SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El presidente del partido Alianza por la Democracia (APD), Max Puig, exhortó al Gobierno a tomar con la seriedad que ameritan las recientes declaraciones del presidente de la Barrick Gold, Manuel Rocha, indicando que el aporte fiscal de la empresa se reducirá en cien millones de dólares este año, debido al descenso del precio del oro.
Recordó desde el año 2013, cuando se rediscutió el contrato entre el gobierno y la transnacional canadiense, advirtió que el mercado del oro había ingresado en un período depresivo, por lo que se debían tomar medidas que fueran más allá de las meramente fiscalistas.
Puig consideró que la tendencia hacia la baja es tan acentuada que puede preverse que en los próximos tres años el precio de la onza de oro descienda a los mil dólares o menos, lo que conllevaría la suspensión de las operaciones de Barrick en el país.
Explicó que “fue un error del Gobierno haber aceptado el precio de US$1,400 la onza como precio de referencia del oro en la renegociación del contrato con Barrick, cuando en realidad el precio promedio ha estado por debajo de los US$1,200 en los últimos años”.
La fijación de ese alto precio de referencia se hizo con el propósito de crear expectativas de que se obtendrían más recursos de los que terminará recibiendo el país por la explotación de este metal, adujo.
El ex ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales dijo que a pesar de que el agua es un insumo imprescindible para el procesamiento de los sulfuros, que es la materia prima de donde se extraen el oro, la plata y otros metales en la mina de Pueblo Viejo, el Estado no recibe un solo centavo de Barrick por este valioso líquido.
“En ninguna parte del mundo se le regala el agua a la minería ni a ninguna actividad productiva, sino que por el contrario se cobra por ella en relación a la cantidad y al papel que juega en el proceso de producción” dijo Puig en un comunicado de prensa.
Por otra parte, la APD reiteró su propuesta de que se asegure la refundición del doré en el país. La creación de esta refinería, como lo propuso en su momento Juan Bosch, permitiría agregarle valor al oro de Pueblo Viejo, lo que se traduciría en un mayor precio.
La empresa podría a la vez refinar oro procedente de otros lugares del mundo aumentando los ingresos por este concepto, agregó.
Aclaró que esta planta de refinamiento debe ser instalada por Barrick en sociedad con el Estado dominicano, y que al término de un plazo acordado entre las partes ella pasaría a ser propiedad exclusiva del país.
La Alianza Por la Democracia (APD) también propuso que se cree un fondo con una parte de los recursos que se obtienen del oro, a los fines de que estos sirvan de reserva para cuando se agote la mina de Pueblo Viejo, o en caso de que se suspenda su explotación por baja de precio en el mercado internacional.
Sugirió que los restantes ingresos por el oro de Pueblo Viejo se dediquen exclusivamente para el desarrollo nacional y el de la franja oriental del Cibao Sur, que es donde se extrae este mineral y donde recae el impacto directo de las actividades mineras.
“Debiera prohibirse explícitamente que los ingresos por el oro se dediquen a cubrir déficits fiscales, la deuda externa y a gastos corrientes no relacionados con inversiones de desarrollo o con necesidades directas de la población”, acotó la APD.
De acuerdo con el presidente de la Barrick Pueblo Viejo, Manuel Rocha, la depreciación del oro a nivel internacional apunta a disminuir considerable los ingresos fiscales y las ganancias de la empresa para este año.
Los aportes al fisco para este año serían de unos US$300 millones, menores a los US$400 millones que la minera redituó al Estado en el 2014, por el pago de impuestos directos y las recaudaciones indirectas.