Ginebra, 10 sep (EFE).- Los países latinoamericanos deben dejar de pensar en competir con Asia o África en mano de obra barata porque cuentan con una base humana y de industrialización suficiente como para aspirar a más.
Así lo señaló hoy en entrevista con Efe el jefe de Macroeconomía y Políticas de Desarrollo del Organismo de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), el argentino Alfredo Calcagno, tras presentar el informe anual de su institución.
El análisis, realizado por un equipo liderado por Calcagno, señala que seis años después de que la economía mundial entrara en crisis, las causas de esta siguen sin resolverse, la recuperación es incipiente y muchas políticas son incoherentes.
Al evaluar concretamente la situación económica de América Latina, Calcagno afirmó que la "competencia hacia abajo es destructora de las posibilidades de desarrollo".
Por ello, criticó la competencia cuando se trata "de quien baja más los impuestos que cobra, las normas laborales o de medio ambiente para las empresas extranjeras, creyendo que la inversión extranjera directa es un fin en sí mismo".
"¿Para qué se quiere ese tipo de inversión, que paga pocos impuestos y genera poco empleo en las industrias extractivas, que importa gran parte de los insumos y que luego exporta la mayoría de sus beneficios?", reflexionó.
Agregó que mientras ese es el comportamiento de muchas grandes compañías, particularmente que explotan recursos naturales, "al país le queda el agujero del mineral extraído o el pozo vacío del petróleo, además de la contaminación ambiental".
Calcagno sostuvo que los países latinoamericanos deberían evitar entrar en ese tipo de competencia y, más bien, les recomendó "acordar normas mínimas de imposición a nivel regional".
Y a los países que sufren prejuicios por contratos "demasiado generosos" suscritos con firmas extranjeras, les sugirió "renegociarlos" porque, en general, se trata de acuerdos "adaptados a precios bajos de las materias primas y no a los precios altos" de los últimos años.
UNCTAD vuelve a confirmar que la región de América Latina y el Caribe sigue experimentando una desaceleración económica, con una tasa de crecimiento económica proyectada del 2 por ciento para este año.
"Son contratos que no son sostenibles política, social ni económicamente", señaló.
Por otra parte, el informe de la UNCTAD vuelve a confirmar que la región de América Latina y el Caribe sigue experimentando una desaceleración económica, con una tasa de crecimiento económica proyectada del 2 por ciento para este año.
Se apunta que esta previsión refleja el bajo crecimiento en las tres principales economías de la región: Brasil, México y Argentina, aunque este escaso dinamismo no se limita a ellos, con excepciones positivas, como son los casos de Bolivia, Colombia y Ecuador.
Estos tres últimos "están creciendo a tasas superiores a los tres grandes", precisó Calcagno.
De manera general, la tendencia latinoamericana "es un ejemplo representativo de cómo los países en desarrollo no pueden liberarse de forma duradera de la situación de casi estancamiento en los países desarrollados", opinó el experto.
Esto lo pudieron hacer hasta 2010, pero ahora necesitan, para volver a un crecimiento sólido, "políticas de largo plazo que sostengan el desarrollo" y que permitan "modernizar el aparato productivo y diversificar sus economías".
Calcagno señaló, en ese sentido, que varios países de América Latina han sufrido una especie de "reprimarización de las exportaciones", como consecuencia negativa de los altos precios de las materias primas.
América Latina necesita también, sin duda, más infraestructuras y profundizar sus progresos en el ámbito social, lo que a su vez tendrá repercusiones positivas en la demanda interna.
"La demanda de los que tienen menos recursos son más intensivas en productos nacionales, con respecto a las clases altas, que consumen bienes importados, viajan, especulan o evaden", afirmó. EFE