SANTO DOMINGO, República Dominicana.- A sus 23 años Raúl González abandonó el empleo formal en el Grupo CCN y ocupó la presidencia de una empresa sin apoyo financiero ni perspectivas firmes. Apostó a crecer y lanzar productos de calidad superior a los que sus multimillonarios competidores estaban ofreciendo.

Abandonó sus estudios de derecho. La tradición familiar lo había llevado a la facultad de leyes. No le importó que abuelo, padre, madre y dos hermanos fueran abogados. Su familia, por supuesto, quería que él, el último de la prole, también fuera abogado.

Raúl tuvo los primeros contactos con la publicidad en el Grupo CCN. Allí se encargaba de producir los encartes del grupo empresarial, que incluye Supermercados Nacional, Jumbo, La Despensa y Casa Cuesta. Decidió estudiar publicidad y tuvo el apoyo único de su madre. Desde entonces está feliz y confiado en su futuro. Graduado ya, tiene su propia empresa y es un joven emprendedor, con 25 años, y mantiene vivo el entusiasmo en 9 empleados y entre 20 y 25 clientes que él define altamente satisfechos.

La historia de Raúl sirve de ejemplo de cómo echar adelante una idea, un sueño. Si alguien le ofrece hoy una buena cantidad de dinero por su empresa, no tiene duda: lo rechaza. “Este es mi sueño y los sueños no pueden venderse”. Tampoco compartiría la propiedad, porque lanzar una empresa, hacerla exitosa, requiere de un control preciso, de mucha dinámica de acoplamiento y de coherencia. Es su criterio. “Prefiero tomar las decisiones y no tener que discutir ni dar cuentas a nadie sobre lo que hago en el plano de los negocios”, dice.

A este joven audaz no le gusta depender de nadie. Él mismo pagó sus estudios universitarios. Desde temprano se dijo que compraría su propio automóvil, y así lo hizo. Cuando decidió lanzar su empresa no comprometió el apoyo financiero de nadie, ni siquiera familiar, y no tenía condiciones para ir a la banca privada.  Pagó el papeleo legal de formar Koart, su empresa, a una oficina de abogados, y lo hizo con servicios de impresiones digitales y offset, letreros, rotulación y diseño gráfico. Luego incluyó una pequeña agencia de publicidad.

El informe de Doing Business del 2012 y la competitividad dominicana

Según el reporte de Doing Business 2012, patrocinado por la Corporación Financiera Internacional y el Banco Mundial, entre el 2011 y el 2012 la República Dominicana descendió tres posiciones en el ranking de países con menos facilidades para hacer negocios. Este estudio demuestra algunas de las razones por las que no es frecuente encontrar emprendedores como Raúl González.

En la lista de 183 países la RD ocupaba la posición 105 el año pasado y en el 2012 pasó a la posición 108. La última posición, la 183, la ocupa la República de Chad y la primera tiene el privilegio de poseerla Singapur, seguido de Hong Kong, Nueva Zelandia, Estados Unidos y Dinamarca, que tienen las primeras cinco posiciones en el ranking.

En la mayoría de los rankings de negocios, competitividad y emprendedurismo, además de los rankings sobre temas académicos y de comprensión y enseñanzas claves, como las matemáticas, la República Dominicana ocupa lugares relegados. Esos temas pasan y se olvidan en los diseños de las políticas públicas. Tampoco existe el orgullo ni la obligación, ni la orientación de las autoridades para tratar de variar la imagen que proyecta el país en esos ámbitos. En el tema de los negocios, parece clave analizar las dificultades para hacer una empresa o para lanzar un proyecto con posibilidad de prosperar.

Comenzar un negocio no es tan fácil. De 183 países la República Dominicana ocupa la posición 140 en este aspecto. Son muchos los procedimientos burocráticos y el tiempo que hay que dedicar para iniciar legalmente una inversión. El capital mínimo sobrepasa generalmente el 50% del monto global de la estimación a invertir. Crear un negocio requiere aproximadamente 100 días, dependiendo del área, si es construcción, electricidad, servicios. El acceso al crédito no es tan fácil y requiere llenar muchos papeles. Los costos para importar y exportar son muy altos, en comparación con otros países de la zona.

