LONDRES, Reino Unido.-El pasado 15 de octubre, un movimiento de protesta autodenominado Occupy the London Stock Exchange (“Occupy LSX”) intentó marchar hacia la zona financiera de Londres (conocida como “The City of London”) para exigir el cierre de la Bolsa de Valores (“London Stock Exchange”). Las protestas iniciaron durante un período de incertidumbre generalizada en la eurozona, cuando los líderes del G20 se encontraban reunidos en París discutiendo el futuro de la Unión Económica y Monetaria.
El itinerario de la manifestación iniciaría en la plaza de la Catedral de San Pablo de Londres (“St. Paul’s Cathedral”) culminando en Paternoster Square, lugar donde tienen sede tanto la Bolsa de Valores de Londres (“LSX”) como el banco de inversión Goldman Sachs, que esta misma semana lidiaba con sus propios problemas de pérdidas comerciales.
Los manifestantes protestaban contra el estado fallido en que se encuentra el capitalismo; contra las injusticias del status quo; los salvamentos privados a costa de los contribuyentes -sobre todo cuando los dividendos y los bonos de compensación pagadospor los bancos nunca se socializaron.
La caminata constituiría una “corrida”a la bolsa, pero no en un sentido financiero, sino en un sentido literal. Sin embargo, la marcha se frustró porque Paternoster Square es propiedad privada. Como respuesta, los manifestantes ocuparon la plazoleta de la Catedral de San Pablo, levantando un Macondo improvisado de carpas, pancartas y letreros.
¿El velorio del capitalismo?
Caminar desde el Banco de Inglaterra (Bank of England) hasta la Catedral de San Pablo es agradable. Dentro del contorno del sector financiero de la Ciudad de Londres (que junto a Canary Wharf forman el corazón de las finanzas) uno transita entre algunas de las más notables edificaciones insignias del capitalismo, como el magnífico edificio de la Lloyd’s of London y su fachada tecnológico-industrial.
Las imágenes de los disturbios ingleses resonaron en el subconsciente de todo el mundo y concurrían con otras manifestaciones cívicas en distintas partes del mundo: desde las protestas por educación de Santiago de Chile y Santo Domingo, República Dominicana, hasta las marchas de los países de la Primavera Árabe, el 15-M en España y los manifestantes de Atenas
En su transfondo, se aprecia el Edificio de Swiss Re (el rascacielos en forma de cohete que se conoce coloquialmente como “The Gherkin”), e innumerables sucursales bancarias y oficinas de empresas del sector financiero.
El campamento de carpas erguidas por los protestantes de Occupy LSXcontrastan con el monumental edificio de la Catedral de San Pablo. Un alargado letrero de tela verde se extiende a un costado de la iglesia señalando que “EL CAPITALISMO ES CRISIS” (Capitalism is Crisis).
Aún así los turistas y fieles visitan la catedral y se toman fotografías en sus escaleras. Una señora de procedencia asiática pedía amablemente que le tomaran su fotografía a los pies del monumento.
El pasado viernes 21 de octubre, los directivos del templo religioso comunicaron con pesar que lamentablemente tendrían que “cerrar la iglesia” por causa de los ocupantes. Esa tarde, la Iglesia de San Pablo cerró sus puertas por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
Los negocios en los alrededores de la Catedral, que se benefician de la concurrencia de los feligreses y turistas que visitan regularmente el santuario londinense, también han sido afectados. Para el fin de semana se esperaba que el número de protestantes aumentara hasta más de 2,000 según el periódico The Guardian.
¡Jóvenes de todos los países, protestad!
Se trata de un movimiento que replica en el Reino Unido el ya mundialmente reconocido grupo de manifestantes llamado “Occupy Wall Street” (Ocupemos a WallStreet) que lleva desde el 17 de septiembre protestando en el Parque Zuccottidel centro financiero de la ciudad de Nueva York. El movimiento neoyorquino fue iniciado por un grupo de activistas canadiensesllamado Adbusters Media Foundation.
El pasado mes de agosto de 2011, el mundo miraba con asombro cómo en múltiples ciudades a través de Inglaterra se desataron disturbios en los que jóvenes de escasos recursos saqueaban, destruían e incendiaban comercios y propiedades públicas.
Comentaristas argumentaban que estas olas de violencia no eran producto de una turba de frívola criminalidad, sino más bien una respuesta inarticulada y primitiva de jóvenes que no conocían otra manera de formular su inconformidad con la injusticia que destila del estado de las cosas.
Las imágenes de los disturbios ingleses resonaron en el subconsciente de todo el mundo y concurrían con otras manifestaciones cívicas en distintas partes del mundo: desde las protestas por educación de Santiago de Chile y Santo Domingo, República Dominicana, hasta las marchas de los países de la Primavera Árabe, el 15-M en España y los manifestantes de Atenas.
