Washington, 17 dic (EFE/Raquel Godos).- El senador demócrata Patrick Leahy, uno de los actores fundamentales en el acercamiento entre EE.UU. y Cuba, aseguró en entrevista con Efe que solo "un pequeño grupo de legisladores" del Congreso estadounidense "vive en el pasado" y la mayoría reconoce la necesidad de levantar el embargo a la isla.
Tras un año del histórico anuncio en el que las dos naciones daban por concluidos más de 50 años de ruptura diplomática y comercial, Leahy consideró que son "enormes" los pasos dados en los últimos 365 días, aunque "evidentemente queda mucho por hacer".
"Estamos mucho mejor que donde estábamos, después de más de medio siglo de una política que no funcionó y que, además, creo que dañó a los dos países. Nunca me gustó la idea de que un país como este tratara de esa manera a su vecino, a una pequeña isla (como Cuba). Y estoy feliz de que estemos acabando con esto", apuntó el senador.
Durante este año en el que se han dado los primeros pasos para lograr una normalización de las relaciones, incluida la apertura de embajadas en las respectivas capitales, el presidente de EE.UU., Barack Obama, hizo uso de su capacidad ejecutiva para aliviar ciertas sanciones, pero es el Congreso el que tiene la última palabra para, de facto, levantar el embargo.
Mientras tanto, la Casa Blanca no quiere dejar pasar la oportunidad de acabar con el conflicto diplomático más enquistado del continente, y Obama tiene la capacidad de seguir flexibilizando las sanciones de manera unilateral
"Tenemos un fuerte apoyo en el Congreso, y también la mayoría de los estadounidenses están a favor de acabar con ello. Pero hay un pequeño grupo de miembros en la Cámara de Representantes y en el Senado que no quiere normalizar las relaciones con Cuba y que están bloqueando la oportunidad de hacerlo (…) No obstante, vamos a seguir trabajando en ello", insistió el legislador.
Precisamente, este miércoles varios congresistas anunciaron la creación de un grupo especial de trabajo para Cuba, en el que legisladores de ambos partidos esperan abordar nuevas políticas que contribuyan a los intereses de EE.UU., algo que para Leahy es una razón más "para el optimismo".
Mientras tanto, la Casa Blanca no quiere dejar pasar la oportunidad de acabar con el conflicto diplomático más enquistado del continente, y Obama tiene la capacidad de seguir flexibilizando las sanciones de manera unilateral, como el reciente anuncio del restablecimiento de los servicios de correo postal.
El Gobierno estadounidense anunció hoy mismo un acuerdo de principio para reanudar los vuelos comerciales entre los dos países, un compromiso cuyos detalles aún tienen que negociarse, pero que "facilitará un aumento de los viajes autorizados" de estadounidenses a la isla y el intercambio entre ambas sociedades.
"Restablecer los vuelos comerciales es fundamental. Durante este año hemos podido permitir los viajes por motivos específicos, como viajes académicos (…), pero no tiene sentido que podamos viajar (los estadounidenses) a todos los países del mundo, incluido Corea del Norte, y no podamos viajar a Cuba, que está a apenas unos kilómetros de Miami", dijo el senador.
Leahy, junto al senador republicano Jeff Flake, encarnó una unión bipartidista dentro del Capitolio para abogar por una nueva era de entendimiento entre Cuba y EE.UU., participando de primera mano en la liberación del contratista estadounidense Alan Gross o mediando sobre el Grupo de los Cinco cubanos encarcelados en EE.UU.
Hace hoy exactamente un año, Obama pidió al senador que viajara a Cuba para acompañar a Gross en su viaje de vuelta a territorio estadounidense tras más de cinco años de reclusión, siendo su liberación (y la de los tres espías cubanos del llamado grupo de Los Cinco que seguían encarcelados en EE.UU.) el gran símbolo del restablecimiento de las relaciones entre las dos naciones.
Leahy, que viajó en numerosas ocasiones a La Habana a visitar al contratista estadounidense y a interceder con las autoridades para su puesta en libertad, asegura que hoy Gross no guarda ningún rencor hacia los cubanos, y que es el primero en alegrarse de los nuevos pasos que están dando ambos países.
"Esto no significa que todo sea perfecto, pero la gente se ha unido para lograr un cambio -apuntó el senador, incansable en su tarea hacia Cuba-. Fíjese quiénes se unieron: los presidentes Raúl Castro y Barack Obama, y una tercera persona muy importante, el papa Francisco. Las tres personas correctas en el momento correcto", aseveró. EFE