MONTECRISTI, República Dominicana.–“Este año las campanitas no florecieron. La campanita es un bejuco con una flor pequeña. Cuando florece, prepara a las abejas para la producción de miel porque abunda mucho”. Juan Pablo Molina observa con cuidado el nacimiento y los meses de esplendor de las flores que al abrir sus pétalos atraen con el polen y el néctar a las abejas que construyen los panales de sus colmenas.

También la flor del cinaso decidió ausentarse en los tres primeros meses de este 2014 a causa de la sequía. El cuaderno de tapa color rojo de Molina solo registra floraciones en el cambrón, el cayuco, el maguey y el guayacán.

El apicultor calcula que en todo el Noreste existen alrededor de 420 colectores de miel. Le preocupa que las plantas melíferas mermen en el bosque seco de la zona, talado sobre todo por ganaderos que eliminan el cambrón –a veces incluso con bulldozers– para plantar en su lugar pasto y además por agricultores que cultivan banano para la exportación.

La tala de los árboles más grandes impacta los complejos ecosistemas del bosque seco y se lleva de paso especies como el bejuco de la campanita.

Aunque destruyen el cambrón, los ganaderos compran–al mismo tiempo– las vainas que produce el árbol para utilizarlas en la alimentación de las vacas. Ante un mal indetenible, la Dirección General de Ganadería recomienda que dejen al menos diez plantas por cada tarea porque sirven para fijar nitrógeno, retener agua y alimentar al ganado, recuerda Molina.

En 2013, con cuatro meses consecutivos de sequía desde enero y abril, colectó 23 tanques de 300 kilos de miel, de los que detalló diez en su casa, ubicada en Hatillo Palma,frente a la autopista Santiago–Montecristi. En el patio tiene 32 cajas de las 232 que componen su acervo productivo. “Este año me faltan poner en operación 84 cajas porque no hay condiciones climáticas”.

“Si hay condiciones puedo colectar miel cada 18 días. Hay épocas que son muy buenas. El año pasado vendí 10 tanques aquí, en la casa. La gente se ha dado cuenta de que lo que venden en las calles es porquería”. Juan Pablo Molina afirma que incluso muchos supermercados importantes del país venden el producto alterado con sirope de maíz y glucosa.

“La miel de la mayoría de los supermercados está mezclada, no importa el supermercado. Creo que hay uno en que se puede confiar: El Nacional, porque ellos (sus administradores) quieren vender específicamente miel orgánica. Ellos han hecho análisis y los publican”.

Molina prefiere el mercado exterior porque recibe todo el dinero junto y además evita el costo y la faena de envasar el producto en botellas. Por eso, en 2013 exportó 13 tanques a Miami, Estados Unidos, a través de la Cooperativa Apícola y de Servicios Múltiples Salvador Ferrer (COOPASAFER).

La entidad aprovecha las ventajas del bosque seco que, aunque produce una miel que se cristaliza con mayor facilidad que la de otros ambientes forestales más húmedos, tiene una demanda en consumidores de mercados como el de Estados Unidos.

“La miel de bosque húmedo se cristaliza menos. Ésta tiene una mayor cantidad de glucosa y tiende a cristalizarse. Pero tiene su ventaja porque hay gente que la prefiere cristalizada. En la mayoría de los países del mundo, con excepción de América Latina, la miel se consume cristalizada, como si fuera mermelada”, aclara Molina.

Este año la COOPASAFER, ubicada en Villa Sinda, municipio Guayubín, paga el tanque a RD$23,500, un precio que supera con mil pesos al de 2013. El kilo se vende en alrededor de US$2.75 en Estados Unidos, con lo que el precio de un tanque ronda los 825 dólares, unos 35,475 pesos.

El país exportó en 2013 un total de 1,165,100 kilos de miel de abeja por un valor de 2,605,255 dólares a destinos como Estados Unidos, Puerto Rico, Canadá, Holanda y San Martin, según cifras del Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD).

Las estadísticas incluyen 6,761 kilos de miel con sábila por un valor de 10,729 dólares; 3,869 kilos de miel con limón (9,919 dólares) y 3,039 de miel con jengibre (7,344 dólares).

“Se estima que en la actualidad hay aproximadamente unas 100,000 colmenas con igual proporción de rústicas, con un número semejante de apicultores, en su mayoría agrupados en 38 asociaciones distribuidas en todo el país”, plantea el Ministerio de Agricultura. La dependencia recuerda que el Censo Agropecuario de 1998 estableció que en el país existían entonces 3,454 apicultores, con un total de 74,654 colmenas, de las que alrededor del 40% eran rústicas.

La COOPASAFER nació en 2006. Ahora la preside Germán de los Santos Fernández Rodríguez, quien lamenta que los ganaderos de la zona estén vendiendo sus tierras cerca del río Yaque del Norte a personas interesadas en el cultivo de banano. Explica que, aunque la recolección de miel inicia en enero y termina en mayo, este año apenas comenzará en abril en Dajabón y Santiago Rodríguez con la llegada de “algunas florecitas”.