Comparada con Panamá, la República Dominicana requiere pagos de por lo menos 1,040 dólares para exportar un contenedor y de 1,150 dólares para importarlo. En Panamá exportarlo tiene un costo de 615 dólares e importarlo cuesta 965 dólares. Otras comparaciones resultan también elocuentes y han sido ampliamente discutidas. Panamá es propietaria de un canal transoceánico y República Dominicana no. Esa podría ser una diferencia.

Interesado en identificar las debilidades y fortalezas del sistema económico e institucional, el Gobierno Dominicano abrió varios frentes para determinar las mejores opciones de emprender reformas que mejoren el ambiente de negocios y coloquen al país en posibilidad de competir y desarrollar áreas que sean beneficiosas con miras al presente y futuro del país.

El ensamblaje del estudio de Harvard, Attali y la Estrategia Nacional de Desarrollo

El Gobierno contrató al Centro de Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, Estados Unidos, para presentar un informe con perspectivas de prosperidad. Es así como se produjo y se entregó en marzo del 2011 el documento Construyendo un mejor futuro para la República Dominicana, que propuso una visión con perspectiva al 2030 con énfasis en el área económica.

Paralelamente fue contratado un especialista francés, Jacques Attali, y para que le sirviera de contraparte se creó una comisión de trabajo, bien diversificada en su composición, con el interés de crear un informe que identificara las líneas maestras de un plan de desarrollo nacional con miras a los próximos años.

El Ministerio de Economía y Planificación produjo una propuesta de ley en el 2009, que se envió al Congreso Nacional como la Estrategia Nacional de Desarrollo 2010-2030.

Esos documentos y otros que se produjeron, incluyendo aportes de la Oficina de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, permitieron elaborar una estrategia ampliamente discutida y consensuada, que es la base de sustentación de las acciones de los futuros gobiernos dominicanos. Por lo menos ese es el planteamiento de quienes promovieron y aprobaron la ley 1-12.

El Ministerio de Economía y Planificación y el Consejo Nacional de la Reforma del Estado, con miras a formular la Estrategia Nacional de Desarrollo, realizaron 58 encuentros, 352 grupos de trabajo, con más de 2,800 participantes. Luego consensuaron las prioridades con las organizaciones sindicales, empresariales, de exportadores y zonas francas. Realizaron consultas, establecieron objetivos estratégicos, comprometieron a todas las instancias del Estado, al sector privado y a los grupos con medios de comunicación. El informe final fue un documento de 524 páginas que contiene los resultados de todas las consultas realizadas.

Así surgió la Estrategia Nacional de Desarrollo de la República Dominicana 2030.

La Comisión bicameral que estudió el proyecto y que realizó numerosas consultas y vistas públicas le dio su aprobación con el siguiente párrafo: “Es importante reafirmar que la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 debe constituirse en un compromiso nacional y es responsabilidad de todos y todas. Es por ello que entre sus propuestas se destacan las orientadas a impulsar una participación activa y responsable de la población, porque solo con la corresponsabilidad de todos será posible lograr el impulso requerido para convertir a República Dominicana en una Nación, donde las personas puedan vivir dignamente en el marco del Estado Social y Democrático de Derecho que consagra la Constitución de la República en sus artículos 7 y 8”.

Aprobada en el Congreso Nacional en diciembre del 2011, el presidente promulgó la Ley 1-12 el 26 de enero del 2012, con lo que ese instrumento de desarrollo quedó en manos del Estado, y del conjunto de la sociedad, para ser puesto en marcha luego de aprobado el reglamento de aplicación, que abrió un período de seis meses para su aprobación. En julio del 2012 se cumplió el plazo y le tocará a Danilo Medina lanzarlo para que comience a correr la END.

