Emile Durkheim, padre de la sociología moderna decía: el autoengaño es la heroína de la humanidad.  Para la mayoría de las elites en política y el mundo empresarial resulta muy difícil entender por qué los ingleses votaron por algo que indiscutiblemente, tiene una repercusión negativa para la inmensa mayoría de los ciudadanos británicos.

Un repaso rápido de la historia del referéndum nos haría darnos cuenta de cómo el mismo jamás debió existir en primer lugar. En el 2005 el Sr. Cameron quiso ganar credibilidad entre los demás miembros del Partido Conservador británico, que en una parte significativa están considerados euroescépticos, prometiéndoles que él era uno de ellos.  Para el 2013 cuando ya era Primer Ministro, prometió que haría un referéndum, pensando que nunca tendría los votos necesarios para hacerlo.  Pero cuando los Tories ganaron mayoría parlamentaria en el 2015 el Sr. Cameron se vio arrinconado en sus propias promesas y no le quedó de otra que convocar el referéndum.

Ya para esta fecha el Sr. Cameron había invertido más de diez años convenciendo al pueblo británico sobre lo contraproducente que era la Unión Europea para su país.  Quizás Cameron pensó que las negociaciones de Febrero 2016, donde este le dio un ultimátum a los líderes de los otros 27 países de la Unión Europea con miras a conseguir un estatus especial, sería suficiente para convencer a la mayoría de los británicos de que votaran por quedarse dentro.  El hecho de que ni los líderes de los Tories: Cameron y Osborne, ni el líder del partido Laborista, Jeremy Corbyn hicieran una buena campaña para que el Reino Unido permaneciera en la Unión Europea, fue la gota que desbordó el vaso.  Así el 23 de Junio, el RU votó por salirse de la Unión Europea en un referéndum que jamás debió existir. Una vez más, un político que sólo pensó en su carrera llevo un país al desastre.

¿Por qué un pueblo tan educado y racional como el inglés votaría por algo que, tan claramente, no le conviene a la mayoría?

Una de las teorías que gana adeptos es, que las elites políticas y empresariales han elegido no fijarse en que el noventa por ciento de las riquezas que se han generado en los últimos veinticinco años ha ido a parar en las manos del uno por ciento.  El hecho que la clase media haya ido perdiendo poder adquisitivo año tras año durante los últimas tres décadas ha exacerbado a la mayoría de la población, no tan solo del Reino Unido, sino de la mayoría de los países de la OECD.
En la República Dominicana estaremos aprobando próximamente nuestra nueva Ley de Valores. Es muy importante que los reglamentos que se deriven de dicha ley canalicen el ahorro de la sociedad de una forma eficiente al sector real.  Dichos reglamentos deberían de ser cónsonos con los principios de IOSCO así como con las mejores prácticas de los países más desarrollados de la región, tales como: EEUU, México, Colombia, Chile y Perú. Si bien hoy día los súper ricos y los ricos tienen acceso a invertir internacionalmente de una forma eficiente, de la misma manera, dichos reglamentos, deberían dar acceso a la Clase Media.  Esto se lograría a través de un reglamento que permita el registro de todo instrumento que sea emitido en jurisdicción IOSCO y que sea de oferta pública.

Un Mercado de Valores sostenible fomenta el desarrollo de la clase media. Y un país donde su clase media se fortalece y evoluciona, es un país que aleja la posibilidad de que le sucedan cosas como el #Brexit al Reino Unido.