La clase gobernante temblaba en atención ante lo que parecía ser una movilización cívica global sin precedentes que atenta contra la gobernabilidad, la reelección, la corrupción y el continuismo político.
Cuando completamos la caminata hasta la plazoleta de la Catedral el primer manifestante que vimos fue un verdadero payaso. Se trataba de BarryDaft, un artista conocido como “Magic Clown” ataviado en su disfraz y paradójicamente retirando dinero de un cajero automático.
Cuando le preguntamos qué pensaba de la protesta dijo que “no hay suficientes payasos en el mundo… necesitamos más payasos… ranas… y muchos peces…”. Más que restarle seriedad a una primera impresión de la protesta, esta introducción poco convencional fue el primer indicio de que había de todo en la aldea de los manifestantes: incluso entretenimiento y payasos.
Un Macondo improvisado
Las casas de campaña forman una pequeña aldea con distintos vecindarios. Hay una carpa de servicios legales, una cocina, una carpa ecuménica de oración, una enfermería, centro de reciclaje, almacenes, músicos, artistas, una librería oficial de protesta y hasta una universidad.
Distintas ONG y asociaciones activistas también tienen sucursales entre los ocupantes. En la entrada del campamento hay una carpa de información donde los organizadores se reúnen para contestar preguntas, proveer entrevistas y dirigir a los curiosos, simpatizantes y a la prensa. Afuera de la carpa principal hay una pizarraque indica las cosas que necesita el movimiento,motivando a los visitantes a donar objetos para la causa.
Preguntamos por algún líder y rápidamente nos indicaron que allí no hay designaciones ni títulos jerárquicos. Toda la dirección es en base a un proceso igualitario. Pronto nos refirierondonde Kai, una joven estudiante alemana de 26 años, que forma parte del grupo original que lleva poco más de 2 semanas ocupando la Plazoleta de la catedral.
Kai fue extremadamente amigable y directa. Cuando preguntamos por qué protesta contestó que “en contra la injusticia social y financiera en el mundo y en el Reino Unido, contra la corrupción y la avaricia del sistema financiero y básicamente, por una sociedad justa y democrática”. Añadió que “lo importante del movimiento de ocupación no era que se trataba únicamente de quejas, sino de crear algo nuevo”.
Luego se refirió a los debates y procesos democráticos que se celebran en el campamento: asambleas generales dos veces al día (donde cualquier persona tiene la oportunidad de participar y presentar su opinión), actividades, charlas y conferencias, entre otras ofertas.
Kai señala que no todos los protestantes son “anticapitalistas”, pero si cree que el sistema económico actual ha fallado y debe ser reformado. Ella entiende que la diferencia de esta propuesta con otras es que no se basa en una única demanda, sino que pretende lograr una reforma integral que englobe las distintas iniciativas presentadas, formuladas y discutidas.
Luego de la breve entrevista, Kai nos invita a la cocina, señalando hacia una de las carpas más amplias de todas, donde hay personas cocinando y comiendo. “Todo esto ha sido en base a donaciones”-añade, marcando el espíritu de colaboración y solidaridad que prima en el campamento.
Entre las carpas hay también una del capítulo británico del movimiento de protesta global “Anonymous”, que recientemente causó alarma en República Dominicana. Sus activistas cubrían sus rostros con las populares máscaras de Guy Fawkes.
Uno de sus miembros, Ev de 21 años, señaló que “aunque no hablaba a título del movimiento completo, pensaba que el sistema [económico] es corrupto”. Aclaró que actualmente está empleado a medio tiempo y que le gustaría trabajar a tiempo completo. Ev piensa que el capitalismo ha fallado y que sólo funciona para unos cuantos que están en la cima.
Coincidentemente, este pensamiento repica como una de las consignas del grupo: 99% [de personas] contra 1% [de capitalistas beneficiarios]: una proporción recurrente que parece haber sido tomada del “Manifiesto del Partido Comunista” de K. Marx y F. Engels.
Había un simpatizante ofreciendo “abrazos gratis”. Los pasantes lo miraban aprensivamente. Nadie se le acercaba. De pronto repensó su plan de negocios y anunció que ofrecería abrazos a 10 centavos.
Pero no todos los concurrentes simpatizan con el movimiento. En la plazoleta de la Catedral hay muchos curiosos y trabajadores transeúntes que andan en saco y corbata mirando con escepticismo a los protestantes y sus pancartas idiosincrásicas.
Entre ellos un financiero que fotografiaba imágenes con su iPad 2: “son [imágenes] para mi hijo que vive en Derby”- dijo, mientras continuaba fotografiando. “Esto es parte del proceso democrático”-añadió. “No creo que el capitalismo ha fallado… creo que tiene problemas que deben corregirse. Hablan de una minoría de 1%, pero hay muchas personas decentes [como yo] que vienen a ganarse la vida”-decía, mientras el viento ondeaba su corbata de marca.
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