El periódico El Confidencial, de España, entrevístó a Frank Holder.
A continuación la entrevista cortesía de El Confidencial.com
Hotel Ritz, Madrid. Semitumbado en una butaca del jardín, Frank Holder, líder de FTI consulting en Latinoamérica, atiende a El Confidencial para hablar sobre algunos de los temas que más conoce: la corrupción, el fraude y la transparencia empresarial. Con traje de chaqueta, actitud amistosa y una seguridad propia de aquel que sabe de lo que habla, este afamado consultor norteamericano repasa en un perfecto castellano -fue miembro de la CIA destinado en Argentina- la situación empresarial en España junto a varios de los puntos que aparecen en su nuevo libro, Integridad en los Negocios.
“Si uno analiza las empresas que tienen un comportamiento ético, tienden a durar más tiempo. El fraude tiende a ser un fenómeno cortoplacista”, sentencia Holder nada más comenzar la entrevista. Señala a la globalización y al desarrollo de las comunicaciones como principales causantes del cambio en las políticas de transparencia empresarial, ya que ahora “un blog de Angola llega al instante a Nueva York”, por lo que “mitigar riesgos ahora es más complicado”.
La corrupción y el fraude son otros de los temas principales de su libro. Holder explica por qué parece que hay más delitos de este tipo en épocas de crisis utilizando el curso de un río como ejemplo: "Cuando está lleno de agua, no puedes ver las piedras del fondo, pero cuando el caudal se reduce te das cuenta de que están ahí”. Además, asegura que en el caso de las empresas públicas, "al haber poco dinero, la sociedad está más pendiente de la gestión que se realiza" y por ello los escándalos son más estruendosos.
La solución anticorrupción, según asegura el exespía, está basada en tres puntos fundamentales: “Hay que exigir a las empresas una mayor transparencia, comprobar que los auditores son verdaderamente independientes y establecer más actividad regulatoria con más inspecciones y control”.
España, durante la crisis, ha visto cómo han aparecido muchas de esas rocas. El escándalo de Gowex o la ocultación de datos de Bankia en su salida a bolsa han sido casos sonados en los últimos años. Holder cree que si siguen apareciendo no es por un problema de legislación, sino de hacer cumplir la ley: “España tiene todos los elementos necesarios para evitar grandes problemas de corrupción y de fraude. Siemens fue un tremendo caso en Alemania y se cambiaron muchas cosas desde ese momento y eso no lo veo en España. Veo el escándalo, pero no un resultado o un cambio. Por ello, creo que no hay que hacer una ley nueva, sino hacer que valga la que ya existe”.
La solución anticorrupción, según asegura el exespía, está basada en tres puntos fundamentales: “Hay que exigir a las empresas una mayor transparencia, comprobar que los auditores son verdaderamente independientes y establecer más actividad regulatoria con más inspecciones y control”.
Hay que exigir a las empresas una mayor transparencia, comprobar que los auditores son verdaderamente independientes y establecer más actividad regulatoria con más inspecciones y controlLa legislación puede trabajar para rebajar los casos de corrupción, pero ¿qué pasa con los que ya han delinquido? Muchos grandes empresarios no pasan por los tribunales tras haber sido salpicados por asuntos sucios. “A nivel global tiende a haber grandes empresarios que tienen muy buenos abogados, muchos contactos y mucho dinero y que logran que algo que podría salpicarles no acabe dando en el blanco”, asegura Holder. Para que un gran magnate entre en prisión, tiene que darse un caso como el de Madoff, que elaboró un complejo ‘esquema Ponzi’ para defraudar a sus clientes: “Si los empresarios cometen muchos errores burdos pueden caer, si no, tienen formas para defenderse y termina salpicando en un segundo nivel. En el caso de Madoff, su error fue tan grande que cayó él junto con todos”.
Holder señala la “pasividad” de la administración como causa de los pocos defraudadores que hay en prisión en el caso español. Observa que "en España hay un pequeño grupo de empresarios y políticos muy interrelacionados” con una economía “muy concentrada en pocos pero grandes grupos”.
“Si analizamos las líneas de conectividad entre los grandes grupos españoles, vemos enlaces por todos lados”, asegura Holder, que compara la situación española con la existente en Rusia, Italia y América Latina. Bajo su punto de vista, un poder concentrado como el existente aquí atenta contra “el buen funcionamiento del rol regulador del Gobierno”.
España, un país ‘borderline’
En su libro, Frank Holder analiza los diferentes mercados y cómo trabajar la política de transparencia en todos ellos. Coloca a España dentro de los mercados desarrollados, aunque durante la entrevista matiza y lo califica como país ‘en la frontera’ entre la vanguardia europea y los países emergentes latinoamericanos.
“No veo muchas diferencias entre el sistema de cumplimiento español y chileno”, asegura, pero cree que “España no tiene el mismo nivel que los países sajones, pero tampoco está en la categoría de país en vías de desarrollo”. A su juicio, España está alejada de “Irlanda, Estados Unidos o Australia” y al mismo nivel que “Portugal o Italia” en niveles de transparencia, ética y corrupción.
Por otro lado, el analista diferencia entre el nivel de transparencia que poseen las grandes empresas españolas de categoría nacional, como El Corte Inglés, y el de los grandes grupos internacionales. Para el exespía, las multinacionales tienen una mayor transparencia por la vigilancia a la que están sometidas: “Inditex está sujeto al CPA americano y cotiza en varias bolsas, por lo que tiene mucha regulación y necesita cumplir estándares internacionales muy fuertes. Esa presión no la tienen necesariamente empresas como El Corte Inglés”.
La cultura y la historia, claves en los mercados
Dentro de un mundo tan salvaje y voraz como el de los mercados, parece difícil imaginar que materias como la historia o la cultura tengan un peso importante a la hora de desarrollar una política de imagen y transparencia. Este consultor cree que son vitales.
A nivel global tiende a haber grandes empresarios que tienen muy buenos abogados, muchos contactos y mucho dinero que logran que algo que podría salpicarles no acabe dando en el blancoHolder apunta que en Europa, “todos los países continentales menos Alemania han sido estados no reguladores, de grandes concentraciones de riqueza en pocas familias, junto a una línea entre lo público y lo privado muy borrosa”, por lo que “combatir la corrupción con un pasado así es más complicado”.
Adaptarse a un mercado diferente también es difícil si este tiene una cultura distinta. Esto es un problema, ya que es común que muchas empresas crean que “para adaptarse a una cultura diferente deben modificar su comportamiento ético”, mientras que otras optan por “no entrar” a esos mercados “porque no se les permite preservar su conducta”. Para poder instalarse en un mercado diferente, Holder recomienda “empezar de cero con tu empresa” antes que “comprar una empresa local que no comparte tu cultura”.
En su libro, Integridad de los Negocios, Holder habla en profundidad de los temas expuestos en esta entrevista, además de analizar casos sonados como el caso Siemens en Alemania o el de News of the World en Reino Unido.