Temístocles Montas, ratificado en el Ministerio de Economía y Planificación, principal responsable de la concertación y aprobación de la estrategia, declaró a los grupos empresariales que esa ley define “una visión de país de largo plazo y establece una carta de ruta que guíe las políticas públicas que han de implementarse en lo adelante para avanzar en la construcción de dicha visión”.

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La valoración del Ministro de Economía y Planificación

Para Temístocles Montás la END debe ser la gran sombrilla para cobijar las políticas públicas que se adopten en lo adelante. La clase política que ha gobernado el país es voraz en la demanda de recursos para políticas públicas que casi con seguridad tienden a fortalecer el clientelismo, y desde el 2000 al 2011 se aprobaron 9 adecuaciones tributarias para aumentar los impuestos o establecer impuestos transitorios y hacer frente a dificultades deficitarias del Estado. Esas reformas impactan fuertemente en el sector de la economía que más produce.

Danilo Medina y la Estrategia Nacional de Desarrollo

En su reciente discurso ante la Asamblea Nacional, de toma de posesión, el presidente Danilo Medina definió el papel de jugará en su gobierno la Estrategia Nacional de Desarrollo y la nueva Constitución de la República.

“Por un lado, la Constitución de la República, proclamada en enero del 2010, un marco común, actualizado, que nos define como un Estado Social y de Derecho. Por el otro, la Estrategia Nacional de Desarrollo, cuyo horizonte temporal es el año 2030”, dijo el presidente, para confirmar su convicción de que en la END está la clave: “En ella tenemos una perspectiva de mediano y largo plazo para actuar en el presente. Con metas claras y consensuadas, con lineamientos estratégicos, que enmarcan la gestión pública y privada”.

En ese sentido es contundente la afirmación de que ambos documentos, en especial la END, serán los facilitadores del camino a recorrer por el país: “Afirmo entonces que, arropado por nuestra Carta Magna y por la Estrategia Nacional de Desarrollo, nuestro Programa de Gobierno será la hoja de ruta, que nos guiará por los próximos 4 años, que nos encaminará a hacer realidad la visión de país que hemos consensuado y que fue refrendada por el voto de nuestro pueblo”.

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Reducir el gasto público y mejorar la transparencia económica

Un aspecto relevante, que impedirá sean aplicadas estas reformas, es la irracionalidad del gasto público.

Hay que eliminar los gastos superfluos, las tarjetas de crédito para los funcionarios, los viajes al exterior sin límites, cobros de comisiones, reducir la cantidad de empleados, incluyendo ministros, viceministros, cónsules, vicecónsules, ministros consejeros y otras posiciones burocráticas. Las nominillas y los barrilitos son motivo de muchas distorsiones y discordias.

Es el consenso de las críticas formuladas por organizaciones empresariales, partidos políticos y medios de comunicación que el Estado reduzca sus gastos, que se someta a una austeridad que le de fuerza moral para exigir sacrificios al colectivo social. Un cuadro comparativo del personal diplomático y consular de 17 países en la República Dominicana determinó que apenas tenían destinadas 84 personas, entre todas. Y en ese conjunto de países la República Dominicana tenía destinadas 442 personas.

Es una distorsión que el Poder Ejecutivo se quede con el 12 por ciento del presupuesto nacional de cada año para su uso e inversión. Es la fuente de poder ilimitado del presidente de la República.

“La nómina del servicio exterior dominicano es una muestra de por qué el país es líder mundial en malversación de los recursos públicos, con 1,163 funcionarios, de ellos 660 diplomáticos y 503 consulares, muchos de los cuales son auténticas cuotas del clientelismo político y el nepotismo, equivalentes a los de toda América Central”, escribió Juan Bolívar Díaz en enero del 2012.

“Debe estar claro que una provisión adecuada de bienes públicos, incluidos los servicios de infraestructura, enseñanza, salud, justicia, seguridad jurídica, seguridad ciudadana y defensa de la competencia, es un factor fundamental para un buen clima que favorezca el desarrollo de los negocios. Y eso solo se logra si el Estado dispone de los recursos necesarios; en consecuencia, todos debemos aportar en función de las capacidades de las empresas y de las personas”, entiende ratificado Ministro de Economía y Planificación Temístocles Montás.

