ELMAU, Alemania.- Los líderes del G7 comenzaron hoy su cumbre en el palacio bávaro de Elmau (sur de Alemania) con una agenda centrada en la evolución de la economía y en las difíciles relaciones con Rusia por la crisis de Ucrania.
Tanto el presidente de EEUU, Barack Obama, como el del Consejo Europeo, el exprimer ministro polaco Donald Tusk, instaron, antes del comienzo de la reunión, a hacer frente a la actitud de Rusia con respecto a Ucrania y mantener la línea de las sanciones a ese país que fue excluido del grupo a raíz del estallido de esa crisis.
Acompañada por su marido, Joachim Sauer, la canciller alemana, Angela Merkel, dio la bienvenida a los presidentes de EEUU, y Francia, François Hollande, así como a los primeros ministros de Italia, Matteo Renzi, Reino Unido, David Cameron, Japón, Shinzo Abe, y Canadá, Stephen Harper, y a los presidentes de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y del Consejo Europeo, Donald Tusk.
La primera sesión de trabajo tiene como eje el análisis de la economía global y, aunque la crisis griega no está incluida formalmente en la agenda, el Gobierno de Berlín asume que sería sorprendente que los líderes del G7 no abordarán la cuestión.
Merkel y Hollande hablaron el sábado de nuevo por teléfono con el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, y hoy Juncker, en rueda de prensa, señaló que "aún no ha recibido" ninguna propuesta alternativa de Atenas a la presentada por los acreedores internacionales para cerrar un plan de reformas que permita desbloquear la ayuda financiera pendiente.
En las sesiones de trabajo de hoy los líderes del G7 abordarán también la marcha de las negociaciones de los distintos acuerdos de libre comercio bilaterales o regionales y en la cena se centrarán en la agenda exterior, desde el conflicto de Ucrania hasta la guerra en Siria.
Obama, que se reunió con Merkel antes de la cumbre, abogó en un breve discurso por "hacer frente a la agresión de Rusia en Ucrania", mientras que poco después, en rueda de prensa, el presidente del Consejo Europeo apostaba por que los países del G7 se mantengan "unidos" para "reconfirmar" las sanciones a Moscú.
Se trata de la segunda cumbre consecutiva sin la presencia del presidente ruso, Vladimir Putin, apartado de este foro informal por el resto de mandatarios tras la anexión de la península ucraniana de Crimea.
Merkel y Obama, que se dieron cita horas antes de la reunión del G7 en la cercana localidad alpina de Krün, se mostraron en público amigos y aliados, por encima de las "diferencias de opinión" que puede haber entre los dos países, en palabras de Merkel.
Hizo así referencia, sin citarlas, a las tensiones surgidas por los programas del espionaje estadounidense en territorio alemán y a la polémica surgida por la presunta colaboración de los servicios secretos germanos.
El Gobierno alemán ha elegido como escenario para la cumbre los bucólicos paisajes del sur de Baviera, cerca de la frontera con Austria, donde los lideres del G7 posaron ante los fotógrafos mientras paseaban por el campo, varios de ellos con la chaqueta al hombro, antes de comenzar su retiro.
Más de 22.000 agentes de policía alemanes participan en el dispositivo de seguridad diseñado para la cumbre, apoyados por unos 2.000 colegas austriacos. EFE