SANTO DOMINGO, República Dominica.- La Asociación de Empresas Industriales de Herrera y Provincia Santo Domingo (AEIH) advirtió que en el país no hay posibilidad de desarrollo económico sin un sector financiero competitivo, con tarifas accesibles para la gente, las empresas y márgenes razonables en sus operaciones.

La AEIH, presidida por Antonio Taveras Guzmán, manifestó que el sector productivo de la República Dominicana vive agobiado por los gastos financieros, debido a que el acceso al financiamiento tiene ribetes onerosos muy difíciles de soportar dentro de la estructura de costos de las industrias.

A juicio del dirigente empresarial, no hay estrategia de desarrollo que alcance sus metas en el país sin una reivención del sector financiero para hacerlo más inclusivo, con una mayor cobertura de la demanda de crédito a tasa de interés razonable, como ocurre en las economías similares a la dominicana con mayor grado de competitividad.

Sostuvo que es necesario dar una mirada profunda a lo interno del sector financiero para hacerlo más eficiente y paralelamente identificar los elementos propios de la regulación y del sistema fiscal que influyen para que el precio del dinero sea tan alto en el país.

"No nos damos cuenta de que los costosos servicios financiero son tan influyentes en la falta de competitividad del sector productivo, como los problemas en el suministro de electricidad, dos factores que acogotan al sector productivo”, sostuvo el presidente de la AEIH.

Insistió en que si esos problemas no se resuelven difícilmente el país podrá lograr los niveles de desarrallo que reduzcan la pobreza a través de políticas redistributivas y de asignación eficiente de los recursos.

Asimismo, lamentó el desestímulo que sufre el ahorro, a sabiendas de que el mismo garantiza las inversiones futuras, debido a los amplios márgenes que mantienen las entidades financieras entre tasa pasiva (la que pagan por los depósitos) y la activa (la que cobran por los préstamos).

Dijo que con un margen de intermediación desproporcionado y un impuesto del 10% a los ahorros, se reducen las posibilidades de inversiones institucionales e individuales para mantener dinámica la economía, crear oportunidades de empleo y, por ende, generar más riqueza.

“El propio Estado es culpable de esto, por no ejercer una adecuada regulación del mercado financiero y por la voracidad de estar colocando impuestos donde no debe, como el gravamen al ahorro, que es improcedente”, subrayó.