Lucha contra la pobreza, Danilo Medina y la END

Un estudio patrocinado por una agencia de los Estados Unidos, y que brinda apoyo en políticas públicas del país, determinó que en el sector salud de la República Dominicana existe un gran desorden. De acuerdo con ese estudio, de cada 100 empleados del sector salud solo 30 brindan un servicio en la función para la que han sido contratados. Los otros 70 asumen su trabajo con informalidad, no cumplen la tarea, no asisten a sus puestos, no cumplen horario, entre muchas otras excusas.

Esto es lo que podría estar ocurriendo en casi todas las instituciones estatales, que a diciembre del 2011 sumaban un total de 645,757 empleados públicos, entre instituciones del gobierno y las oficinas descentralizadas.

La gente se adhiere a los políticos y a los partidos buscando sacar ventajas de su cercanía con el Estado. Casi todos los políticos quieren repartir cargos, desean administrar presupuestos y creen que pueden ascender económica y políticamente si asignan posiciones en el Estado a sus seguidores. Es lo que han hecho los grandes líderes que han dirigido el país, desde Balaguer hasta Leonel Fernández.

Un estudio del Ministerio de Economía y Planificación determinó que en el 2011 había 4 millones de personas en condiciones de pobreza, el 40.8% de la población. También determinó que hay 1 millón de persona en pobreza extrema, es decir el 10.4% de la población. Estiman que desde que Leonel Fernández llegó a la presidencia de la República en el 2004 se ha reducido la pobreza en un 9,5%.

Estos logros son una combinación de las políticas públicas efectivas, como el Programa Solidaridad, y el clientelismo político, que dedica una gran parte del presupuesto nacional al pago de favores.

Danilo Medina, al tomar posesión del gobierno el pasado 16 de agosto, dijo que una prioridad de su gestión será combatir la pobreza. Esta fue una de sus frases más significativas en ese sentido: “Nuestra principal prioridad será, por un lado, disminuir considerablemente la pobreza absoluta en nuestro país. Y por otro, disminuir la gran desigualdad social”.

Danilo anunció un programa para combatir la pobreza (Quisqueya sin Miseria), que inicialmente pondrá especial énfasis en las poblaciones más vulnerables, con los propósitos de reducir la pobreza y las desigualdades sociales, y promover y defender la economía familiar y contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional del país.

El programa fortalecerá asociaciones y cooperativas, en alianzas con otros sectores de la economía, en particular con el turismo y las pequeñas y medianas empresas industriales. La propuesta tiene vínculos con los emprendedores, pues incluye estrategias de trabajo basadas en la coordinación de esfuerzos de múltiples ministerios y órganos del Estado, con iniciativas del sector privado empresarial y de organizaciones sociales.

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Raúl González y Marcos Troncoso en la creación de empresas

“Tengo 25 años, comencé mi proyecto antes del 2010, y pensé bien los pasos que debía dar para no fracasar en este proyecto”, cuenta Raúl González, el presidente de KOART. “Iba a la Universidad, trabajaba en CCN y manejaba mi propio proyecto. Era terrible. Me dije que ya estaba preparado, conocía los procesos, era monótono, y ganaba poco en la empresa. Por eso evalúe y decidí lanzarme con mi proyecto”.

La incertidumbre estaba presente. No tenía dinero. “Yo fui independiente siempre. No estaba pegado a lo que mi familia podía darme. Me pagué yo mismo la universidad. Fue todo desde cero y gracias a Dios”, relata el joven emprendedor.

Sin embargo, las empresas son entidades gregarias, que requieren la presencia de equipos bien coordinados y suma de fuerzas y voluntades de equipos, además de la presencia de capital que ayude en su despegue.

