WASHINGTON, Estados Unidos (Alfonso Fernández/EFE).- Las elevadas tasas de violencia y criminalidad en América Latina y el Caribe le cuestan a la región 261.000 millones de dólares al año, lo que supone el 3,55 % del PIB, y es el doble del promedio de los países desarrollados, indicó este viernes un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Esta cifra aglutina los costes del crimen en tres categorías: costos sociales por homicidios e ingresos cesantes de la población carcelaria (0,64 %), gastos del sector privado en seguridad (1,37%); y gastos fiscales, que incluyen policías y cárceles (1,51 %).
"Latinoamérica tiene el 9 % de la población mundial y registra un tercio de las víctimas de homicidios a nivel global. Cada mes mueren 11.000 personas. Es una tragedia humana, pero también económica", aseguró Carlos Santiso, jefe de la División de Capacidad Institucional del Estado, en una rueda de prensa.
Además, Santiso recalcó que esta criminalidad, "sobre todo, afecta a la población más joven de la región", lo que significa hipotecar su futuro.
El informe del BID, titulado "El crimen y sus costos: nueva evidencia y hallazgos en América Latina", ofrece por primera vez datos comparables del crimen para 17 países de la región y 6 desarrollados.
Pese al 3,55% de promedio, la región muestra una "gran heterogeneidad entre el 2 % y el 6,5 %", explicó Laura Jaitman, directora del informe, quien añadió que ese dato supone el conjunto del gasto latinoamericano en infraestructura.
A la cabeza, figuran Honduras y El Salvador, cuyos costes directos representan más del 6 % del producto interior bruto (PIB) anual; seguidos por Bahamas, con el 4,8 %; y Jamaica, con el 4 %.
Centroamérica y el Caribe
Por su parte, Sudamérica registra menores costes asociados a menores tasas de violencia y criminalidad que en Centroamérica y el Caribe. Colombia tiene un 3,12 % y Argentina un 3 %.
Entre el grupo de países estudiados no figura Venezuela, uno de los Estados con mayores niveles de criminalidad del continente, debido a la falta de datos fiables, por lo que la cifra "probablemente sea aún mayor", reconoció Jaitman.
Asimismo, la directora del informe apuntó que estas cifras son "conservadoras", puesto que no incluyen "costos indirectos e intangibles como los cambios en el comportamiento de la gente por miedo al crimen o los impactos de la violencia en la salud de la gente".
Si se compara con países desarrollados el gasto latinoamericano es notablemente superior. En este misma categoría, Estados Unidos registra un 2,75 % del PIB; el Reino Unido, un 2,55 %; y Alemania, un 1,34 %.
Estos costes se enmarcan en un momento especialmente complicado para la economía latinoamericana, que viene de registrar dos años consecutivos de recesión y espera solo un leve repunte en 2017.
Los expertos advierten, no obstante, de que no se trata "de gastar más sino de gastar mejor" y llevar a cabo "políticas públicas informadas" para reducir la violencia.
Por ejemplo, el reporte destaca que los países que más invierten en cárceles no necesariamente se benefician de menos delincuencia, como es el caso de Bahamas o El Salvador, que gastan mucho en sus sistemas penitenciarios y, sin embargo, sufren elevadas tasas de violencia.
Mientras, Argentina y Uruguay, que cuentan con menores niveles de encarcelamiento, registran unas tasas de criminalidad menores.