Wall Street cerró este lunes a la baja y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, cedió un 0,08 % arrastrado por el sector sanitario y pese a la recuperación del precio del petróleo en los mercados internacionales.
Ese índice bajó 14,24 puntos y terminó en 18.529,29 unidades, el selectivo S&P 500 perdió un 0,09 % hasta 2.180,89 enteros y el índice compuesto del mercado Nasdaq se dejó un 0,15 % hasta 5.213,14 unidades.
Salvo unos primeros minutos al alza, los operadores en el parqué neoyorquino apostaron por las ventas moderadas el resto de la jornada, tras las fuertes ganancias del viernes gracias al buen sabor de boca que dejó el informe nacional de empleo.
Los inversores también estuvieron pendientes de la recuperación del precio del petróleo en los mercados internacionales, donde terminó por encima de 43 dólares en el caso del barril de Texas y por encima de 45 dólares en el del crudo Brent.
Los sectores cerraron divididos entre los descensos del sanitario (-0,92 %) y el de telecomunicaciones (-0,38 %) y los avances del energético (0,97 %), el de materias primas (0,52 %), el financiero (0,30 %) y el tecnológico (0,05 %).
Las farmacéuticas Merck (-1,57 %) y Pfizer (-1,44 %) lideraron las pérdidas entre más de la mitad de los valores del Dow Jones, por delante de McDonald’s (-0,77 %), UnitedHealth (-0,60 %), Walmart (-0,57 %), Home Depot (-0,51 %) y Johnson & Johnson (-0,47 %).
Al otro lado de la tabla encabezó las ganancias la petrolera Exxon Mobil (1,18 %) por delante de Caterpillar (1,07 %), Apple (0,83 %), Chevron (0,69 %), American Express (0,479 %), Goldman Sachs (0,46 %), Boeing (0,35 %), Nike (0,23 %), Microsoft (0,17 %), Intel (0,17 %), Dupont (0,12 %) y United Technologies (0,05 %).
Fuera de ese índice, los inversores estuvieron pendientes de Delta, que admitió hoy problemas técnicos que ocasionaron cientos de retrasos y cancelaciones de vuelos, y sus acciones terminaron con un descenso del 0,61 % en la Bolsa de Nueva York (NYSE).
Al cierre de la sesión bursátil, el oro retrocedía a 1.340,8 dólares la onza, la rentabilidad de la deuda pública a diez años bajaba al 1,589 % y el dólar ganaba terreno frente al euro, que se cambiaba a 1,1080 dólares.