Marcos Troncoso, Asesor y promotor de empresas.
Acento.com.do

Marcos Troncoso, abogado, es un experto en creación de empresas. Preside Enlaces, una red de inversionistas Ángeles, organización no gubernamental creada con un programa con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Troncoso fue creador de empresas como TRICOM y la Zona Franca San Isidro. Ahora es consultor. Está interesado en hacerle ver al gobierno que la labor de promover empresas es la mejor manera de combatir la pobreza.

Las empresas son como seres humanos: nacen, crecen, se desarrollan y mueren. El problema es que la mortalidad empresarial no se ha medido en la República Dominicana, pero se sospecha que podría ser muy alto.

En el mundo más del 80 por ciento de las empresas son familiares, dice Troncoso. En el país no hay estadísticas firmes, pero las empresas familiares podrían sobrepasar el 90 por ciento.

Otra estadística fundamental: el 75% de las empresas familiares no llega a la segunda generación, porque en el país no hay gobernabilidad corporativa, todo depende del patriarca. Si el patriarca va perdiendo facultades, la generación de relevo no juega su papel, entre muchas otras cosas, lo que provoca que las empresas familiares no lleguen a la segunda generación.

“Y de las que pasan la segunda generación, solamente el 3% llega a la tercera generación. Eso quiere decir que hay una alta mortalidad de las empresas. Las políticas públicas de nuestros gobiernos deben partir de que las empresas mueren, y por eso hay que hacer un programa nacional de creación de empresas que vaya dirigido a sustituir a las empresas que van muriendo, y las empresas que nacen son las que tienen más posibilidad de crear más empleos”, afirma Marcos Troncoso.

En el país apenas se inicia el estímulo para la creación de empresas en ambientes competitivos y planificados. Las nuevas empresas son las que crean empleos, las que demandan créditos, las que generan una dinámica hasta de entrenamiento y formación de los futuros líderes empresariales.

Ya hay ocho universidades con centros de emprendimientos. Hay otras siete universidades más con planes en la misma dirección. Es decir, hay 15 universidades que están en el proceso. Es desde las universidades que se inicia y por Troncoso hace un reconocimiento a la ministra de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, Ligia Amada Melo, por haber logrado poner a las academias en ese proyecto.

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Algunos de los retos para emprendedores

No hay que tener resultados inmediatos. Ahí es que comienza a motivarse a los estudiantes. Es donde comienzan a decidir que quieren ser empleadores y no empleados. Quieren salir a montar un negocio, como hizo Raúl González.

Las estadísticas son que la tasa de mortalidad más alta es en las empresas que comienzan es en las que se originan por estudiantes universitarios o recién graduados, porque no tienen experiencia, no tienen capital, pero tienen la decisión de lanzarse y se lanzan y fracasan, y lo bueno del fracaso es que se convierte en la lección y el aprendizaje más importante que puede tener un emprendedor. Fracasa pero se le queda el germen de que lo puede hacer.

En EE.UU hay centros de apoyo a los emprendedores que lo primero que preguntan es cuántas veces has fracasado. Si nunca has fracasado, no te apoyan.

Quien invierte en los emprendedores ve más el equipo emprendedor que la empresa que va a crear. Un equipo emprendedor bueno, puede tener un producto mediocre y sale adelante y le va bien. Pero un equipo emprendedor mediocre, con un producto bueno, fracasa. Si tú no sabes cómo ejecutar las cosas, fracasas. Esa es la lección, cuenta Marcos Troncoso

Uno de los retos presentes y futuros de la sociedad dominicana es fomentar y crear nuevas empresas, y para ello debe haber programas nacionales, estimulados con políticas públicas, donde el gobierno decide promover la creación de empresas. “Crear empresas es la más efectiva herramienta de lucha contra la pobreza, porque las empresas son las que crean empleos, las que producen, las que exportan, las que pagan impuestos”, dice Troncoso.

