La relación entre República Dominicana y Venezuela va más allá de los hechos históricos, el idioma y la ubicación geográfica. Desde el año 2010 las inversiones de capital venezolano han marcado una tendencia positiva, y a partir de 2014 se registra un incremento continuo en la entrada de venezolanos por los principales aeropuertos dominicanos.

que van desde el turismo, la banca, las plazas comerciales, zonas francas, comunicaciones y la electricidad. República Dominicana cuenta con organizaciones tanto públicas como privadas que ofrecen facilidades y orientación a inversionistas extranjeros.

Patricia Bobea, directora ejecutiva de la Asociación Dominicana de Empresas de Inversión Extranjera (Asiex), explica que regularmente estas inversiones son las que más tributan, no por ser extranjeras, sino por ser grandes capitales, en su mayoría de multinacionales que crean miles de empleos.

En el informe anual que elabora la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) sobre el ranking de empresas que mayores aportes fiscales hacen al Estado, tanto en ingreso ISR como de consumo, califican 10 empresas, de las cuales —en ambos bloques— cerca de siete son de inversión extranjera.

Grandes grupos empresariales

En medio del clima político y económico de Venezuela que se vive en la actualidad, y que viene decayendo desde hace más de seis años, los grandes grupos empresariales venezolanos migraron hacia otros países en busca de invertir importantes capitales.

Uno de esos países es la República Dominicana, donde a partir del 2010 se hizo notorio el aumento en las inversiones venezolanas, llegando a los 140 millones de dólares (mdd). Con relación al 2009, representa más del 50% de la inversión acumulada por parte de Venezuela en el país en los últimos 10 años, con un total de 264 mdd, lo que refleja un incremento de 109 mdd.

El clima polítioco y económico que se vive en Venezuela es uno de los factores que contribuye al desvío de inversiones hacia otros países.

En los siguientes cinco años, las grandes inversiones orientadas a múltiples sectores económicos provenientes de capital venezolano, muestran un crecimiento acelerado. Entre 2012 y 2014 las inversiones venezolanas rondaron los 400 mdd, mientras que a la fecha se calculan unos 2,000 mdd.

En los registros del Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD), desde el año 2010, infraestructuras de comercio como la plaza comercial Blue Mall, del Grupo Velutini, construido en un estimado de 100 mdd; Blue Mall Punta Cana con 60 mdd, y en el área turística por 110 mdd el Puerto Marina Cap Cana. Siguiendo en el turismo, el Grupo Cisneros con inversiones que ascienden a los 2,000 mdd con proyectos como Tropicalia en la zona este del país.

En las grandes infraestructuras comerciales tenemos también al grupo Cohen, el cual con una inversión que ronda los 150 mdd construye Sambil Santo Domingo, que genera alrededor de 3,500 empleos directos. Asimismo se encuentran Novocentro y Holiday Inn en el centro de la capital dominicana. En el sector de banca contamos con Lafise, Bancamérica y Banesco; y en la parte de aseguradoras, destaca Seguros Constitución.

Patricia Bobea asegura que la tendencia ha sido sumamente positiva en términos de inversión y augura que en los próximos dos años será la misma debido a la crisis política, social y la inestabilidad macroeconómica en Venezuela. “Se trata de un país rico, donde hay grandes capitales. Hace alrededor de 10 años que muchos inversionistas empezaron a poner sus ojos en otros países del mundo”, señala la directora de Asiex.

Clima favorable

República Dominicana ofrece un clima de inversión favorable, con una notable diversidad comercial y un crecimiento económico constante. Uno de los aspectos fundamentales dentro de las facilidades es la seguridad jurídica, ya que —según datos de Asiex— este es un país institucional donde existe un estado de derecho. Otros aspectos que señala el sociólogo Rafael Brea son “las semejanzas entre nosotros, los caribeños, ellos se adaptan muy fácil al ambiente dominicano, se aplatanan”.

“Aquí los venezolanos no se sienten extranjeros. El idioma, la cultura latinoamericana, el ancestro hispánico nos aproxima, nos acerca. Las semejanzas son mayores que las diferencias”, añade.

En comparación con otros países de América Latina, los niveles de delincuencia en esta media isla son bajos. Así coinciden las opiniones de estos expertos. Bobea expresa que “los costos en seguridad en otros países son muy altos para las inversiones, a pesar del nivel de delincuencia que ha aumentado en el país, continúa siendo bajo”. Por su parte, Rafael Brea apunta que “el tema de la seguridad es muy importante, y Venezuela se ha convertido en uno de los países más violentos del mundo por una política económica desacertada”.

Los especialistas entrevistados señalan que en los próximos años continuará la tendencia de crecimiento en las inversiones de capital venezolano en el país, tanto de la mano de los grandes grupos establecidos desde hace más de seis años, como de nuevos inversionistas que están apostando por los sectores de comunicación y alimentos.

“La situación actual de Venezuela es como un estado de guerra sin guerra declarada. No existe orden ni seguridad en sentido alguno. Si crees en Dios, te acuestas agradeciendo que te haya permitido comer y vivir un día más, y amaneces rogando que el nuevo día que se inicia se desarrolle sin demasiados percances”, cuenta Silda Cordoliani, venezolana residente en Santo Domingo.

Flujo migratorio

Entre 2014 y 2015 el flujo de venezolanos que ingresó al país, según las estadísticas del Banco Central de la República Dominicana y de la Dirección General de Migración, aumentó 13.5%.

Entre 2014 y 2015 el flujo de venezolanos que vino a RD aumentó 13%.

Para 2015 el total de venezolanos que ingresó a tierra quisqueyana fue de 167,176; lo que se traduce en 22,450 personas más que en 2014, y en el año en curso la tendencia que se percibe es de un incremento de 68,971 venezolanos para mayo pasado, de acuerdo con estadísticas recogidas por el Banco Central de República Dominicana.

Un 80% llega al país por el Aeropuerto Internacional de Las Américas, mientras que el 20% restante ingresa, en su mayoría, por el Aeropuerto de Punta Cana.

De acuerdo con el economista Henri Hebrard, se observa una estampida de personas que vienen al país, pero dice que aún no nota una gran diferencia entre los que han entrado y los que están saliendo. “Puede ser que entre 10,000 y 15,000 personas se estén quedando en el país. Lo que muestran las cifras es que de los casi 200,000 venezolanos que llegan al país, no es verdad que la mitad se esté quedando acá”.

Una economía favorable, las facilidades para integrarse al mercado laboral y la oportunidad de enviar a su patria parte de los ingresos que perciben, además de las semejanzas culturales y del idioma, son factores preponderantes en la creciente inmigración venezolana.

El sociólogo Rafael Brea explica que esta situación beneficia al país, ya que la mayoría de esos migrantes son personas profesionales. “Venezuela necesariamente va a tener que volver a su cauce, volver a la normalidad, al desarrollo, y las personas que están llegando a República Dominicana pueden contribuir y facilitar la comunicación, la conexión entre ambos países”, opina Brea.

Desde Venezuela se calcula que han emigrado alrededor de dos millones de ciudadanos a diversas partes del mundo, en su mayoría jóvenes que no alcanzan los 40 años, profesionales y con grandes aspiraciones de salir adelante. Silda Cordoliani explica que de continuar el país en caída libre, veremos desarrollarse otro tipo de emigración: “aquella que tiene que ver directamente con el hambre”.