SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Aunque los costos de generación han reflejado la significativa reducción de precios de los combustibles, y reportado pingües ganancias a las empresas distribuidoras, los usuarios siguen sin beneficiarse y pagando en muchos casos una tarifa por encima de lo apropiado, afirmó este lunes la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE).
“Si el petróleo baja, los generadores transfieren ese ahorro al precio de venta a las distribuidoras. Igual pasa con el gas natural y con el carbón”, comunicó la entidad representante del sector privado de la generación, citando cifras del último informe de desempeño de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), de agosto pasado.
Milton Morrison, vicepresidente ejecutivo de la entidad, indicó que, según estos datos oficiales, las distribuidoras “están comprando en promedio a 12.2 centavos de dólar el kilovatio hora (kWh) a los generadores y vendiendo en promedio a 17.68 centavos, para un margen de 5.5 centavos” de dólar.
Explicó que en agosto de este año el precio de venta de la energía fue en promedio “de USCent$12.20 por kWh, en agosto del 2012 fue de USCent$16.3 por kWh, en agosto del 2013 fue de USCent$16.2 por kWh y en 2014 de USCent$16.7” por kilovatio/hora.
“Cabe señalar que el mercado spot registró su precio más bajo de costos variables de despacho (CVD) desde el año 2005, cuando el pasado 9 de noviembre 2015 se vendió la energía en 5.85 centavos” de dólares, sostuvo.
Esto demuestra –afirmó- que las empresas generadoras traspasan los costos del combustible a los precios de generación, y que las inversiones realizadas en los últimos 15 años por los generadores están dando sus resultados.
Pese a estos ahorros, la tarifa eléctrica para aquellos clientes que consumen más de 300 kilovatios hora de energía (al mes) “no está siendo subsidiada, sino más bien que está pagando una tarifa por encima de lo que debería pagar”.
Señala Morrison que el subsidio gubernamental que recibe el sector eléctrico está dirigido a cubrir el déficit financiero de las empresas distribuidoras, cuyas pérdidas de energía se encuentran por encima del 31% en promedio.
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