SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Los altos índices de informalidad laboral que persisten en la República Dominicana pueden considerarse una “una vía de escape”, ante los bajos ingresos que percibe la gran mayoría de los trabajadores formales, a pesar del continuo crecimiento de la economía.
Un estudio divulgado por la Fundación Juan Bosch sostiene que como consecuencia de la “formalización precarizante” que genera el modelo productivo, una gran parte de los dominicanos “no tienen empleo seguro en el tiempo, ni salarios dignos que permitan una vida decorosa”.
Señala que aunque la economía ha crecido a un ritmo promedio de 6% en los últimos 8 años, se ha generado un deterioro del 27% en el ingreso real de los asalariados en los últimos 10 años.
“La precariedad de los ingresos es notoria”, reseña el análisis elaborado con apoyo de la Fundación Sol, de Chile, al puntualizar que solo el 5% de los trabajadores gana salarios por sobre los RD$40,000, mientras un 80% de los trabajadores obtiene ingresos por debajo de los RD$20,000, y el 50% devenga menos de RD$9,000″
Asimismo, “la participación de la remuneración de los trabajadores en el PIB nacional bajó de 47.2% en el año 2000, a solo un 24.3% en el 2013; es decir, de cada 100 pesos generados por la economía, sólo 24 se usaban parar remunerar” a los obreros y empleados.
Indica que solo una “ínfima parte de los actores de la actividad económica ha podido disfrutar de los frutos del trabajo, mientras que la mayoría de los trabajadores no pueden obtener un salario digno”, que les permita acceder a oportunidades de movilidad social.
“La precariedad de los ingresos es notoria”, reseña el análisis elaborado con apoyo de la Fundación Sol, de Chile, al puntualizar que solo el 5% de los trabajadores gana salarios por sobre los RD$40,000, mientras un 80% de los trabajadores obtiene ingresos por debajo de los RD$20,000, y el 50% devenga menos de RD$9,000″ mensuales.
Se destaca que el 63.1% de los ocupados devenga una entrada mensual inferior al costo de la canasta familiar para el primer quintil poblacional, o sea, el segmento más pobre, y “sólo un 3.38% de los ocupados puede costear cuatro canastas mínimas o más” con su ingreso mensual.
En el contexto regional, el documento subraya que el país “tuvo el peor desempeño en reducción de pobreza vía salarios mínimos reales, al tiempo que la mayoría de los trabajadores no dura más de tres años en sus puestos de trabajo. De acuerdo con las cifras oficiales, en República Dominicana más del 57% de los empleos corresponden al sector informal de la economía.
Código y modelo económico
Con relación a la reforma del Código de Trabajo, que debaten los sindicatos y el sector empleador, la Fundación Juan Bosch plantea que se desarrolle “en espacios transparentes”, con una representatividad proporcional, “en el sentido de que mientras la minoría está bien organizada, los trabajadores están cada vez más desarticulados.
Advierte que “apenas el 6% de los trabajadores no públicos se encuentra sindicalizado”, además de la “gran desarticulación” que también afecta a los pequeños, medianos y microempresarios, pese a que constituyen “no “más del 90%” de las empresas del país.
“El gran empresariado, por su parte, cuenta con más de 30 organizaciones y un enorme poder mediático e institucional, absolutamente asimétrico con su verdadero aporte al trabajo y la producción nacional”.
El estudio de las ONGs atribuye la situación del empleo al modelo económico vigente en la RD, que considera “insostenible”, con “relaciones productivas y laborales a favor de una ínfima minoría” y una matriz productiva “que basa su crecimiento económico en los servicios”, sector que para el 2013 aportó "un 61%" del PIB.
Asegura que el modelo “genera cada vez menos” puestos de trabajo. “Entre los años 1991–1995, por cada punto porcentual de crecimiento económico, la economía aumentaba su demandaba de trabajo en casi un 1%; en cambio, para los años 2000 y 2006, por cada punto de crecimiento, se demandaba sólo un 0.14% del empleo”.
Esto se explica “por la disminución en la elasticidad producto empleo en todos los sectores económicos, ya que la economía en su conjunto necesita menos trabajo humano para producir ganancias”, mientras el 40% de los bienes que demanda el país se abastece de las importaciones.
“No es extraño que un modelo de crecimiento improductivo como éste, requiera principalmente de una fuerza de trabajo poco calificada y con sueldos que en su mayoría no alcanzan para asegurar las condiciones de su reproducción”, expresa la Fundación Juan Bosch.