Las razones del cambio, se encuentran en un promedio mundial de esperanza de vida que se ha disparado, de los 53 años en 1960, a 72 años en 2015, con una clara tendencia a seguir incrementando en 1.5 años por década. Mirando hacia el futuro y uniendo a estas cifras una tasa más baja de nacimientos, el Foro Económico mundial, proyectó el número de jubilados por trabajador a nivel mundial y advierte una reducción, de 8:1 en la actualidad, a 4:1 en 2050.
En el marco de estas tendencias, cada vez más, las empresas tendrán el reto de preparar, incorporar y desarrollar a más personas en sus 50, 60 y 70 quienes, por razones emocionales o financieras desean postergar su salida.Indudablemente, el denominado “tsunami -gris”, parece acercarse y mostrar realmente su fuerza y energía en los países y las empresas. Congruentemente las empresas y los países requieren la actividad de este nuevo grupo de “mayores- jóvenes”.
En la más reciente encuesta de Organización y Personas, 2018 de Deloitte, específicamente en el análisis para República Dominicana, cerca de un 79% de los líderes empresariales ven este tema con alta importancia, pero el 89% de ellos dice no estar preparados para gestionarlo y únicamente un 33% está implementando algunas estrategias enfocadas a este grupo.
Es clave, no limitar o centrar las iniciativas en aquellos que están muy próximos a su retiro, sino en todas las personas que empiezan a llegar a los cuarenta o cincuenta años, en vías a fortalecerlas y actualizarlas para el futuro. Específicamente las empresas, deben transformar sus estrategias para generar nuevos escenarios, roles y planes para aprovechar la energía y trayectoria de este grupo.
Más que empezar a pensar en su retiro, una alta cuota de las personas de este grupo, quieren reinventarse y aportar su experiencia y conocimiento, pero, no tienen un camino fácil, enfrentan una alta disminución en sus posibilidades de trabajo, con cifras sumamente bajas de empleabilidad en el país, un desplazamiento y freno al crecimiento en sus trabajos, así como una gran ansiedad por acelerar su curva de aprendizaje en una industria 4.0 en la que exponencialmente avanza el cambio.
Lamentablemente un 37% de los líderes dominicanos indicaron que las culturas empresariales ven a las personas mayores como una desventaja para las compañías y desde el otro extremo, un reducido 14%, indica ubicar ventajas en este grupo.
¿Qué estrategias se deben impulsar para que más que preparar un retiro se aumenten las posibilidades para personas mayores de cuarenta o cincuenta años?:
Desarrollo de una cultura de aprendizaje dinámica y abierta al cambio
El primer paso para ser una empresa socialmente responsable con esta generación, es construir una cultura de aprendizaje continua, donde cada individuo se empodere de su crecimiento apoyado en una plataforma corporativa.La ausencia de programas de enseñanza condena a estas personas al pasado y por tanto a disminuir sus posibilidades de crecimiento y empleabilidad al llegar a ser “mayores- jóvenes”.
Muchas de las aplicaciones y tecnologías desarrolladas, comúnmente, para los jóvenes son grandes aliados de las personas de las generaciones X y anteriores, pero es preciso moldear en ellas una apertura al cambio. Aquellos “mayores- jóvenes” que lo logran muestran altos niveles de adopción digital.
Roles diversos aumentan la productividad
La fuerza de los “mayores-jóvenes”, está impulsando un gran número de investigaciones para ayudar a las organizaciones a dar forma a sus estrategias de negocio y talento. Por ejemplo, el MIT AgeLab- Laboratorio del Instituto de Tecnología de Massachusetts- trabaja con empresas, el Gobierno y otras partes interesadas en el desarrollo de soluciones y políticas encaminadas a involucrar a la población mayor. La capacitación, los procesos de transición y la tutoría, son áreas en las que se ha reportado un valor importante en este grupo.
Entornos diversos, horarios flexibles
Al igual que los jóvenes lo colocan como un motivador, para los trabajadores mayores es una necesidad y un facilitador las opciones de horarios flexibles y cargos a tiempo parcial. Esto ofrece oportunidades para sacar el máximo partido de este grupo sobre una base contingente u ocasional. Algunas compañías han adaptado condiciones de infraestructura y diseño para potenciar el bienestar y la productividad.
La gestión de las poblaciones mayores, sin duda, muestra una relación virtuosa además de una clara responsabilidad corporativa. Es un grupo de trabajadores probado, comprometido y diverso.
La dinámica de las empresas es un claro espejo de los cambios sociales. Las personas mayores tienen una perspectiva de vida diferente, tiene energía e ideas, no quieren estar aislados o inactivos, pero requieren un acompañamiento en sus carreras. El trabajar con ellas, brinda claras ventajas competitivas a las compañías y beneficios para el bienestar y justicia económica de los países.
Las mentes abiertas y los nuevos enfoques flexibles, más que nunca, son necesarios.