Acerca de la propuesta del presidente de la República, Danilo Medina, Troncoso cree que solo en el Pacto Fiscal hay elementos que podrían ayudar.  “De los tres pactos que ha hablado Danilo en el único que veo algo es en el fiscal, pero lamentablemente ahora mismo todo lo que es incentivo fiscal es mala palabra para el gobierno, quizás porque en el pasado se arrastran muchos incentivos fiscales que no han sido buenos. En los organismos internacionales todo lo que es incentivo no está bien visto. Lo único que nos ayudaría fuera que en el pacto fiscal se creara algún mecanismo que le diera un respiro fiscal a las empresas que nacen. Pero para eso debe ser condicionado, para empresas que nacen bajo un determinado esquema, porque si lo abres, aquí estarán naciendo empresas todos los días, aprovechando el incentivo fiscal”, expresa.

La experiencia de Brasil con las incubadoras municipales

En Brasil está la historia contada de otro modo, sin clientelismo político. “Si una parte del dinero invertido en subsidios y programas sociales del gobierno se hubiese invertido en emprendimiento social,  le estaríamos dando al pobre no el pescado para que se lo coma y a las dos horas tenga hambre y vuelva a pedir, sino que le estaríamos dando la red para salir a pescar y pueda alimentarse continuamente. Brasil tiene una experiencia extraordinaria en emprendimiento social.  Creando micro empresas en los barrios pobres”, dice Marcos Troncoso.

En Brasil se trata de programas del Estado. Esos programas tienen personas que están identificando las condiciones y calidades de los barrios en pobreza. Nadie se deja morir, y los pobres canalizan su habilidad para actividades productivas. Ayudan a las gentes pobres a hacer emprendimientos por ellos mismos,  con microcréditos.

Es lo que ha logrado Norberto Odebrecht en Los Bajos de Sur, de Salvador de Bahía, que desarrolla obras de infraestructura en comunidades pobres, aportando recursos y equipos, y las comunidades ponen su fuerza de trabajo. Ese mismo proyecto estimula la creación de pequeñas y medianas empresas de productos agrícolas, como dulces, artesanías y la venta de palmitos procesados. Y han mejorado significativamente.

“Eso es emprendimiento social. Es la forma de reducir el desempleo. A las personas que tú pones a trabajar se quedan en sus barrios, otras trascienden y avanzan. Sacan su registro sanitario, industrializan mejor, venden más, mejoran la presentación, los procesos, la calidad, el etiquetado de sus productos y salen de la pobreza”, dice Troncoso.

No siempre se tiene éxito, pero de repente el medio por ciento de los emprendimientos prospera, y de allí salen nuevas ideas y salen empresarios de un barrio pobre.

La ruta de la END y del Informe Attali

Jacques Attali, Intelectual francés contratado por el gobierno dominicano para elaborar un informe.
Acento.com.do

El Informe de Jacques Attali y la Estrategia Nacional de Desarrollo son los documentos de mayor relevancia para los próximos dos decenios dominicanos. Hay incluso una actualización presentada en agosto por Attali con nuevas recomendaciones para las autoridades dominicanas.

El informe Attali parte de una descripción bastante cruda de la realidad dominicana, con muchas críticas al estado actual de la realidad económica, política y social y formula una serie de propuestas para superar las dificultades.

“Con un Estado endeudado y sin gran margen de maniobra fiscal, una sociedad poco educada y preparada para el futuro, el país se arriesga, si no se hace nada, a no tener una segunda oportunidad”. Así se inicia el documento.

Y sigue diciendo que actualmente ninguna Estrategia Nacional de Desarrollo puede ser desplegada mientras siga reinando la desconfianza que opone a la población y a las instituciones dominicanas. Por lo tanto son necesarias medidas a poner en práctica cuanto antes, para crear las condiciones de aplicación que permitan el desarrollo de la estrategia.

Dichas acciones pueden agruparse en siete iniciativas:

Devolver la confianza en las instituciones

Desarrollar servicios públicos de calidad

Formar a las futuras generaciones

Preparar el país para la competencia internacional

Organizar el financiamiento de la Estrategia Nacional de Desarrollo

Proteger el medio ambiente y acondicionar el territorio

Integrar al país en la región y en la competencia internacional

Cada una de estas iniciativas está dotada de un conjunto de acciones que abarcan actividades del Estado y del conjunto de la sociedad. En el reglamento para la ejecución de la END está la clave para su puesta en marcha.

