Puerto Rico se encuentra en estado de calamidad. El paso del huracán María destruyó gran parte de las instalaciones de servicios de la isla. Los tres millones y medio de personas que allí se encuentran están pasando por momentos muy difíciles.
Carecen de servicios de energía eléctrica. Poco a poco comienzan su recuperación, pero les llevará tiempo volver a la normalidad. Los más optimistas preven que Puerto Rico recupere la energía eléctrica en tres o cuatro meses. Los más pesimistas creen que podría durar mucho más tiempo, y que las decisiones políticas en materia energética que se han tomado en el pasado ahora comienzan a cobrar al gobierno por sus malas decisiones.
Tampoco hay servicios de telefonía. La telefonía celular fue destruida en un 95%. Cinco días después del paso de María por la isla no hay claridad sobre cómo Puerto Rico comenzará a levantarse. Donald Trump declaró a Puerto Rico como zona de desastre, y esto comenzará a liberar fondos para el gobierno y ayudará en la recuperación. Sin embargo, hay una junta estatal que tiene controladas las finanzas públicas. Puerto Rico se declaró en bancarrota y tiene deudas por 74 mil millones de dólares. Para no pagar a sus acreedores fue que asumió la bancarrota.
Estados Unidos le ayudará con equipos y enviando plantas eléctricas y ayuda militar, pero eso no será suficiente. El hecho de ser una isla en el Caribe hace más difícil la comunicación y el transporte de equipos. Todavía no hay una evaluación de hasta dónde ha sido la tragedia. Todos los días descubren cuán profundo y trágico ha sido el daño que las comunidades recibieron.
Los dominicanos sabemos que es poco lo que podríamos hacer por los puertorriqueños. Sin embargo, sabemos que el gobierno sí puede hacer algo por los dominicanos que viven en Puerto Rico, que podrían llegar a las 200 mil personas.
Los dominicanos somos el primer grupo inmigratorio en Puerto Rico, luego de los norteamericanos. El 20 por ciento de los inmigrantes son dominicanos. Esas personas tienen como promedio 42 años de edad, según el último censo de las autoridades de la isla. Oficialmente hay registrados unos 70 mil ciudadanos dominicanos, pero si se suman los que se encuentran de forma ilegal, la cifra podría llegar a los 200 mil ciudadanos dominicanos.
Esos grupos migratorios viven en las peores condiciones, y se encuentran entre los últimos de la lista en ser socorridos por las autoridades. Aparte de que tienen el miedo a mostrarse, por las políticas migratorias norteamericanas que rigen para Puerto Rico. Entre esos 200 mil dominicanos hay personas enfermas, hay niños y hay ancianos. Hoy están viviendo en un infierno. Corresponde entonces hacer la distinción de estas personas, por parte del gobierno dominicano, para que acudamos en ayuda de ellos.
Ese trabajo podría comenzar por el consulado dominicano en Puerto Rico, pero no puede quedarse ahí. Tiene que seguir con un acuerdo rápido con las autoridades de la isla para que el gobierno dominicano pueda ofrecer ayuda directa a estas personas. La forma de ese acuerdo podrían aportarlas las autoridades dominicanas con las autoridades boricuas.
No es lo mismo el número de dominicanos afectados por los huracanes Irma y María que viven en San Martín, Antigua y Barbuda, Dominica o Turcas y Caicos. Estamos hablando de 200 mil personas dominicanas que se encuentran en una de las islas que ha sido más destruida por estos dos huracanes, y que con el transcurrir de los días estarán viviendo en condiciones más precarias y alarmantes, expuestas a enfermedades, infecciones, hambruna o al riesgo de que las presas de Guajataca o Toa Vaca se desborden.
El gobierno dominicano debe acudir el ayuda de los dominicanos en Puerto Rico. Esa solidaridad es obligatoria con una población migrante doblemente indefensa.