El gobierno dominicano, desde que el presidente Medina tomo posesión del cargo en el año 2012, decidió cambiar la estrategia anteriormente definida en materia de energía. Canceló una licitación pública internacional de más de mil megavatios. Decidió que la República Dominicana no iba a poner garantía soberana para asegurar contratos de compra venta de energía, pero sí para financiar la construcción de Punta Catalina. Esta planta, casi siete años más tarde está a punto de terminarse, dispuesta a cubrir un poco menos del crecimiento de la demanda del mercado eléctrico dominicano desde el 2012 hasta el 2019.

En el campo de las energías renovables, después de pasar por más de un director ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía (CNE), parece que hoy el futuro de las energías renovables puede brillar. Muy a pesar de algún ex-director de la CNE, que se empeñó en retrasar y poner barreras al desarrollo sostenible del país. Hoy podemos decir que las instituciones del sector eléctrico trabajan de manera conjunta, coordinando sus acciones en mayor o menor medida, muy lejos del caos y la confusión existente con anterioridad.

Todo apunta a que este país está apostando fuerte por las energías renovables, continuando el apoyo a los usuarios residenciales e industriales y eliminando las trabas que las empresas de distribución ponen a la autogeneración de energía limpia, pues a veces consideran que el futuro de su caja es más importante que el de este país, la salud de sus habitantes, su patrimonio natural y la competitividad de su economía. En este aspecto del autoconsumo de energía renovable, queda que este gobierno dé el empujón final para consolidar este mercado impulsor de la competencia del país, creador de empleos de calidad y de conciencia social y ambiental de sostenibilidad, de protección de lo nuestro.

Animamos desde aquí al Ministerio de Energía y Minas y a la Comisión Nacional de Energía a continuar con el levantamiento de trabas y posicionar a nuestro país como líder de la región en energía renovable. Por que sí se puede y nos conviene a todos, hoy, en el medio y largo plazo. Queremos ahorrar la exportación de dólares para combustible, contaminar menos, tener más salud, que nos cueste menos la energía y crear empleos en nuevas tecnologías, con un futuro brillante.

La CDEEE quiere seguir apoyando el desarrollo de proyectos de energía renovable. Anteriormente, lo hizo promoviendo la elaboración de un Poder Presidencial que autorizaba a la CDEEE la firma de once contratos de energía renovable, de los cuales la mayoría se encuentran en construcción y deben entrar en operación antes de que termine el año 2020.

Por otro lado, observamos cómo se ha creado un informe por una comisión de evaluación para llevar a cabo una licitación de aproximadamente 250 MW de energía renovable (solar y eólica), disponible hoy únicamente y de manera parcial en la pagina web del Ministerio de Energía y Minas (https://mem.gob.do/images/docs/Conclusiones-y-Recomendaciones-Primer-Informe-Concluyente-Plan-de-Desarrollo-ER-en-el-SENI-Periodo-Corto-Plazo-2018-2020.pdf) . Y aquí es donde nos llevamos las manos a la cabeza, por que como dicen, el infierno está lleno de buenas intenciones, pero muy malas ejecuciones. Este informe primero define que deben firmarse únicamente 250 MW, sin identificar de qué manera y por qué se esta limitando esta potencia. Esto es muy importante por que hoy en día la energía más barata del mundo es la energía renovable y cuando limitan el desarrollo de la misma de manera no justificada, nos llevan a preguntar ¿cuál es el beneficio de esto?.  Y peor aún, limita las zonas de desarrollo favoreciendo enormemente a grupos de interés muy fuertes. Cuando la ley es bien clara respecto donde puede evacuar un proyecto de energía (renovable o no), esto es donde le autorice la Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana, ETED y donde el Ministerio de Medio Ambiente no encuentre limitaciones de tipo ambiental.

Una licitación debe realizarse siempre primando el espíritu de competencia y no limitando la misma en beneficio de unos pocos. Cuando el gobierno se ocupa de elegir los polígonos de terreno donde debe desarrollarse la inversión privada sin ninguna justificación técnica o legal, violando los principios de competitividad y juego limpio, nos preocupamos mucho. ¿Por qué entonces parece que las reglas del juego se van a hacer en beneficio de unos pocos?

Por ejemplo, los proyectos fotovoltaicos pueden localizarse en cualquier parte del país, donde exista capacidad de evacuación y no existan limitaciones ambientales. Esto debe ocurrir, al menos, a lo largo de diez o quince diferentes líneas de transmisión, a lo largo de las mismas y sin limitaciones absurdas de polígonos.

En la recomendación que se hace para Higuey, el terreno además es propicio para desarrollos inmobiliarios, teniendo los posibles inmuebles un alto valor. ¿Cómo estas recomendaciones nos pueden beneficiar a los dominicanos, si le restan competencia a la licitación? En el caso de las recomendaciones para proyectos eólicos, encontramos situaciones similares, dándole preferencia a desarrolladores existentes. ¿No debería ser que la licitación se realizara de la manera más competitiva posible?  La CDEEE debería solicitar únicamente que cada proyecto que se presente a competir cuente con permiso de interconexión, pues esta autorización reconoce el beneficio para el sistema de la inyección de dicha energía o reconociendo las líneas donde existe capacidad de evacuación y definiendo la misma, con la finalidad de que el proceso cuente con la mayor competitividad posible. Así ha funcionado en otros países de manera exitosa, como en México, Brasil, Argentina, Chile, El Salvador y muchos otros. ¿Por qué en la República Dominicana organizamos una carrera y nos preparamos para competir en la misma atándonos de manos y pies ? ¿Qué interés existe en solo beneficiar a unos pocos con esta licitación? ¿Es así como quiere el gobierno que la sociedad civil firme el pacto eléctrico ?

Reconocemos la voluntad de apoyar las energías renovables que tiene este gobierno, pero reclamamos que se cumpla con la obligación que tiene este gobierno de beneficiar a todos los dominicanos con un proceso más transparente y justo, donde prime el interés común de los dominicanos. Aunque para ello deba retrasarse la organización de la misma, para hacerlo de manera más transparente y limpia, contando con el consenso de la sociedad civil y dentro de las reglas de juego que pretende fijar el pacto eléctrico. Así podremos seguir animando a todos a promover la sostenibilidad del país, partiendo de unas reglas claras. Animamos a las autoridades del sector a regular este proceso para que se realice de forma honorable y que el apoyo a las energías renovables no se tiña de un color sucio y de un olor a podredumbre. Los dominicanos nos merecemos un futuro mucho mejor, donde nuestra riqueza natural sirva para el beneficio de todos.