SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El 74 por ciento del aporte fiscal de los hoteles todo incluido proviene de impuestos que pagan los empleados y los turistas, según un análisis del Departamento de Estudios Tributarios de la Dirección General de Impuestos Internos(DGII).
“Si se evalúan los impuestos de acuerdo a quien efectivamente soporta la carga tributaria, es decir, quien realmente paga el impuesto, los pagados por las empresas representan el 26 por ciento, y ascienden a RD$644.2 millones en promedio por año. El 74 por ciento restante, equivalente a RD$1,859.3 millones fue retenido por las empresas pero pagados por los consumidores finales y/o asalariados”, registra el documento de 2010.
En 2005, los clientes de hoteles y los asalariados pagaron el 78.5 por ciento de los impuestos de los hoteles todo incluido; en 2006, el 68.8 por ciento; en 2007, el 70 por ciento; en 2008, el 75.4 por ciento y en 2009 el 78.7 por ciento.
El mismo informe de Impuestos Internos registra que los salarios pagados por el sector turismo en su mayoría se encuentran por debajo de los niveles de alcance de la tributación del Impuesto Sobre la Renta (ISR) de los asalariados en el país.
“Si evaluamos el ratio de margen de utilidad operativa bruta sobre gasto y costo de operación para estos contribuyentes, en la mayoría de los años es negativo”
Siendo específicos, el ISR se descuenta de salarios a partir de 33,350 pesos, en una escala del 15 al 20 por ciento. Esto significa que la mayoría de los empleados de hoteles gana muy por debajo de los 800 dólares al mes.
“El aporte en términos recaudatorios de la actividad de Servicios de hotelería Todo Incluido no representa montos significativos”, se explica en el documento y atribuyen esta situación a que esos contribuyentes presentaron pérdidas en el periodo 2005-2009.
En la modalidad todo incluido, los hoteles presentan poca rentabilidad y lo que generan no les permite cubrir los costos y gastos generados en la prestación de sus servicios, dice el documento. Pero esta evaluación se hizo en base a los datos y cifras presentados por los propios hoteles todo incluido, que a pesar de su supuesta baja rentabilidad aún siguen operando en el país.
El 80 por ciento de los hoteles no incluidos declaró pérdidas todos los años entre 2005 y 2009. En consecuencia, su tasa efectiva de tributación no alcanzó en ese período ni el uno por ciento.
“Si evaluamos el ratio de margen de utilidad operativa bruta sobre gasto y costo de operación para estos contribuyentes, en la mayoría de los años es negativo”, explican los expertos que elaboraron el informe.
Hasta 2010 en el país habían 105 hoteles. En Bayahibe, La Romana, seis; en Boca Chica cuatro; en Juan Dolio-San Pedro, cuatro; en Puerto Plata-Sosua-Cabarete, 22; en Punta Cana-Bávaro-Uvero Alto, 63; en Río San Juan uno y en Samaná cinco.
De este grupo, cinco se encontraban bajo el régimen de incentivo de Fomento al Desarrollo del Turismo, que otorga a los contribuyentes, a los hoteleros acogidos un conjunto de beneficios fiscales de acuerdo a la ubicación geográfica. Esto se traduce en exenciones en un 100 por ciento del pago del Impuesto Sobre la Renta, del Impuesto sobre Transferencias de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) pagado en importaciones, tasas, aranceles, impuestos municipales y otros.