El primero que debe estar celebrando por la decisión de la magistrada Esther Agelán Casasnovas, de abrir el caso de Félix Bautista para que pueda ser investigado, debe ser el propio legislador y quien fuera director de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE).

La razón es simple: Hay muchas dudas y mucha gente hablando de su riqueza, de su bonanza, de la impunidad que le rodea, y del poder que le deviene de su relación con el ex presidente Leonel Fernández. La forma de acabar con eso es permitir una investigación amplia, profunda, independiente, que deje zanjado el tema en forma definitiva.

Félix Bautista es un personaje público, secretario de Organización del Partido de la Liberación Dominicana, senador por la provincia de San Juan de la Maguana, y seguirá siendo una persona del interés colectivo. De sus proezas económicas se habla mucho, como se habla de los alcances de sus negocios, de su fundación, de su influencia en el sector justicia.

La decisión de la magistrada de la Suprema Corte de Justicia termina un conflicto del Ministerio Público. El director de la Oficina de Persecución de la Corrupción Administrativa, Hotoniel Bonilla, ordenó el cierre del expediente contra Félix Bautista, pero su jefe, el Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, ordenó su reapertura e investigación.

Félix Bautista tendrá que ser investigado, y lo mejor es que sea investigado con su colaboración, para que deje clara su condición de hombre de bien, alejado del enriquecimiento ilícito, y de paso le ayude al doctor Fernández a quitarse de encima un peso que le podría hacer más lento en su camino político.

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