Euclides Gutiérrez Félix es un líder con muchos años en el parnaso político dominicano. Historiador, profesor universitario, escritor, dirigente histórico del Partido de la Liberación Dominicana y una figura intelectual tomada en cuenta en los debates sobre los temas vinculados al desarrollo nacional.

Vale decir, que el profesor es –o debe ser- un modelo de ciudadano, con altas y bajas, con sus muy singulares características personales y profesionales, y se ha labrado una figura que siempre es vista y escuchada con respeto por los demás, por sus cualidades como hombre público y en especial por sus vínculos al profesor Juan Bosch, de quien se considera discípulo.

Es una pena que en los últimos tiempos el funcionario público haya entrado en polémica por asuntos legales y haya sido denunciado como uno más del mundillo que aprovecha la función pública para su provecho personal y particular.

Cuando Participación Ciudadana le solicitó información sobre el presupuesto de la Superintendencia de Seguros, utilizando la Ley 200-04, de Acceso a la Información Público, Euclides Gutiérrez la negó. Y lo hizo de la peor manera. Luego rectificó y entregó la información, no sin antes intentar denigrar a los miembros de una asociación privada que se interesa en los temas de interés público del país. Legítimo por todo lado.

Posteriormente, cuando Alicia Ortega en su programa El Informe, dio a conocer que Euclides utilizaba los fondos públicos de la Superintendencia de Seguros, como tarjeta de crédito, para su particular uso, también respondió en forma ríspida a esa profesional del periodismo.

Y cuando Nuria Piera mencionó recientemente a Euclides, por un tema relacionado con el pago de los servicios de electricidad, el hombre público, el funcionario y político, se despachó con una descarga igualmente incomprensible. Ha dicho Euclides, motu proprio, que tiene una deuda de millones de pesos con la empresa distribuidora de energía EDESUR, y que no paga el servicio desde el 2006 por la existencia de una litis, no registrada en la Superintendencia de Electricidad, para que le devuelvan el 150% del servicio que no le han brindado por los apagones.

Y se ha negado a pagar desde entonces, pero en EDESUR no han tenido el coraje de hacer lo que hacen a miles de ciudadanos cada día: cortarle el servicio de electricidad al doctor Gutiérrez Félix.

Euclides usa la energía eléctrica pública, no la paga, tiene tres plantas de gasoil en su residencia para las cuales compra combustible y así mantener energía en su residencia cuando el servicio de EDESUR es cortado por la tradicional insuficiencia de producción energética.

Euclides es el titular del contrato 3053702. EDESUR le ha realizado alrededor de treinta citas y llamadas, pero el profesor no ha asistido a ninguna. Aceptó un acuerdo de pago, pero lo incumplió. No permite que le corten el servicio, utilizando hasta la fuerza militar que está a su servicio, como Superintendente de Seguros. Su deuda es de RD$2.3 millones, más RD$432,841 de mora. Su consumo ha oscilado desde los 3 mil hasta 6 mil, 7 mil y 18 mil KWh al mes.

Contrario a lo que ocurre con cientos de miles de ciudadanos, que el mismo día que se cumple su factura le es cortado el suministro, y para reconoectarlo deben pagar una penalidad, Euclides tiene el privilegio de llevar casi 5 años sin pagar su facturación y se le mantiene el suministro. Es un mal ejemplo el que brinda el profesor y un flaco servicio el que le ofrece al país y a su gobierno. Juan Bosch, maestro del profesor Gutiérrez Félix, entendía que los hombres públicos deben educar con el ejemplo. Euclides debe reivindicar todavía esa enseñanza.