Estambul, 18 jun (EFE).- El alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, António Guterres, ha pedido hoy a los países ricos que no cierren la puerta a quienes huyen de la guerra y ha asegurado que la emigración no sólo no es un problema, sino que trae beneficios.

"Creo que la migración no es un problema sino una solución para los problemas del mundo, pero es distinta la situación de quienes están forzados a irse, que no tienen otra opción: acogerlos es una obligación para todos los países del mundo", aseguró durante una presentación en Estambul del informe anual de la ACNUR.

"Importa distinguir a los refugiados de los inmigrantes que legítimamente buscan una vida mejor en otros países, como ahora ocurre en España y Portugal, que nos hemos convertido de nuevo en países de emigración", señaló el comisionado portugués.

El informe del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), titulado "Mundo en guerra" y publicado hoy, advierte de que el número de refugiados ha crecido un 60 por ciento en la última década y alcanza ya los 59,5 millones.

Guterres denunció que "la discusión dramática sobre los grandes números de refugiados que llegan a los países desarrollados no se corresponde con la realidad".

"La gran mayoría de los refugiados están en países con ingresos bajos o medios: Líbano, Jordania, Kenia, Etiopía… Estos países necesitan apoyo financiero porque los refugiados tienen un impacto en su economía y su sociedad: en Líbano, un tercio de la población son refugiados, bien sirios, bien palestinos", señaló.

Respecto a la política de cerrar las fronteras para controlar el movimiento de supuestos terroristas, el político portugués recordó que "los refugiados no son terroristas. Son las primeras víctimas del terrorismo. Cada país debe controlar sus fronteras, sí, pero también debe abrirlas a los refugiados".

Pidió especialmente a Europa y a los países del Golfo "más vías legales, una política de visados más fácil, para que los refugiados no se vean forzados a recurrir a los traficantes, que los explotan de forma miserable".

"El número de refugiados que llegan a Europa es relativamente pequeño, comparado con Líbano o Jordania. Si se hace un esfuerzo compartido en la UE, no tendrá mayor impacto en la economía de los países miembros", juzgó.

"Todo país tiene derecho a rechazar a inmigrantes económicos, pero tiene obligación legal de acoger a refugiados", insistió.

Admitió que "en los barcos que atraviesan el Mediterráneo hay personas de ambos tipos".

"Lo fundamental es rescatarlos, la vida debe respetarse siempre, en esto no puede haber diferencias, pero luego sí hay que poner vías legales a disposición de quienes son refugiados", detalló.

También se pronunció a favor de que los solicitantes de asilo puedan trabajar legalmente en los países de acogida.

"Suelen pasar por un proceso largo y el derecho a trabajar beneficia a ambas partes: facilita la integración de los solicitantes, los hace menos vulnerables, y también puede ayudar a la economía del país que los acoge", opinó Guterres.

Por eso, invitó a los líderes de la UE a aprobar las propuestas de la Comisión Europea en políticas de reparto y asentamiento de refugiados, que calificó de un primer paso modesto pero positivo.

El responsable de la ACNUR advirtió que ni este organismo de la ONU ni las ONG tienen los recursos para atender el desastre humanitario que causan las guerras y alertó de que la situación irá a peor.

Aparte de Siria, el país que más preocupa en la actualidad, siguen abiertos conflictos antiguos como Somalia, Afganistán, Congo, "que nunca mueren".

"Y el año pasado sólo pudimos ayudar a volver a sus hogares a 126.800 personas, la cifra más baja en décadas", lamentó.

"Sin una autoridad global reconocida, la impunidad campa por sus anchas. El número de situaciones para las que se han encontrado soluciones es cercano a cero. La presentación del informe del año que viene, me temo que no será menos dramática que la de hoy". EFE