Colaboracion especial de Deloitte
En los años recientes, prestigiosos organismos han predicho que pronto hasta la mitad de los puestos de trabajo desaparecerían por el boom de la Inteligencia Artificial (IA). Esta tecnología sustituiría desde conductores de camiones hasta puestos intelectuales como auditores.
Buena parte de estas predicciones ya son realidades, sin que la tendencia sea evidente.¿Iremos hacia un mundo dividido entre una minoría de hombres aumentados mediante la “singularidad tecnológica” y una mayoría desempleada, o bien viviremos una evolución progresiva como sucedió con las revoluciones industriales anteriores?
En la práctica, la IA da resultados cuando el entorno está controlado. Los carros autónomos son confiablescuando la señalización de las carreteras es impecable y los actores en la vía tienen comportamientos normales. La comunicación mediante “chatbots”, donde un sistema inteligente chatea con clientes, no es capaz de manejar cualquier conversación, y con frecuencia tiene que intervenir una persona.
Nuestro un entorno económico ultra competitivo depende de relaciones comerciales cuya esenciaradica en la confianza, que la tecnología por esencia no puede lograr. La IA no pasa la prueba de Turing en la que una persona en comunicación con un robot cree que es humano, ni supera el “valle inquietante”, esta sensación de malestar que tienen las personas frente a un robot humanoide que carece de humanidad. La lógica de los algoritmos es racional. La ciencia ni siquiera tiene idea de cómo acercarse a la complejidad mental humana donde juegan la ironía, la intuición, el sentido común, la imaginación, el gusto, la convicción, nutridos de referencias culturales, históricas, conscientes e inconscientes.
Además, la IA introduce nuevas problemáticas de índole legal y ética que el sistema legislativo tardará en manejar, aunque las respuestas se necesitan ya. Imaginemos un carro automático, que de repente no puede evitar una colisión y debe decidir si será contra un señor mayor o una madre con coche. ¿Cómo se debe programar la toma de decisión de la IA? Quién es responsable penal del atropello: ¿el desarrollador del software? ¿El dueño del vehículo? Situaciones similares van a multiplicarse, frenando la ola de la IA hasta que se acuerden regulaciones.
En fin, estos estudios de predicción cometen el error de proyectar el impacto de la IA sobre el mercado actual, omitiendo los frenos debidos a la dificultad del injerto, y la evolución de la sociedad.
Pronto el cuidado de las personas mayores, a nivel material y psicológico, se convertirá en una actividad principal. La tecnología ayudará a anticipar necesidades y resolver problemas, pero los asistentes sociales serán cada vez más indispensables.
Los ecosistemas económicos no tienen opción de “reset”, tienen que transformar lo existente. Las organizaciones deberánacompañar a su personal en esta transición. Actuar con inteligencia emocional colectiva se traducirá en numerosas oportunidades laborales.
A nivel macroeconómico, cabe destacar que los países donde más interviene hoy la IA cuentan con bajas tasas de desempleo. La IA acompaña la evolución de mercados hacia economías del conocimiento de alto crecimiento. En los sectores más amenazados, intervendrá el poder político para mitigar el riesgo de peligrosas crisis sociales. Bill Gates lanzó la idea de gravar los robots con impuestos. Mientras más fuerte la presión social, más necesario será implementar soluciones ad hoc.
La IA real no sustituye al ser humano sino que lo alimenta para agilizar y mejorar la toma de decisiones en entornos de muy alta complejidad organizacional y social. Es un ente potente pero estrecho. La evolución organizacional de las sociedades ya nos muestra que la IA tiene su lugar dentro de dinámicas de civilización más amplias. Ya está en camino un sinfín de oportunidades que hoy ni somos capaces de imaginar (¡y menos un robot!).
Sobre Deloitte (Wikipedia.org)
Deloitte Touche Tohmatsu Limited (también llamada Deloitte) es la Firma privada número uno de servicios profesionales del mundo, por volumen de facturación (36.800 millones de dólares en 2016),2 una de las más importantes y prestigiosas del mundo. Calificada en los últimos 4 años como el lugar número uno para lanzar una carrera por la revista BusinessWeek.
Los servicios que ofrece a nivel global giran en torno a cinco áreas funcionales: consultoría, impuestos, asesoría jurídica, asesoría financiera y auditoría. Estos servicios pueden variar en cada firma miembro de Deloitte.
De acuerdo con la página web de la organización, en 2016 Deloitte cuenta con 244.400 profesionales en más de 150 países del mundo.