Budapest, 21 mar (EFE).- La estrella roja de marcas como la cerveza Heineken, el agua mineral San Pellegrino o las zapatillas Converse pueden estar en peligro en Hungría si se aprueba una ley para eliminar "símbolos totalitarios" como la esvástica nazi o la hoz y el martillo comunista.

El Parlamento húngaro debate a partir de hoy el proyecto de ley, bautizada ya por la prensa como "lex Heineken", y propuesta por diputados del partido conservador gubernamental, que cuenta con mayoría absoluta en la cámara.

Aunque algunos diputados han asegurado que solo se trata de una ley para eliminar "la contaminación visual" que causan esos símbolos y no va dirigida contra ninguna empresa concreta, el viceprimer ministro, Zsolt Semjén, mencionó a la conocida marca cervecera.

"En el logotipo de Heineken aparece la estrella roja, lo que es un evidente símbolo político", afirmó recientemente Semjén a la televisión privada ATV.

El proyecto de ley, tal como está redactado, prohíbe el uso con fines comerciales de símbolos como la esvástica nazi, la cruz flechada de los filonazis húngaros, la hoz y el martillo comunista, así como la estrella roja.

La ley se aplicaría desde inicios del próximo año y prevé multas económicas y hasta dos años de cárcel por el uso comercial de esos símbolos.

En cualquier caso, los diputados conservadores aseguran que la normativa no prevé prohibir ninguno de estos productos.

Heineken hasta el momento no ha hecho ningún comentario sobre el proyecto de ley, pero la prensa local sostiene que, de aprobarse, podría ser apelada ante cortes internacionales.

El líder del grupo parlamentario conservador, Lajos Kósa, dijo hoy que el proyecto de ley debería ser repensado porque no quiere que Hungría pueda ser sancionada con "serias multas", según recoge la agencia MTI.

Antes de debatirse el proyecto de ley, Semjén había criticado a Heineken por una sentencia en Rumanía que prohibía a una pequeña cervecera transilvana -donde se concentra la minoría húngara en Rumanía- por usar un nombre parecido a otra marca de la multinacional.

El viceprimer ministro aseguró hoy que "la salvación de la cerveza Csíki (que perdió el juicio frente a Heineken) no es un asunto económico, sino nacional" y afirmó que no es aceptable que una empresa multinacional "aplaste una manufactura que funciona en una pequeña aldea", según recoge el portal 24.hu. EFE