Río de Janeiro, 26 may (EFE).- La presidenta del banco de fomento al desarrollo del Gobierno brasileño, María Silva Bastos, renunció hoy alegando "motivos personales", en medio de la crisis que afronta el mandatario Michel Temer, acorralado por denuncias de corrupción.

La presidenta del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) alegó "motivos personales" para renunciar al cargo tanto en el escueto comunicado divulgado por el organismo como en la carta que le envió a los funcionarios del principal brazo financiero para los proyectos de desarrollo del Gobierno brasileño.

Bastos agregó en su carta que será sustituida interinamente por Ricardo Ramos, un director de carrera del BNDES, y que todos los demás directores de la institución permanecen en sus cargos.

Temer, por su parte, divulgó una carta agradeciéndole a Bastos por la forma "honesta, competente y seria" con que comandó el banco en el poco más de un año en que lo presidió y por el trabajo con que "moralizó un sector estratégico para el país".

El jefe de Estado igualmente elogió los esfuerzos de Bastos para que el banco adoptara "criterios profesionales y técnicos", en lugar de "políticos", en sus relaciones con los empresarios que acuden al BNDES en busca de financiación para sus proyectos.

Bastos, una exitosa ejecutiva procedente del sector privado, fue nombrada presidente del BNDES en mayo de 2016 en momentos en que el Gobierno de Temer era duramente atacado por no incluir mujeres ni negros en su Gabinete.

La expresidenta de la Compañía Siderúrgica Nacional (CSN) se convirtió entonces en la primera mujer en asumir el comando de uno de los mayores bancos de fomento al desarrollo del mundo, con una cartera de crédito comparable a la del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La renuncia de Bastos, atribuida a presiones de empresarios inconformes con la reducción de los otrora generosos préstamos del BNDES y a la negativa del Gobierno a defenderla, dejó a Temer aún más aislado en medio de la crisis.

Temer viene perdiendo aliados desde que la Corte Suprema decidió abrirle una investigación por corrupción al jefe de Estado, cuya renuncia es exigida tanto por la oposición como por algunos legisladores oficialistas.

El escándalo que puso a temblar al Gobierno y dividió al coalición oficialista estalló con la divulgación del audio de una conversación que Temer tuvo con un empresario en su residencia oficial, en la que parece consentir diversas maniobras ilegales.

Temer ha descalificado las acusaciones y ha dicho, en dos mensajes dirigidos al país desde el pasado jueves, que no renunciará al cargo que ocupa desde mayo de 2016, cuando comenzó el proceso que llevó a la destitución de Dilma Rousseff de la Presidencia. EFE