SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La Romana, Santo Domingo y Pedernales destacan como las provincias donde se detecta la mayor presencia de cocaína en la República Dominicana. En cambio, la penetración de la marihuana es más notable en la fronteriza Elías Piña, y también en el Gran Santo Domingo.

Así lo reseña la firma consultora ANALYTICA, tomando como referencia los datos que publica la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) sobre el volumen de drogas ilícitas -por tipo y provincia- que decomisaron las autoridades en el pasado año.

En el caso de la heroína, la tercera sustancia prohibida más incautada en el territorio nacional, sobresale en las cifras oficiales la provincia de San Cristóbal, muy cercana a la ciudad capital.

Como se observa en el gráfico, los 18,650 gramos de esta droga que fueron confiscados en la sureña provincia constituyeron el 41% de todos los decomisos de heroína registrados durante el 2014.

De acuerdo con el reporte de ANALYTICA, estas estadísticas permiten identificar las células de narcotráfico más grandes que operan en el país.

Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas/ANALYTICA

Impacto en la economía

Señala que la producción, procesamiento, transportación y comercialización de drogas, así como el aparato criminal que se organiza alrededor de este negocio “incluye a un mayor número de personas” cada día.

Por su naturaleza, el narcotráfico atrae a los sectores más pobres y vulnerables de la sociedad, “tanto de los países productores como de los consumidores a los que se dirigen”, donde resultan más afectados los jóvenes, los migrantes y las mujeres.

La República Dominicana -agrega– manifiesta un complicado escenario en relación al impacto económico que produce el tráfico ilícito de drogas.

Considera que este mercado “distorsiona el crecimiento económico creando redes criminales en los diferentes niveles de la cadena de producción y comercialización de bienes”. Esta distorsión “provoca nuevos costos que afectan el valor agregado de la economía, y por ende destruye recursos que podrían orientarse a otras actividades” orientadas al desarrollo sano e inclusivo.

Además, el narcotráfico devenga una mayor informalización de la economía que debilita las finanzas públicas y hace más difícil la inversión en proyectos que combatan el tráfico ilegal de drogas. “Es un círculo vicioso del que hay que cuidarse”, advierte el reporte de ANALYTICA.