SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Las redes criminales que operan el fraude bancario vulnerando los sistemas informáticos y clonando tarjetas de créditos y débitos de clientes, obtienen con facilidad tecnología de vanguardia a través de tiendas especializadas en la Web, que utilizan para consumar sus fechorías.
Las autoridades del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) han dicho que la vulneración de tarjetas electrónicas y la difusión de imágenes con fines de extorsión son los delitos electrónicos más comunes en el país.
Sólo en los últimos dos años bancos y clientes han sido timados por más de 200 millones de pesos en la República Dominicana, según investigaciones de de agencias de persiguen del delito electrónico.
Las autoridades han desmantelado cuatro importantes redes con ramificaciones internacionales y más de 20 laboratorios de clonación tarjetas bancarias en los últimos 6 meses.
Recientemente, tres venezolanos fueron apresados en el país operando una organización que se dedicaba vulnerar el sistema informático de algunos bancos y de afectando el patrimonio económico de muchas clientes que visitaban hoteles de la zona Este del país.
El modus operandi de los estafadores que se dedican a clonar tarjetas de crédito es amplísimo, y ninguna tarjeta, ni aún la mejor tarjeta de crédito, está a salvo, según los expertos en ese tipo de investigaciones
Juan Orlando Navas Sebara, Héctor Vergara y Yolmsu González fueron apresados en “flagrante delito” en el municipio Santo Domingo Norte cuando se disponían a colocar equipos electrónicos para realizar fraudes en los cajeros de esa zona.
Investigadores de las agencias de persecución al crimen electrónico mostraron a reporteros de Acento.com.do un registro criminal de nombres y fotos de reconocidos delincuentes especializados en fraudes bancarios.
Ente los más reincidentes figuran Edward Caraballo Taveras, Wilmer Manzueta, Heriberto Santo Minaya, Raffy Manuel Lantigua, de Julio Enrique Sánchez Veras (Mantequilla,) Hugo J. G Hernández, Luis José Medina Medina y Ruddy Jonaise Pérez Espinal, este último fue extraditado a los Estados Unidos donde fue condenado por fraude electrónico contra varias instituciones bancarias en esa nación.
Sólo el pasado año 2010 las autoridades policiales apresaron y sometieron a la justicia a 76 personas vinculadas al robo con tarjetas de crédito contra instituciones bancarias nacionales y extranjeras por más de 90 millones de pesos.
El modus operandi de los estafadores que se dedican a clonar tarjetas de crédito es amplísimo, y ninguna tarjeta, ni aún la mejor tarjeta de crédito, está a salvo, según los expertos en ese tipo de investigaciones.
Unos tres bancos nacionales han presentado este año denuncias de fraudes bancarios mediante métodos electrónicos en perjuicio de decenas de clientes, pero los investigadores dicen que las entidades querellantes siempre piden un manejo discrecional de los casos.
El incremento en los delitos electrónicos, en especial con tarjetas bancarias, provocó que el Departamento del Servicio Secreto de los Estados Unidos hiciera una advertencia el pasado a quienes viajaran a la República Dominicana, para que evitaran hacer uso de sus tarjetas de crédito y también de débito.
Los agentes del Servicio Secreto investigan los robos a empleados de la embajada norteamericana en el país, y hasta que se descubran más indicios advierten usar este medio de pago lo menos posible para realizar pagos o retirar dinero de los bancos.
A los investigadores les preocupa la facilidad con que los timadores obtienen lectores de tarjetas a través de tiendas especializadas en la Web, ya que con unos pocos dólares se pueden obtener los aparatos denominados "skimmers" y tarjetas blancas listas para efectuar operaciones bancarias con los datos de otro usuario.
Explican que el aparato MSR400, uno de los modelos de "skimmer" de bolsillo utilizado para duplicar los datos, puede almacenar información de 3.000 tarjetas de bancarias, tiene batería recargable y conexión USB. Se consiguen en tiendas especializadas por unos 400 dólares e incluyen 100 tarjetas blancas listas para ser grabadas.
Las autoridades han descubierto fraudes electrónicos entre empleados cajeros de supermercados, hoteles y líneas aéreas, que utilizando un pequeño dispositivo llamado “squimin” que constituye uno de los avances tecnológicos al servicio de la clonación de tarjetas, permite, en unos segundos copiar los códigos de cualquier tarjeta bancaria convencional.
El uso del “squimin” requiere la complicidad del o la empleada del comercio en donde el titular realiza la compra o el pago. Las dimensiones del dispositivo permiten que el cajero o la cajera los oculte en una de sus manos y pasarlo por la tarjeta de crédito sin que el titular lo note, según explican los oficiales.
Bancos toman medidas
Los bancos nacionales y extranjeros instalados en el país ha implementado nuevas tecnologías para hacer frente a los fraudes electrónicos y para proteger la integridad de los clientes.
Con el objetivo de dar mayor seguridad a las transacciones electrónicas y evitar los fraudes con la tarjeta de códigos, los bancos han ido migrando a la utilización del “token”, que es un dispositivo que va produciendo unos códigos o claves dinámicas, que se van actualizando constantemente, según ha informado la Asociación de Bancos Comerciales de la República Dominicana (ABA.)
La mayoría de entidades bancarias han sustituido las tarjetas de claves como nueva medida para reducir los fraudes electrónicos en contra de los clientes que realizan transacciones bancarias por Internet.
Lo relevante es la introducción de un dispositivo electrónico denominado “Token” que sustituye la tarjeta de claves requeridas en las operaciones en línea.
El aparato ofrece al usuario un código compuesto por seis números que se renueva automáticamente cada 60 segundos, o sea, que el cliente tiene una clave nueva a cada minuto.
Dice la Asociación de Bancos Dominicanos que el objetivo es evitar las estafas vía Internet Banking, especialmente a través de los “Phishing”, que son los correos electrónicos que, simulando proceder de los bancos, solicitan a los clientes sus datos personales, nombre de usuario, contraseña y códigos, para luego utilizarlos en la estafa.