Acciones para las micro y medianas empresas

Por ejemplo, en la iniciativa tres (Formar a las futuras generaciones) se incluyen acciones para favorecer la creación de microempresas. Presenta el contexto de las entidades de micro finanzas, las condiciones de acceso al crédito y favorece que las entidades de micro finanzas desarrollen políticas de apoyo a las micro empresas. Entre las acciones incluye redactar una ley requiriendo que los bancos abonen un porcentaje, a determinar, de su Producto Neto Bancario a un fondo de refinanciamiento de las Instituciones de Micro Finanzas (IMF) en el cual las IMF podrán re-descontar sus créditos y obtener una cobertura de riesgo parcial, que no pueda sobrepasar el 50 %.

Sugiere también que el acceso al re-financiamiento de los Institutos de Micro-Finanzas dependerá de la calidad de su cartera y que los beneficios del fondo podrán ser distribuidos a los bancos propietarios. Incluye desarrollar medios de pago alternativos para las personas no bancarizadas (80 % de la población dominicana) a través de la utilización de teléfonos móviles.

Otra estrategia es la lucha contra el trabajo informal, en el que se desenvuelve el 56% de la población dominicana.  Los principales sectores de actividad concernidos por el trabajo informal son: la construcción (84 % de trabajadores), la agricultura (78 %), los hoteles y restaurantes (69 %) y el comercio (66 %). Las acciones de esta estrategia incluyen:

Concebir acciones de sensibilización y formación profesional subvencionada para los trabajadores del sector informal que acepten declararse y pagar las tasas y cotizaciones sociales de base.

Favorecer la concesión de microcréditos para equipar a los trabajadores bajo reserva de conformidad (registro, pago de tasas).

Adaptar la reglamentación comercial para simplificar los trámites de registro o de declaraciones de actividad (licencia, volumen de negocios, etc.). Las dificultades de crear y de cerrar una empresa son en efecto las dos peores puntuaciones de la República Dominicana en el Doing Business Report.

Y para coronar, el punto 7 de la END incluye la inversión en la incubación de empresas, vinculándola estrechamente con la agencia oficial para el desarrollo de las Pymes: Promipyme. El documento sugiere “crear un verdadero fondo de participación estratégica con capitales dominicanos que invertirá en los sectores de futuro en espera del PROMIPyME”.

Observa que el acceso al crédito y a los capitales es especialmente delicado para las empresas, y sobre todo para las PYMES. “El país carece de una verdadera red de PYMES, capaz de desarrollar la industria ligera, la electrónica o la transformación agroalimentaria. Un solo fondo nacional viene a sostener el desarrollo de las PYMES, el PROMIPyME pero su portafolio es muy limitado”, dice el documento.

Las acciones  sugeridas van en la misma dirección propuesta por Marcos Troncoso: Aumentar la capitalización del PROMIPyME a 1 % del PIB para hacer un verdadero fondo estratégico.

Reclutar para la gestión de ese fondo a los mejores expertos en financiamiento, capaces de estudiar con objetividad y profesionalismo las demandas de inversiones y las oportunidades, y acompañar las participaciones en su crecimiento.

El eje estratégico número 3 de la misma propuesta incluye “crear incubadoras de empresas emergentes: fábricas llave en mano, servicio generales centralizados, centros de llamada para el servicio post-venta”.

Entiende que el desarrollo y la diversificación de la economía dominicana “puede acelerarse de manera significativa a través de la creación de incubadoras de empresas emergentes, según modelo vigente en EE.UU. o en Europa”. Y sugiere que el Parque Cibernético de Santo Domingo, incubadora de actividades IT en asociación con el ITLA (Instituto Tecnológico Las Américas), es un ejemplo para generalizar.

