Temístocles Montás, el Ministro de Economía y Planificación de la presente administración gubernamental, ha sido uno de los hombres más eficientes con que ha contado Leonel Fernández a su lado. Discreto, siempre abierto al diálogo, respetuoso de las posiciones de los demás, Temo se ha convertido en una fuente de equilibrio alrededor de la casa de gobierno.

Pero la eficiencia, cautela y ecuanimidad de Temístocles Montás no es algo repentino. Como militante político, como técnico y como funcionario ha sido un hombre prudente, sin excesos ni exabruptos. Participa de las lides políticas, porque es un cuadro importante del Partido de la Liberación Dominicana, pero no se le puede señalar como un hombre imprudente.

Temístocles Montás no tiene tendencia interna reconocida en el PLD. Se le conoce como un hombre del presidente, un técnico con visión política, que para el desempeño eficiente de sus responsabilidades ha tenido que volar, casi siempre con éxito, a alturas mayores que sus iguales a nivel de la burocracia estatal peledeísta.

Y eso lo saben el presidente Fernández, el candidato del PLD Danilo Medina, el Ministro de la presidencia, César Pina Toribio, y todos los que conocen la historia del PLD y quienes tienen ideas del personigrama gubernamental del presidente Leonel Fernández.

Los organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, y los organismos de cooperación, como Naciones Unidas, Unión Europea, USAID, entre otras, reconocen la labor de Temístocles Montás como muy eficiente, honesta, confiable y siempre llevada en la línea del respeto y la protección de los intereses de la República Dominicana.

¿Esto es una apología? Tienen derecho a preguntarlo, porque ciertamente se trata de un reconocimiento descarnado y abierto a un funcionario de un gobierno con muchas sombras y algunas luces. ¿Y por qué hacer una apología de Temístocles Montás, si ni siquiera ha dicho que aspira a la nominación vicepresidencial por el PLD? ¿A qué viene este acto impropio de reconocimiento a un funcionario que no necesita lisonja, y menos de un medio que no acostumbra a dar lisonjas?

La única explicación se encuentra en el exabrupto, la falta de respeto y desconsideración, el insulto injusto y soez, de Bienvenido Pérez contra Temístocles Montás, quien ha tenido la osadía de llamar “disparatoso” al Ministro de Economía y Planificación del Gobierno, sin ningún reparo en las virtudes y los aportes de ese hombre a quien el cuestionado ex cónsul en Nueva York ha querido ofender.

Todo viene a cuentos porque Temístocles, tratando de enderezar un entuerto, ha dicho que recomendaría al presidente Leonel Fernández, suspender la decisión de la Corporación de Fomento de la Industria Hotelera y Desarrollo del Turismo (CORPOHOTEL), dirigida por Bienvenido Pérez, de entregar 203 cabañas del vacacional Ercilia Pepín a un grupo de personas, obviamente privilegiadas, sin cumplir con los procedimientos que establece el Estado para entregar sus propiedades en manos de terceros.

Temístocles Montás no merece un insulto como ese, y menos viniendo de un compañero de partido que se supone subalterno del Poder Ejecutivo, al que con tanta idoneidad ha servido el Ministro de Economía y Planificación. Nuestro reconocimiento al gran Temo.