SANTO DOMINGO, República Dominicana.- A 15 años de la creación del Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS), el régimen de pensiones ha sido un “fracaso” para la clase trabajadora y una lucrativa fuente de utilidades para las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y unas pocas empresas del sector financiero.
Esta es una de las conclusiones de un informe dado a conocer este jueves por la Fundación Juan Bosch, la Fundación Sol de Chile y la organización Médicos del Mundo, bajo el título “Pensiones: ¿seguridad social o gran negocio?”.
Al presentar los resultados del informe, Matías Bosch, director de la Fundación Juan Bosch, indicó que las AFP "se han ganado alrededor de 24 mil milones de pesos, o sea 519 millones de dólares”. Señaló que en los últimos 15 años de pensiones han acumulado más de 400 mil millones de pesos, lo que significa que estas compañías privadas manejan un dinero equivalente al 13% del Producto Interno Bruto (PIB).
En contraste, la investigación pone de relieve que el porcentaje del salario con que se jubilan los trabajadores dominicanos se estima en un 22%, una “tasa de reemplazo” muy distante del 63% que predomina a nivel regional. Esto en un contexto en el que la tasa de rentabilidad promedio de estos fondos es de un 47% para las AFP y de solo un 4% para los trabajadores que cotizan.
“Es injusto que los trabajadores dominicanos se pasen 30 años cotizando, se pasen 30 años recibiendo bajos salarios, para que al final de sus días laborales tengan pensiones aun más bajas que sus salarios, mientras los grandes bancos obtienen grandes ganancias”, dijo.
Reforma para nuevo modelo
Consideró que el sistema de pensiones que se ha implementado en el país y buena parte de Latinoamérica es un modelo en crisis, que ha fracasado y debe ser reformulado.
“Fracasó también en Chile, donde los salarios son muy superiores y hay mucho menor informalidad laboral” que en la República Dominicana, manifestó.
Abogó, en este sentido, porque los diversos sectores nacionales se aboquen a la discusión del tema, ante la necesidad de una reforma del actual sistema de capitalización individual o de cuentas individuales, por un sistema “de reparto contributivo solidario”, que beneficie realmente a los cotizantes.