SANTIAGO DE CHILE, Chile (EFE).- El sector agrario de América Latina y el Caribe perdió 11.000 millones de dólares entre 2003 y 2013 debido a los desastres naturales, informó este jueves la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Un estudio de la FAO que analizó 37 desastres naturales ocurridos en 19 países de la región detalla que las pérdidas relacionadas con el cambio climático significaron cerca del 3 % del valor proyectado de la producción en dicho periodo.

En tanto, el aumento de las importaciones regionales de materias primas agrícolas producto de los desastres entre estas fechas fue de 13.000 millones de dólares y la reducción de las exportaciones fue de 1.000 millones de dólares.

Según FAO, la mayor parte de las pérdidas ocurrieron luego de inundaciones (55 % del total) y en menor medida por sequías (30 %) y tormentas.

Países más afectados

Brasil fue el país más afectado debido al tamaño de su producción agrícola.

Otros países seriamente afectados fueron Colombia (por las inundaciones de 2007, 2010 y 2011), México (el huracán Emilia de 2005, las inundaciones de Tabasco de 2007 y la sequía de 2011) y Paraguay (sequía en 2011 y 2012).

Según el alto funcionario de Recursos Naturales de la FAO, Benjamin Kiersch, el cambio climático constituye un obstáculo mayor para la erradicación del hambre en la región, meta asumida por todos los gobiernos a través del Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

El cambio climático y la mayor ocurrencia de desastres naturales también suponen trabas importantes para que la región logre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, asumidos este año por la comunidad internacional.

El Objetivo 2 es poner fin al hambre, garantizar una mejor nutrición y promover la agricultura sostenible para el año 2030.

Recuerda que el Objetivo 13, en particular, se refiere a la acción climática, un aspecto central que los líderes mundiales están analizando esta semana en la Cumbre del Clima de la ONU (COP21), cuyo propósito es debatir los compromisos necesarios para evitar que la temperatura global media se eleve en más de dos grados.

América Latina y el Caribe tiene la extensión de tierra cultivable más grande del mundo.

Según la Oficina Regional de la FAO, el cambio climático en la región generará cambios en los patrones de lluvias y en las temperaturas que afectarán el rendimiento de cultivos básicos como el trigo, arroz y fríjol y aumentará la presión por convertir zonas no agrícolas en superficies productoras de alimentos.

El organismo estima que una tercera parte de la población de la región vive en zonas de alto riesgo de desastres naturales geológicos y particularmente hidro-meteorológicos.

En 2010, 98 de los más importantes desastres naturales a nivel global ocurrieron en América Latina y el Caribe y 79 de los cuales fueron de tipo climatológico.

Las inundaciones son recurrentes en toda la región, pero han causado los mayores impactos económicos en América del Sur y Centroamérica.

Con relación a las sequías, se puede observar que las mismas impactan mayormente a América del Sur (Noreste de Brasil, la región del Chaco y la zona centro-norte de Chile) y Centroamérica (Arco Seco Centroamericano).

"La población rural es la que resulta más afectada y en especial los pequeños productores, ya que sus medios de vida son altamente dependientes del clima y poseen una capacidad de recuperación muy baja ante los desastres naturales, por lo que se ven enfrascados en un ciclo recurrente de empobrecimiento", señaló Kiersch.

Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las exportaciones anuales agrícolas de la región podrían disminuir en cerca de 50.000 millones de dólares para el 2050, únicamente como resultado de los efectos del cambio climático en los rendimientos de las cosechas.