Caracas, 15 ene (EFE).- Venezuela, la nación con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, se declaró en emergencia económica para atender la situación del país que después de un año de opacidad reveló una inflación interanual de 141,5 % -la más alta de toda su historia-, y una contracción del 4,5 %.
El país caribeño dejó a la vista los daños que va dejando el desplome de los precios del petróleo y la ineficacia de las políticas económicas del país frente a la crisis que ya se había iniciado en 2014 y que por segundo año consecutivo le deja con el peor desempeño de la región.
Un informe del Banco Central de Venezuela (BCV) emitido hoy reflejó que la nación arrastró la contracción del Producto Interior Bruto durante los tres primeros trimestres del año: en el primero se contrajo un 1,4 %, luego hubo un retroceso del 4,7 % y en el tercero un 7,1 %.
La institución financiera considera entre los factores que determinaron el comportamiento de la actividad económica la menor disponibilidad de divisas, consecuencia del impacto negativo de la caída de los precios del petróleo del 57,8 % y que cerró el grifo de dólares al país cuyos ingresos dependen en un 95 % del crudo.
El alto costo de la vida de los venezolanos se reflejó en los datos oficiales que evidenciaron una inflación de tres dígitos que durante los primeros 9 meses de 2015 fue de 108,7 % (acumulada) y anualizada al cierre del tercer trimestre se ubicó en el 141,5 %.
Estos números son los peores datos de inflación que se hayan registrado en la historia del país, que vivió una de sus peores crisis en 1996 con una inflación de 103 % y otra en 1989 con 84,5 % que degeneró en las protestas y disturbios conocidos como "El Caracazo".
Los datos elaborados por el BCV y el Instituto Nacional de estadística no revelan cifras sobre la escasez y el desabastecimiento, problemas que golpean la situación de los venezolanos, pero en su lugar muestra que la percepción de acaparamiento fue del 87 %.
Estas son -según el informe- otras consecuencias de la reducción de la oferta de bienes de consumo "debido a la baja en las importaciones y a la merma en la producción nacional", unas circunstancias "a su vez influenciadas por la caída de los precios internacionales del petróleo".
El documento además revela que el país tuvo un saldo negativo de cuenta corriente de 5.050 millones de dólares al final del tercer trimestre de 2015 y un déficit en la balanza comercial de 782 millones de dólares.
Esto llevó al Gobierno venezolano a decretar un "estado de emergencia económica", un modo de estado de excepción que suspende las garantías en el campo económico y que estará vigente en todo el país por 60 días, prorrogable por otro lapso igual, para atender la galopante inflación, la escasez y el desabastecimiento.
El decreto da al Ejecutivo la facultad de "disponer de los recursos provenientes de las economías presupuestarias del ejercicio económico financiero 2015″, y la asignación de "recursos extraordinarios" a determinadas áreas, sin el control del Parlamento.
Además podrá "disponer de los trámites, procedimientos y requisitos para la importación y nacionalización de mercancías" e implementar "medidas especiales para agilizar el tránsito de mercancías por puertos y aeropuertos, pudiendo desaplicar temporalmente normas legales que se requieran para hacer posible dicha agilización".
Establece además la posibilidad de restringir el sistema monetario y el acceso de los venezolanos a la moneda local y extranjera, así como la posibilidad de que el Gobierno intervenga bienes privados para garantizar el abastecimiento.
El instrumento, que ya fue oficializado, aún debe ser llevado a la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) que tendrá ocho días para su consideración y aprobación. Los opositores, que controlan la Cámara, han adelantado que evaluarán la propuesta.
El mandatario Venezolano, Nicolás Maduro, que justo hoy debió presentar ante el Parlamento el informe anual de su gestión, pidió a los opositores que den carta blanca al decreto frente a la crisis económica del país.
El jefe de Estado venezolano afirmó hoy que la situación del país es culpa de la "guerra económica" que provocan los opositores al acaparar los productos de consumo para que el descontento de los ciudadanos degenere en la desestabilización de su Gobierno.
Pese a los indicadores negativos, Maduro llamó la atención sobre sus políticas sociales que han permitido la construcción de un millón de viviendas financiadas por el Estado y entregadas a las familias de pocos recursos, así como el aumento significativo del número de pensionados pese a la caída de los ingresos. EFE