SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La “Isla del Encanto” ha devenido en los últimos años en el destino externo más dinámico y rentable de la batata dominicana, un cultivo del que apenas se está colocando un pequeño volumen en el resto de los Estados Unidos.

De hecho, el 92% de la batata fresca que sale de República Dominicana a otros mercados desembarcó en Puerto Rico, siendo el sexto producto dominicano más exportado a la isla caribeña y el segundo de naturaleza agrícola, detrás de la melaza de azúcar.

Según las cifras del Centro de Exportación e Inversión (CEI-RD), en el 2014 los puertorriqueños consumieron 8,939,101.75 kilogramos de batata criolla, un volumen valorado en US$6,264,687.37 millones, dentro de total de US$6,802,605.79 que redituaron estas exportaciones. En el 2013 este comercio produjo US$4,337,204.12 millones.

Uno de productores que participa en esto es Aquiles Valdez, quien además se desempeña como intermediario entre un grupo de agricultores de El Cercado (San Juan de la Maguana) y una empacadora localizada en la autopista Duarte, en las afueras de la capital.

Valdez explica que uno de los atractivos de este negocio es el precio que paga por el producto el exportador, que se sitúan muy por encima del que se obtiene en el mercado local.
“Últimamente la hemos estado vendiendo a RD$1,200 el quintal, pero en algunas épocas vale hasta RD$3,000, mientras el mercado local lo que más que paga por lo general son RD$700 por el quintal de 120 libras”.

Entrevistado por vía telefónica, Valdez afirma que la batata (llamada también boinato o camote) ha devenido en uno de los cultivos “que más ganancia está dejando” en el campo, “excepto en lo que va de este año, porque la sequía ha bajado mucho la producción”.

Características de la producción

El presidente de la Red de Organizaciones Agropecuarias del Valle de San Juan, Robin Alcántara, agrega que a pesar de que la sequía ha mermado su rendimiento, el rubro tiene la ventaja de que se siembra todo el año, además de que se consume mucho en otras naciones, por ser un vívere ricos en nutrientes y proteínas.

Ramón Hernández, investigador del Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF), apunta que el gusto y las preferencias de los puertorriqueños es muy similar al de los dominicanos, lo que ha facilitado la penetración del tubérculo en ese mercado.

“Por ejemplo, para los países europeos y EEUU la que más se comercializa es la batata color zanahoria, que la llamamos Caroténica”. En Puerto Rico, explica, se consumen otras dos variedades: “una es canolia roja y la otra tifey, de pulpa amarillo cremoso, y de piel roja, respectivamente, que tanto a los boricuas como a nosotros nos gusta que por fuera sea roja y marrón rojizo”.

Indica que donde más batata se está cosechando son el Cibao Central, que concentra más del 40% de la producción, y la región de San Juan de la Maguana.

Hernández asegura que la batata “se da donde quiera”, contrario a otros productos agrícolas. “Lo único es que se necesita proveer al productor de material de calidad y orientarlo con asesoría técnica”, aspectos en los que precisamente están trabajando entidades como el IDIAF.