Washington, 19 ago (EFE).- Ferguson, escenario en los últimos diez días de disturbios tras la muerte de un joven afroamericano a manos de la policía, es un ejemplo claro de una población suburbana de EE.UU. mayoritariamente negra y muy golpeada por la pobreza.
Tras diez días del incidente, que está bajo investigación, los vecinos han venido tomando las calles en señal de protesta, lo que ha resultado en enfrentamientos frecuentes con la policía, donde sólo tres de los 53 agentes son negros en una localidad en la que dos tercios de los 21.000 habitantes son afroamericanos.
En los últimos treinta años Ferguson, una población aledaña a San Luis, en el estado sureño de Misuri, ha sufrido una transformación espectacular en la composición de su población, asociada a los altos índices de desempleo que sufre, al pasar de tener un 85 % de habitantes blancos en 1980, a un 67 % de afroamericanos en 2012.
Según datos del censo, en 2012 cerca de 5.250 personas vivían en Ferguson por debajo de la línea de pobreza de 23.850 dólares anuales para una familia de cuatro en Estados Unidos, y de ellos 2.310 obtenían menos de 11.746 dólares al año
Las tensiones raciales y las desigualdades que azotan esa población van acompañados de índices de pobreza crecientes, con uno de cuatro residentes que vive por debajo del umbral de la pobreza, y un desempleo del 13 % (el doble de la media nacional), que incide en mayor medida en la población de raza negra, unos 14.000 habitantes.
Según datos del censo, en 2012 cerca de 5.250 personas vivían en Ferguson por debajo de la línea de pobreza de 23.850 dólares anuales para una familia de cuatro en Estados Unidos, y de ellos 2.310 obtenían menos de 11.746 dólares al año.
Igualmente, el número de familias que pidieron ser consideradas en programas de vivienda pública se ha triplicado, con más de 800 casos de personas de muy bajos ingresos, ancianos y discapacitados que en 2010 solicitaron ayuda para comprar una vivienda decente.
Según un informe de la Brookings Institution, las localidades con altos índices de pobreza suburbana en EE.UU., como Ferguson, se caracterizan por tener instituciones con una administración deficiente, como es el caso del cuerpo policial, los organismos sanitarios o los centros de enseñanza.
Esas deficiencias se atribuyen a que los cambios demográficos no van acompañados de los recursos y la capacidad para responder a las necesidades crecientes y trasladar los esfuerzos de cara a brindar mayores oportunidades económicas a los vecinos de escasos recursos.
La situación de vulnerabilidad económica de los habitantes de Ferguson en la última década también se ha visto reflejada en las localidades vecinas, con un aumento del índice de pobreza del 4 % al 20 %, alcanzando en algunos casos el 33 %.
En las cien zonas urbanas más grandes de EE.UU., las localidades suburbanas con más de un 20 % de su población viviendo por debajo del umbral de la pobreza se ha duplicado entre 2000 y 2012.
Asimismo, para finales de 2012, el 38 % de la población de escasos recursos residía en barrios con índices de pobreza superiores al 20 %, y en el caso de los pobres de raza negra esta cantidad ascendía al 53 %.
El informe indica que a medida que la pobreza ha aumentado en localidades como Ferguson, los recursos destinados a hacer frente a la criminalidad, a mejorar la educación y prestar servicios de salud adecuados han resultado insuficientes.
En las movilizaciones recientes en Ferguson, a unos 20 kilómetros de la ciudad de San Luis, protagonizadas en su mayoría por jóvenes afroamericanos, se ha puesto de manifiesto la precariedad de las infraestructuras y de las instituciones para afrontar los retos asociados a la pobreza suburbana, de cariz racial. EFE