PANAMÁ.- Los siete países centroamericanos y la República Dominicana han reducido el número de personas subalimentadas en casi 1,8 millones en los últimos 20 años, una tendencia positiva en línea con lo que sucede en el conjunto de América Latina y el Caribe, señala un informe presentado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Según el documento “Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de Centroamérica y República Dominicana 2014”, los avances en Centroamérica y República Dominicana han permitido reducir el porcentaje de personas que sufre hambre de 24,5% a 13.2%.

Sin embargo, esta tendencia positiva no es suficiente, pues es aún bastante superior a la media regional de 6.1% de América Latina y el Caribe (ALC).

Centroamérica y RD “siguen la pauta general de avances y esfuerzos políticos e institucionales para reducir el hambre y la desnutrición de la región, pero las características de los países, los índices que presentan y sobre todo algunas de las causas de la subalimentación sugieren la necesidad de un análisis diferenciado del conjunto de ALC”, explicó Ignacio Rivera, Coordinador de la FAO para Mesoamérica y Representante en Panamá.

Según el organismo de Naciones Unidas, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana “han cumplido o están próximos a cumplir” la meta del hambre de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que busca reducir a la mitad la prevalencia de subalimentación entre 1990 y 2015, mientras que la otra mitad han realizado esfuerzos que aún es necesario ampliar.

Pobreza y hambre van de la mano

Señala que tanto en Centroamérica como en la RD la inseguridad alimentaria y la pobreza son fenómenos mayoritariamente rurales. Igualmente, los índices de desnutrición, tanto global como crónica, son sistemáticamente superiores en el ámbito rural más que en el urbano.

En comparación con el resto de América Latina y el Caribe, la incidencia de la pobreza de Centroamérica y República Dominicana es considerablemente mayor (48% contra 28%).

Asimismo, en las áreas rurales de la región, “tres de cada cinco personas viven en situación de pobreza y tres de cada diez en pobreza extrema, tasas superiores al ámbito urbano”.

El informe plantea que una de las maneras de ver la relación entre pobreza e inseguridad alimentaria, especialmente en el ámbito rural, son los ingresos para adquirir los alimentos. En general, en la región se necesita más de un salario mínimo por familia para tener acceso a suficientes alimentos, puntualiza.