SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El levantamiento parcial de la veda estadounidense a los aguacates dominicanos ha significado un respiro en medio del clima de incertidumbre y cuantiosas pérdidas que sacude al sector, aún cuando tiene un impacto limitado en la producción nacional.
La medida del Servicio de Inspección de Salud Animal y Vegetal de los Estados Unidos (APHIS, siglas en inglés) permite reanudar las exportaciones de tomates y de la variedad de aguacates Hass, por considerarlos cultivos no hospederos de la plaga Mosca del Mediterráneo (Ceratitis Capitata), que se detectó en Punta Cana.
No obstante la dosis de optimismo que conlleva, la disposición abarca únicamente al 25% de la producción exportable, al tiempo que la prohibición sigue vigente para la variedad que más se coloca en ese mercado, Semil 34 o Cáscara Verde, como también para la Carla, entre otras que tienen una creciente demanda.
El Hass es el aguacate de mayor consumo en los Estados Unidos, pero se trata de un nicho de mercado que dominan ampliamente los productores de México y estados como California, donde la República Dominicana empieza a abrirse paso.
José Rosa, presidente del Clúster del Aguacate, indica que gracias al grosor de su cáscara y a gestiones de productores, autoridades y de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), se pudo documentar la resistencia al contagio de la plaga de esta variedad, que se cultiva sobre todo en la región fronteriza.
“Es un pequeño respiro porque después de la prohibición prácticamente no se había escuchado nada al respecto, y es una noticia que nos da cierta esperanza de que pronto posiblemente levanten los otros cultivos de importancia que están dentro de la prohibición”, comenta.
Al igual que el Semil 34, cerca del 90% de la cosecha del aguacate Hass o "mexicano" se coloca en Estados Unidos, pero con una particularidad: su producción "está en manos de grandes empresas, grandes productores que ellos mismos la exportan, mientras las otras están mayormente en poder” de pequeños agricultores.
Cuando se emitió la prohibición del APHIS, era muy poco el volumen de esta variedad que quedaba en las fincas, “pero la ventaja es que la cosecha que comienza en septiembre ya no tiene esa restricción”, explica el productor.
Apunta, no obstante, que una producción “del aguacate que madura (de color) morado, el Pernix, en este momento no va a poder sacarse fuera del país”, por lo que tendrá que comercializarse en el mercado local, a precios muy deprimidos en comparación con lo que pagan los exportadores o los suplidores estadounidenses.
“Igualmente hay otra (variedad) de la que todavía queda un volumen importante de la cosecha pasada, que es la Carla”, un aguacate de mucho mayor tamaño que el Hass, agregó Rosa.
Incertidumbre en las plantaciones
A pesar de que confían en que el tema de la veda esté solucionado para septiembre, los directivos del Clúster de Aguacates temen que la cosecha no arroje los resultados que se esperaban antes de que Estados Unidos les cerrara su mayor nicho de exportación.
“Esto también nos afecta porque muchos productores están desencantados, no están dando el manejo que se requiere a las plantaciones, porque temen hacer una inversión y luego perderla; no se va a producir igual”, dice.
Rosa afirma que no dispone de datos muy precisos, pero calcula en millones de dólares las pérdidas de los aguacateros en los cerca de 40 días que lleva vigente la prohibición fechada el pasado 18 de marzo. “En ese momento quedaban unos 90 contenedores por comercializar, alrededor de un 10% de la producción nacional”, indica, además de que este es el período del año en que el fruto se paga a mejor precio y tiene mayor demanda en el mercado norteamericano.
“De esos contenedores, alrededor de 20 se pudieron vender aquí en el país, pero el resto se ha perdido, porque ya estaban goteando” de las matas, dice el dirigente agrícola. Señala que pese a las gestiones oficiales y de la JAD, esa producción “no se ha podido comercializar en Canadá” o en Rusia, ni tampoco en las islas del Caribe, que son mercados potenciales y que se están explorando, pero a futuro.
Sostiene que Canadá es un mercado de pequeños volúmenes, aparte de que para colocar allí el producto los barcos hacen escala en los puertos estadounidenses, desde donde serían devueltos los aguacates mientras perdure la prohibición sanitaria.
Según los datos más recientes en en el portal del Centro de Exportación e Inversión (CEI-RD), las exportaciones de aguacates producidos en tierra dominicana movieron la suma de US$22,756,877 millones en el 2013, alrededor de un 16% más que en el 2012.