En estos días la Iglesia Católica vuelve a estar en el centro de la noticia por casos de abuso sexual recurrente, descarnado, permanente y lo más terrible estructuralmente negado, escondido, solapado, encubierto. Es tan indignante y a la vez tan triste, años y años de situaciones de abuso que la iglesia ignoró y permitió que siguiera pasando, es casi increíble. Resulta muy preocupante que todavía a esta altura de la vida la respuesta ha sido forzada por demandas, no por un proceso interno de renovación y de entendimiento de que actuar de esa forma se aleja de toda lógica cristiana que predique el “amar al prójimo como a sí mismo”.
Es exasperante que en este momento, donde todo evidencia abuso y opresión, su jerarquía en el país siga queriendo pontificar como si fuesen las “mejores personas”, las más comprometidas con la humanidad y las más “decentes”. Qué timbales eso de expresar que “La vida no se negocia, ni con diputados, ni con grupos abortistas, ni con nadie”, la misma jerarquía que sacó del país al Nuncio del Papa para que no fuese procesado en la justicia penal por abuso a menores de edad.
Ha quedado suficientemente evidenciado que no es posible hablar de “ovejas descarriadas”, de “casos aislados”, de que eso es “algunos curas” pero “eso no es la iglesia”; porque cada vez que se descubre una situación se hace absolutamente evidente que sabían lo que estaba pasando, que había reportes oficiales y no oficiales de cada abuso cometido contra niños y niñas.
Mucha gente muy amada es militante de la iglesia, por lo que trato de entender la lógica mental/espiritual que opera para que las personas se mantengan apegadas a una institución tan arcaica y negadora de derechos; Y por demás, aprovechadora del poder en cada uno de los países donde opera (solo habría que recordar las exoneraciones, las donaciones, los "permisos" para meterse en los asuntos públicos, el tráfico de influencias, la prevaricación). Encuentro explicaciones… Es innegable que toda la doctrina alrededor de "la culpa" "el perdón" y "la redención" operan estableciendo control en la psiquis de las personas, que siempre vivimos necesitadas de aliento, de vías de contención y de recompensas.
Por eso me ha resultado muy interesante el movimiento que ha surgido en Argentina, de Apostasía Colectiva, usando como definición para la misma “Darse de baja de la Iglesia Católica”. La iglesia cuenta como católica/o a toda persona bautizada, y con ese dato asume una representatividad sobre unos porcentajes de población irreales, pero que les permite hacer mucha presión sobre sus demandas y conseguir que las autoridades cedan a sus peticiones. Este movimiento ha encontrado en la acción de apostatar una forma contundente para buscar un alto a la manipulación y el chantaje anti derechos.
La Iglesia es inteligente y tiene una gran visión corporativa, por eso cada cierto tiempo permite que florezcan las ideas libertarias, para que así las personas, cuando se descubre todo lo terrible que ha apañado, tenga a que aferrarse y puedan pensar que esos hechos deleznables no son la iglesia; que, por ejemplo, la Teología de la Liberación, también es Iglesia. Lo que se les olvida, es que a quien han canonizado es a Juan Pablo II, el que persiguió esta forma de hacer iglesia, y no a quienes propiciaron ese movimiento. Como tienen un gran caudal de riqueza y un personal inmenso dedicado en exclusiva a sus temas, (curas, monjas…), y reciben inmensos fondos públicos y privados para su financiamiento, tienen más posibilidad de imponer sus criterios. Pueden continuar construyendo un discurso de manipulación y mentira y propagar la idea de que un embrión es un bebé y que las “malas” y “perversas” son las mujeres que quieren vivir sin “control” y luego quieren “asesinar”. Pero, ya ven lo que está pasando en Argentina, miles de personas Apostatando… Así como tuvieron que pedirle perdón a Galileo Galilei, luego de que por allá por 1616 le prohibieran divulgar las tesis copernicanas confirmadas por él, llegará el día en que tendrán que pedir perdón por estas marchas con peticiones anti derechos y por insistir en dejar morir a las mujeres.
El objetivo para la convivencia es respetar los derechos. No la tozudez, la imposición irracional, la discriminación y la creación de ciudadanas de segunda categoría que no pueden decidir sobre sus vidas.
Según los Evangelios Jesús lo tuvo bien claro…