Pero los productores de la Línea Noroeste no se amilanan. En 2011 exportaron a Estados Unidos 32 tanques de 300 kilos de miel, en 2012 aumentaron a 118 y en 2013 a 198. La cooperativa paga el transporte hasta el muelle de Puerto Plata y de ahí el flete corre por el comprador.

“El año pasado exportamos tres furgones y nos quedó medio furgón. Este año queremos enviar seis furgones. El contrato es de cuatro, pero en Miami hay más compradores, tenemos mucha demanda, lo que no tenemos es producción”, sentencia Fernández Rodríguez.

La cooperativa cuenta con 120 socios que tienen unas 7,900 colmenas. En la actualidad busca incorporar a recolección de miel una asociación integradapor 18 mujeres de la comunidad Loma Atravesá, de la costa Atlántica, que se dedican a la crianza de ganado bovino y caprino. “Les vamos a entregar 20 cajas llenas de abejas”, apunta el dirigente agropecuario.

La cooperativa facilita el contacto de sus socios con misiones de técnicos especializados provenientes de otros países, como Argentina e Italia. También asesora a productores del vecino Haití y mantiene un criadero en Monte Grande, Loma de Cabrera, para fomentar la proliferación de la abeja reina.

La cooperativa se cuida de comprar miel sólo a sus socios. Las personas interesadas deben integrarse a la entidad que controla los productos químicos que se utilizan para combatir enfermedades como la varroasis, causada por un ácaro ectoparásitollamado Varroa  destructor, que hiere las abejas y las debilita al chuparles la hemolinfa. Asimismo, enferma sus larvas hasta matarlas.

La enfermedad atacó fuerte a las abejas hace casi dos décadas. “Al diagnosticarse este parásito en el territorio nacional (a finales de 1995) los efectos catastróficos no se hicieron esperar habiéndose reducido la población de abejas hasta un 75% (Región Sur), calculándose que en sentido general, alrededor del 50% de las colonias de abejas del país fueron exterminadas por el ácaro”, indica un documento suministrado por el Ministerio de Agricultura.

“Tenemos un gran rigor con el manejo de los productos. Hay que tener un cuidado enorme. Tenemos una planta procesadora de miel. Recibimos los tanques desde el campo, los vaciamos en una pileta y a los cuatro días la echamos en los tanques especiales para la exportación”, dice Rodríguez Fernández.

“Una vez mandamos una miel que duró 45 días retenida en Miami, la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos) la retuvo y la revisó tanque por tanque. Finalmente la liberaron. Nosotros no estábamos preocupados porque sabemos de la calidad de la miel que exportamos”, resalta.

Otra de las amenazas a la producción viene del petigre (Tyrannusdominicensis), el reputado abejero que señorea en el bosque seco, sobre todo próximo a las colmenas. Lo mismo ocurre con los sapos, abundantes en los terrenos arroceros de Montecristi y otras provincias del noroeste.

“Los sapos –reflexiona Molina– son más dañinos que los petigres, comen muchas abejas, sobre todo si las cajas no están levantadas del suelo. Pero el problema del petigre es que cuando la reina va a salir a fecundarse, como es más grande la persigue con más facilidad. Además, la reina tiene una hora específica para hacer el vuelo nupcial y el petigre la acecha, se la come y esa colmena puede desaparecer si el apicultor no se da cuenta a tiempo y le coloca una nueva reina”.

La esposa de Molina, la señora Amancia Jordania Fondeur, está convencida de que el petigre engaña a la abeja con el plumaje un tanto anaranjado y rojizo de su cabeza. Entre los campesinos existe la creencia de que el ave mueve las plumas para simular una flor abierta, pero que se trata de una trampa para atrapar con mayor facilidad a las abejas que se le acercan en busca de polen y néctar.

Más apoyo económico

La COOPAFASER cuenta con el apoyo del Banco Agrícola, que le aprobó este año para la compra y almacenamiento de miel para exportación una línea de crédito de 12 millones de pesos. Pero sólo le ha desembolsado tres por las dificultades en la producción.

“Tenemos dos años contando con el apoyo del Banco Agrícola. El año pasado nos aprobaron cinco millones de pesos. Solo usamos tres y los pagamos antes de que se venciera la primera cuota. Este año nos aprobaron 12 millones y ya tenemos regado tres millones entre los apicultores. Si hubiera lluvias suficientes, 12 millones no alcanzarían. En marzo, que es el pico más alto de recolección, podemos comprar seis millones de pesos en miel”, sostiene Fernández Rodríguez.

El Banco Agrícola presta a una tasa de interés de 12% anual. Aunque la consideran razonable, los productores esperan el apoyo de la gestión de Danilo Medina a través del Fondo especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA) para comprar equipos de almacenamiento de miel porque el organismo estatal ofrece crédito a una tasa de 5% y además otorga un año de gracia antes de cobrar la primera cuota. “No es que nos den. No necesitamos que nos den nada, lo que necesitamos es financiamiento”.

