LA HABANA, Cuba.-Los planes de Cuba de despedir medio millón de empleados del Estado a finales de marzo están atrasados, reconoció el presidente Raúl Castro, según dijo la televisión oficial de Cuba. El cronograma para los despidos se va a modificar para suavizar el impacto.

Los despidos forman parte de los planes que intentan revivir la crítica situación económica de Cuba, un problema que según se ha informado será tratado en el próximo Congreso del Partido Comunista de Cuba anunciado para el próximo mes de abril, el primero que celebrará el único partido legalizado en 14 años .

“Una tarea de esta magnitud, que afectará a tantos ciudadanos de una manera un otra no puede estar enmarcado en cronogramas inflexibles”.

En una reunión del gabinete, el presidente Raúl Castro dijo que los despidos están atrasados y que de hecho, se ajustará el programa, informó la televisión estatal.

“Una tarea de esta magnitud, que afectará a tantos ciudadanos de una manera un otra no puede estar enmarcado en cronogramas inflexibles”, dijo Raúl Castro, según la fuente.

Castro no anunció una nueva fecha para los despidos anunciados, y dijo que replantear la economía del país tomaría al menos cinco años. Una vez más insistió en que las reformas no dejarán a nadie desamparado.

En el plan anunciado inicialmente en septiembre pasado, se hablaba de cancelar alrededor de un millón de empleados gubernamentales, cerca de una quinta parte de la fuerza laboral del país, y que la mitad de ellos serían efectivos el 31 de marzo de 2011.

Para realizar este trabajo se crearon miles de comités por toda la isla, que son los que deciden qué puestos de trabajo es necesario eliminar. El proceso, aun en sus primeras etapas, no ha estado exento de cierta resistencia, incluso por parte de quienes tienen que implementarlas.

Y como complemento al lanzamiento a la calle de cientos de miles de trabajadores, el gobierno ha abierto la posibilidad de abrir pequeños negocios privados o solicitar licencias para el trabajo “por cuenta propia”, que operarán bajo fuertes regulaciones y una relativamente elevada tributación.

La economía socialista cubana, tal como ha admitido la alta dirigencia del gobierno, pasa por una de las etapas más difíciles de la historia, con una productividad y resultados insuficientes, bajo una enorme carga de deudas, con programas sociales sumamente costosos, y los efectos del embargo económico impuesto por el gobierno de Estados Unidos.