WASHINGTON-DC, Estaddos Unidos.-El presidente Trump planea ofrecer a Canadá y México una exención temporal de los nuevos aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio, revirtiendo su insistencia original de que las medidas se aplican a los aliados de Estados Unidos, así como a naciones como China, dijeron funcionarios de la administración el miércoles.

Una versión del plan, que aún se estaba ultimando antes de un esperado anuncio el jueves, daría a Canadá y México una exención de 30 días de las tarifas, dijeron los funcionarios. Las exenciones podrían extenderse en función del avance en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte

Se cree que la Casa Blanca sí parece estar suavizando su posición sobre las tarifas comerciales, incluso antes de que se firme una orden ejecutiva. El asesor del presidente Donald Trump, Peter Navarro, dijo ayer que México y Canadá serían excluidos inicialmente de los aranceles, una decisión que se revertiría si las naciones no logran negociar un nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Agregó que otros aliados estadounidenses podrían usar un sistema similar para solicitar exenciones.

El país que probablemente no estará en esa lista China, que advirtió sobre una "respuesta justificada y necesaria" en el caso de una guerra comercial. Aunque se espera que Trump firme hoy las nuevas reglas, ahora parece que se puede retroceder a permita más tiempo para preparar documentos legales.

Es probable que la orden que Trump dirija a la Comisión de Comercio Internacional de EE. UU., una agencia federal independiente, sea publicar los cronogramas tarifarios actualizados, que se espera que sean del 25 % para el acero y 10 % el aluminio. Customs and Border Protection será el órgano responsable de cobrarlos.

“El presidente Trump quiere jugar a un juego que nadie puede ganar”

Sin embargo, son otras preguntas las que se hacen las empresas: ¿cómo se aplicarán las tarifas, que se espera que se hagan en nombre de la seguridad nacional, a algunos de los aliados de EE. UU. más cercanos? ¿Las tarifas se aplicarán a bienes que ya están en tránsito? ¿Cómo seguirá EE. UU. los productos terminados que pueden incluir acero de fuentes problemáticas como China?

Opiniones diversas

La primera ministra británica, Theresa May, le manifestó hoy a Trump en una conversación telefónica que el Reino Unido está “profundamente preocupado” por la decisión de Estados Unidos.

Un portavoz de Downingstreet 10, la residencia de la jefa de Gobierno británica, dijo que May le trasladó a Trump la opinión de que “la acción multilateral es la única vía para resolver el problema de la sobrecapacidad global” en interés de todas las partes.

China, por su parte, amenazó con represalias si Washington daña los intereses de Pekín, según dijo el portavoz de la sesión anual del Congreso Nacional del Pueblo y viceministro del Exterior, Zhang Yesui, ante la prensa en la capital china.

“No vamos a quedarnos mirando sin hacer nada, tomaremos las medidas necesarias”, dijo Zhang, quien recalcó a su vez que China no desea “ninguna guerra comercial” entre las dos mayores economías del mundo.

De China proceden oficialmente el dos por ciento de las importaciones de acero que llegan a Estados Unidos, pero el acero chino también llega a Norteamérica por otras vías, según señalan los expertos.

Sobre las declaraciones de Trump de que una guerra comercial sería fácil de ganar para Estados Unidos, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross hizo referencia al gran déficit comercial de su país. Son otros países “los que tienen el dinero en el bolsillo”. “Tienen mucho que perder”, insistió.

Ross rechazó las críticas que apuntan a que los aranceles provocarían la pérdida de puestos de trabajo en Estados Unidos y la subida de los precios.

“La suma total de los aranceles que imponemos es de unos 9,000 millones de dólares al año", explicó. “Esto es solo una fracción de la economía. Por eso es falso que se destruirán muchos puestos de trabajo y que los precios aumentarán”.

También los posibles aranceles que podría imponer la UE al Bourbon o a las motos Harley Davidson serían de unos “3,000 millones de dólares”, una suma “bastante trivia”", aseguró.

El secretario también se pronunció acerca de la amenaza de Trump de imponer aranceles a los vehículos de la Unión Europea en caso de que el bloque tome represalias, algo que inquietó a las autoridades europeas.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos realizó todo tipo de concesiones para fomentar la reconstrucción, dijo Ross refiriéndose a Alemania y Japón. Entonces tenía sentido, pero ya no, defendió. Los dos países ya son economías grandes y fuertes. “Hay que eliminar mucha historia”, dijo.

Por su parte, la ministra de economía alemana, Brigitte Zypries, había pedido moderación respecto a esa medida. “Espero que el presidente de Estados Unidos escuche a las numerosas voces sensatas de su país y cambie de opinión”, dijo Zypries, miembro del Partido Socialdemócrata.

“El presidente Trump quiere jugar a un juego que nadie puede ganar”, destacó, y añadió que imponer cada vez más tasas a cada vez más productos podría poner en peligro el comercio libre y la prosperidad.

Bernhard Mattes, presidente de la asociación alemana de la industria automotriz (VDA), dijo que la industria está observando la disputa con preocupación. El empresario explicó que los fabricantes alemanes de coches han expandido su producción en Estados Unidos durante años, han dado trabajo a mucha más gente allí y han reducido las exportaciones a ese país.

El año pasado se exportaron desde Alemania al país norteamericano unos 494,000 automóviles, más de un cuarto menos que en 2013, añadió Mattes.