El presidente de la COOPAFASER se queja: “Lo que no tenemos es producción. Necesitamos que se pare la deforestación en la región. Que se entienda que se puede convivir con la naturaleza, porque si siguen metiéndole bulldozers a las tierras para dedicarlas al cultivo de banano nos quedaremos sin producción y sin ganadería”.

Los campesinos ven la tala como un problema aunque desde el Ministerio de Medio Ambiente tienen otra percepción más optimista, según los datos suministrados por Mariana Pérez Ceballos, directora del Información Ambiental. Los documentos señalan que el bosque seco aumentó entre 1996 y 2012 en la provincia Montecristi de 223 kilómetros cuadrados a 521, y  en Valverde, de 129 a 142. Mientras, en Dajabón disminuyó de 124 kilómetros cuadrados a 70 y en Santiago Rodríguez, de 142 a 129.

A nivel nacional, Medio Ambiente registra un aumento de 1,158 kilómetros cuadrados en el bosque seco, al pasar de 3,677 en 1996 a 4,835 en 2012.

“El clima `ta loco”

En todo 2013 Juan Pablo Molina registró en su cuaderno sólo 20 días de lluvias (seis de ellos en septiembre y cinco en mayo). Sus apuntes demuestran que desde 2010, entre enero y marzo, la sequía se ensaña contra Hatillo Palma y su entorno. Durante ese período solo llovió cinco veces en enero de 2012, dos en febrero de 2011 y 2012, y tres en marzo de 2012 y 2014. Molina lleva anotada las fechas con rigurosidad, convencido de que “el clima ´ta loco, por lo menos para nosotros, desde el 2010”.

La sequía afecta la zona desde octubre. Hace más de cinco meses. A principio de marzo llovió un poco los días 1 y 2. “Pero por aquí hay zonas, por ejemplo, en la que los animales se están muriendo. Aquí, en esta zona de Montecristi, que es la provincia que más miel produce, no se ha sacado miel”, afirma Juan Pablo Molina.

“Mira, en enero de 2010 a 2014, en cinco años, llovió una sola vez en enero. En febrero, una sola vez en 2011; en marzo, ahora fue que llovió, pero tenía cuatro años que no llovía en marzo. En abril ha llovido. Ya mayo es generalmente un mes de lluvias. Pero la producción de miel llega hasta mayo. No importa toda la lluvia después de mayo para que haya suficiente miel”, explica, mostrando su cuaderno.

Los mejores años para sus colmenas vienen cargados de aguaceros en los primeros meses y luego de una sequía. “La flor del cambrón cuando hay una buena sequía florece. Necesita lluvias y después sequía, a veces más sequía que lluvia”.

Sus apuntes registran en abril las floraciones del cambrón, el cayuco, la alpargata, el aroma y el guayacán. Al mes siguiente encontraron su primavera la santa maría, el limoncillo, la uña de gato, el cinaso y el aroma.

“Si no hay suficiente humedad en enero, marzo y abril el candelón no florece”, apunta Molina. El apicultor empezó a registrar las lluvias y las floraciones desde 1994 cuatro años después de que su esposa lo convenciera de tomar las riendas del cuidado de las colmenas. En enero espera la flor del cinaso, el cambrón, la santa maría, la sábila y el maguey; en febrero el cambrón, la aroma y la alpargata, y en marzo, el cambrón, la alpargata, el cayuco y la baitoa.

Molina, de 64 años de edad, estudió agronomía en el Instituto Politécnico Loyola, en San Cristóbal. Su experiencia le enseñó a observar la naturaleza para registrar la evolución de la flora importante en la apicultura y los ciclos de lluvias y sequía. “Lo que pasa es que entre los apicultores no hay esa cultura de anotar, pero hay que anotar…”

Anotando, aprendió que a mitad de año florece el cambrón, la alpargata, el frijol, el aroma y el vinagrillo. Para julio, el cayuco, la alpargata, el aroma y el cambrón. En agosto, el cambrón, el guatapanal y el cayuco. En septiembre, el guatapanal, el cayuco, la uña de gato y la santa maría. En octubre, el cambrón, el arbolito de navidad y el cinaso.

En noviembre Molina aguarda la flor del cayuco a la que se suma en diciembre la de la alpargata. Mientras afana con sus colmenas, aspira a que las autoridades frenen la depredación del bosque seco para que el clima recobre su cordura y las abejas construyan con miel el futuro de los pequeños apicultores de la Línea Noroeste.

Año Cantidad (Kg) Valor (US$)
2009 209,366.71 262,318.57
2010 240,429.20 433,652.34
2011* 492,514.35 1,553,475.23
2012* 525,292.28 1,380,564.34
2013* 868,978.00 2,082,134.93
Fuente: CEI-RD y DIGEGA*