La Reserva Federal (Fed) vuelve a considerar una subida de tipos en EEUU, impulsada por los últimos indicadores económicos y después de la parálisis generada a mitad de año por las dudas sobre China y la inesperada votación del Reino Unido a favor de salir de la Unión Europea.
Tras la incumplida intención de llevar a cabo hasta cuatro ajustes monetarios en 2016, como apuntó el banco central estadounidenses en diciembre del pasado año, cuando elevó por primera vez los tipos de interés en casi una década al rango actual del 0,25 % y 0,50 %, los mercados apuestan como mucho por una posible alza de tipos antes de final de año.
Esta semana, varios miembros de la Reserva Federal retomaron el tema de la necesidad de proseguir con el ajuste monetario, una vez dejadas atrás las dudas sobre la economía estadounidense con el mal dato de empleo de mayo.
El presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley, pronosticó el martes una "cierta aceleración" en las perspectivas de crecimiento económico de EEUU en la segunda mitad del año, por lo que apuntó como "posible" una subida de tipos de interés en la reunión de septiembre.
"Creo que estamos viendo un crecimiento en la segunda mitad del año que será más fuerte que en la primera mitad, con cierta aceleración en las perspectivas de crecimiento", aseguró Dudley en una entrevista en la cadena de televisión Fox Business.
Para el presidente de la Fed de Nueva York, considerado un influyente miembro del organismo y con voto fijo, "la mejoría en el mercado laboral ha empezado a dar signos de aceleración en los salarios", algo que los economistas estaban echando a faltar pese a la baja tasa de desempleo, que se encuentra en el 4,9 %.
El siguiente encuentro de política monetaria del banco dirigido por Janet Yellen se celebrará el 20 y 21 de septiembre.
No obstante, toda la atención está puesta en la conferencia de Jackson Hole (Wyoming) de la próxima semana, que congrega a banqueros centrales de todo el mundo, y en la que Yellen ofrecerá un discurso sobre las perspectivas económicas y la política monetaria.
Aunque el panorama ha comenzado a despejarse en cierta medida, las dudas persisten.
En la última reunión de la Fed en julio, en la que no se modificó la política monetaria, los miembros del Comité de Mercado Abierto estuvieron divididos sobre la necesidad de una pronta subida de tipos de interés, según las actas dadas a conocer este miércoles.
"Los miembros acordaron en general que, antes de tomar otro paso para retirar la política acomodaticia, sería prudente acumular más datos para evaluar el ritmo de la actividad económica y del mercado laboral", señala el documento, que se divulga tradicionalmente con tres semanas de retraso.
Desde entonces, los indicadores económicos han ofrecido datos positivos, como la sólida creación de empleo en julio y que la tasa de desempleo se mantuviese en el 4,9 %, cerca de niveles considerados próximos al pleno empleo.
También los efectos sobre las mercados financieros del voto a favor del "brexit", como se conoce popularmente la salida del Reino Unido del bloque europeo, parecen haber sido menores de lo anticipado para la economía global.
Sin embargo, el hecho de que el Banco de Inglaterra se haya visto obligado a recortar los tipos de interés para estimular la economía británica parece desalentar un alza rápido al otro lado del Atlántico y, por ello, las probabilidades se sitúan más en la reunión de la Fed de diciembre que en la de septiembre.
"¿Es suficiente para que Janet Yellen se mueva en septiembre? No lo creo. Creo que ella está centrada en las condiciones globales. Quizá en diciembre, si esta tendencia continúa, pero no ahora", dijo Bill Gross, que gestionó el hasta hace poco mayor fondo de inversiones global Pimco y encabeza ahora Janus Capital Group Inc.
Actualmente, los mercados dan cerca de un 25 % de probabilidades a una subida en septiembre y un 45 % a un alza en diciembre.