El destino dominicano disfruta en los últimos años de un auge importante en los grandes mercados emisores de Sudamérica, y el 2015 no fue la excepción.

Esto se manifiesta claramente en el sostenido dinamismo que se registra en las llegadas de turistas venezolanos, argentinos y brasileños.

En el período 2010-2015, por ejemplo, el flujo de turistas provenientes de Venezuela aumentó de 48,326 a 167,716 personas, más del triple. También hubo incrementos significativos en las llegadas de argentinos -de 71,461 a 133,888-, y de brasileños, que pasó de 38,461 a 140,348 visitantes.

Un breve análisis de la firma consultora Analytica destaca que este auge ha sido aun mayor en los dos últimos, 2014 y 2015.

En el 2014, Venezuela tuvo un crecimiento en las llegadas de 50%; Brasil de 23%; y Argentina de 5%. Pero más destacable es el crecimiento que mostraron estos mercados emisores en el 2015, que se situó en 48%, 23% y 19%, respectivamente.

El factor político-económico

De acuerdo con Analytica, ese gran flujo de sudamericanos puede deberse a los factores “político-económicos” que se manifiestan tanto en Venezuela como en Argentina.

Por un lado, Venezuela tuvo una inflación para el cierre de 2015 de 181% que está provocando el deterioro de las condiciones económicas básicas.

Asimismo, señala que Argentina “se encuentra en una economía estancada, producto de los problemas financieros de los fondos buitres”, los cuales esperan ser resueltos en este 2016.

En términos más generales, en el período analizado América del Norte presenta una ligera variación de 46.25% a 49.65% en la llegada de turistas a la RD. En tanto que Europa registra una disminución considerable, de 28.71% a 20.26%, mientras que América del Sur tuvo un incremento importante de 7.12% a 12.34%.

En el ámbito de Europa, cabe destacar el declive en la llegada aérea de los rusos, quienes pasaron de ser 180,821 personas en el 2014 a 71,572 personas en el 2015, para una variación negativa de -109,249 personas menos. Esta caída también se atribuye a la crisis económica que ha vivido Rusia en los años más recientes.