SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Entre enero y septiembre de 2016 las remesas o envíos de divisas desde el exterior inyectaron a la economía dominicana 3,948 millones de dólares -alrededor de RD$183 mil 779 millones hoy día-, cifra que aumentó en un 5.75% con relación a este mismo período del año anterior.

No obstante, el crecimiento de las remesas se ha desacelerado desde el 2014, año en que se incrementaron en un 11.59%, indica la firma consultora Analytica en un análisis titulado “ Evolución y estructura de las remesas dominicanas”, publicado bajo la firma de Bruné Pradel.

Según el tipo de moneda, las remesas que ingresan al país son mayoritariamente en dólares estadounidenses (63.4%) y pesos dominicanos (36.6%).

Esto responde al hecho de que Estados Unidos es el principal emisor de remesas al país (70% del total a la fecha), seguido de España con 15.63% e Italia con 1.49%.

Asimismo, Estados Unidos tiene la mayor cantidad de transacciones formales hechas y recibidas en la República Dominicana, con 10.9 millones a septiembre 2016, seguido de España (1.8 millones), Puerto Rico (243.6 mil) y Haití (227 mil).

remesas

 

A pesar de que los países europeos tienen un promedio de monto por transacción más elevado que el de países americanos, por cada transacción europea se hacen 3.6 americanas. Esto hace que el monto percibido desde países americanos sea superior.

Participación del sector financiero

En el reporte se observa cómo al paso de los años las empresas netamente remesadoras han perdido espacio en el mercado, desplazadas en parte por las entidades financieras, que aumentaron su participación de 4% en 2010 a 26% en 2016.

Con relación a los lugares de destino, las provincias que perciben una mayor cantidad de remesas son el Distrito Nacional (30.52%), Santiago (14.95%) y Santo Domingo (10%), concentrando entre ellas el 55.4% del total.

Analytica recuerda que las remesas constituyen una de las principales fuentes de divisas del país junto con los ingresos por turismo, las exportaciones e inversión extranjera directa.

“En la medida que se identifiquen tendencias y cambios estructurales en este flujo, los hacedores de política y entes privados pueden tomar decisiones de negocios estratégicas de forma informada”, apunta.

Señala, en este orden, que “no debemos depender solamente del flujo de divisas debido a remesas, sino explorar otras fuentes de ingresos que puedan compensar el déficit estructural” de balanza de pagos del país.