Los clusters y las áreas de competitividad, por asociación de universidades, de laboratorios de investigación y de los centros de producción, permiten conjugar innovación y tecnología, dice el Informe Attali. “Por su posicionamiento regional o local, pueden acompañar también a programas de descentralización y crear oportunidades sobre todo el territorio dominicano”.

Raúl González y la Estrategia Nacional de Desarrollo

Raúl González, emprendedor.
Acento.com.do

Observando todas las iniciativas que aquí se mencionan, y que son parte de la política oficial del Estado, por vía de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, Raúl González tiene un testimonio que deja constancia de su fuerza de voluntad.

“No he recibido apoyo financiero del gobierno ni del ningún organismo privado, ni orientación ni formación para hacer mi negocio. Todo ha sido organizado por mí de acuerdo a mi criterio. No he buscado el apoyo ni sé si existe para casos como el mío”. Luego de este diálogo, Raúl González solicitó al periodista la lista de instituciones que tienen proyectos de apoyo a emprendedores.

“No tengo conocimientos de que existan programas de créditos blandos para las Pymes, ni sabía que existía Promipyme, ni tenía conocimientos de que la Cámara Americana de Comercio tuviera un programa con el Banco Popular para apoyar a las Pymes. Tampoco sabía que USAID, la FDD, MUDE y otras entidades tenían programas de ayuda y entrenamiento”, dijo cuando fue entrevista en las oficinas de Koart.

“He oído algo, pero nunca he acudido a nadie. Nadie me ha dicho nada nunca. He creado 9 empleos, pero eso no interesa a nadie, parece”, expresa casi con decepción. “Las trabas que encuentro es con la DGII, porque cada mes tengo que pagar el ISR. Eso es terrible, porque yo necesito las ganancias para reinvertirlas y hacer crecer mi negocio. Mis problemas son los competidores multimillonarios que tengo, que un pago de un millón de pesos para ellos no es nada, y que se le atrasen seis y siete meses para pagarle un servicio no es nada. Para mí sería terrible un atraso de uno de mis clientes”, se queja.

¿Que recomendaría a los emprendedores?

Raúl González fue empleado y fajador. Se define como una persona que siente pasión por el trabajo. “Cuando tu trabajas para otro tienes que asumir el trabajo como un desafío, porque no lo harás cuando trabajes para ti mismo. No se puede ser mediocre en términos laborales. Hay que ser fajador en todos los ámbitos. El vago siempre será vago. Esto requiere de muchos sacrificios. No tengo fines de semana. Mi compromiso es muy fuerte”, dice para ponerle nombre y apellido a su pasión.

Dice que si del Estado vienen a dar apoyo lo recibiría bien. “Lo que me falta es información. Tampoco no es que no lo necesite. Operamos y lo hacemos bien. Por eso no he salido a buscar urgencias económicas ni me he acogido a ningún beneficio del Estado”.

Reconoce que pudo haber crecido más si hubiese acudido a una ayuda, a la formación específica en negocios o al financiamiento. Pero eso es difícil de evaluar. “Los bancos envían propuestas de crédito, pero no específica, y yo no las acepto”. Tal y como explicó Marcos Troncoso.

Las perspectivas del negocio con el nuevo gobierno no son optimistas, pues Raúl González dice no depender del gobierno para sus actividades, pero reivindica el optimismo. “Siempre me enfoco en el sector privado, porque es un tipo de cliente que no varía. No depende de la política. Me asusta que el gobierno anuncie que cobrará más por el ITBIS, preocupan las alzas en los materiales que yo compro. En ese factor el gobierno es importante. Que aumenten el ISR, es otro peligro. Uno trabaja por un margen de ganancias. Es un factor a analizar que el gobierno se lleve tus ganancias”, concluye.

Una gran ventaja del nuevo gobierno es que tiene en sus manos los instrumentos legales y técnicos para iniciar un nuevo modelo económico, con políticas públicas que se sustenten en la racionalidad del gasto, en el estímulo a la producción y en la creación de empresas, como forma eficiente de reducir el desempleo y combatir la pobreza. Es la mejor manera de asumir los retos presentes y futuros de la sociedad dominicana.