Viena, Austria, 14 mar (EFE/Wanda Rudich).- El equilibrio del mercado del crudo, buscado por la OPEP y sus aliados mediante una limitación de los suministros, se presenta frágil, si no amenazado, ante el rápido aumento del petróleo de esquisto en Estados Unidos y la posibilidad de que nuevos aranceles de Washington frenen la demanda.

Este punto de vista se desprende de las previsiones publicadas hoy por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en su informe mensual más reciente, en el que se advierte de un aumento "mayor de lo esperado" del bombeo estadounidense.

Si hace un mes la OPEP preveía que la producción de sus rivales aumentaría este año en 1,44 millones de barriles diarios (mbd) respecto a 2017, ahora ese cálculo se ha disparado hasta los 1,66 mbd, superando el crecimiento de la demanda pronosticado para todo 2018, de 1,60 mbd, aunque solo por 60.000 bd.

"Para 2018 se espera un crecimiento mayor (de la oferta petrolera) en función del incremento proyectado en la producción de petróleo de esquisto" en Estados Unidos, indica el texto.

Los analistas de la OPEP explican que el auge productivo está relacionado con el encarecimiento del crudo en los últimos meses.

Eso refleja "un ambiente de mejores precios no sólo para los productores de esquisto, sino también para otros países como Canadá, el Reino Unido, Brasil y China", agregan.

 

El bombeo de los catorce miembros de la OPEP bajó en febrero hasta los 32,18 mbd, 77.100 bd menos que en enero, debido sobre todo a la caída de las extracciones de Venezuela (-52.400 bd), Emiratos Árabes Unidos (-34.300 bd) e Irak (-25.500 bd).

La cuestión no explícita que plantean estas cifras es lo que pudiera pasar si los catorce países de la OPEP y sus diez aliados -entre ellos Rusia y México- deciden en su próxima reunión, prevista para junio, abrir los grifos y poner así fin al recorte de la producción petrolera pactado a finales de 2016.

Evidentemente, el resultado sería un fuerte exceso de la oferta, similar quizás al que provocó el desplome de los "petroprecios" en más de un 80 % entre mediados de 2014 y enero de 2016.

Pero el acuerdo de retirar del mercado un total de 1,8 mbd, que entró en vigor el 1 de enero de 2017, rige hasta el 31 de diciembre próximo, así que hasta entonces no debería esperarse barriles adicionales de parte de esos veinticuatro países.

Esta situación garantiza aparentemente un ajustado equilibrio entre el incremento de la oferta y el de la demanda, con la balanza inclinándose ligeramente hacia cierto exceso de suministros.

No obstante, la OPEP admite incertidumbres que pueden cambiar el panorama, si bien confía en un sólido crecimiento de la demanda petrolera gracias a "las mejoras en la actividad económica en todo el mundo".

Pero, advierte, "el reciente anuncio de Estados Unidos de imponer aranceles sobre el acero y el aluminio, así como las potenciales consecuencias del estímulo fiscal de EEUU en la deuda de la nación, pueden frenar el crecimiento" previsto de la economía y, por tanto, del consumo mundial de crudo.

Este, con un incremento anual de 1,60 mbd (un 1,64 %), se situará en una media de 98,63 mbd en todo 2018, vaticina la OPEP.

De esa cantidad, la "producción No-OPEP" tendrá este año un promedio anual de 59,53 mbd, un 2,87 % más que en 2017, y llegará a un máximo de 60,10 mbd en diciembre.

Frente a ello, el bombeo de los catorce miembros de la OPEP bajó en febrero hasta los 32,18 mbd, 77.100 bd menos que en enero, debido sobre todo a la caída de las extracciones de Venezuela (-52.400 bd), Emiratos Árabes Unidos (-34.300 bd) e Irak (-25.500 bd).

La organización, ante el aumento previsto en los suministros rivales, ha reducido su previsión de la llamada "demanda de la OPEP" (cantidad de barriles que el mundo requerirá de sus catorce socios) hasta 32,6 mbd, 0,2 mbd menos que en 2017.

En cuanto a los "petroprecios", el informe destaca que el valor medio del barril de referencia de la OPEP bajó en febrero "por primera vez en seis meses", hasta los 63,48 dólares, con una caída del 5 % respecto al promedio de enero.

"Los precios comenzaron a suavizarse en la medida en que la producción de Estados Unidos llegaba a niveles casi récord y la demanda parecía estar disminuyendo antes del inicio de la temporada de mantenimiento de las refinerías", según el documento. EFE