República Dominicana y Taiwán.