LOMA LA PEGUERA (Bonao) República Dominicana.- A partir de la reactivación de sus operaciones de explotación y procesamiento metalúrgico, en abril de este año, la Falconbridge Dominicana (Falcondo) ha logrado añadirle calidad y valor a su producción, y exportado ferroníquel por un monto de 60 millones de dólares (Unos RD$2,778 millones) a distintos mercados de Europa, África y Asia.
Esto ha sido posible a pesar de los bajos precios internacionales del níquel, gracias en gran medida a cambios sustanciales introducidos en las técnicas de extracción y manejo de la materia prima, indicaron ejecutivos de Falcondo a un equipo del periódico Acento liderado por su director, Fausto Rosario Adames, durante una visita a las instalaciones de la minera en la loma La Peguera, en Bonao, municipio de la provincia Monseñor Nouel.
Por la empresa cuya mayoría accionaria fue adquirida por Americano Nickel Limited (ANL), en agosto de 2015, participaron en el encuentro su presidente y gerente general, Ioannis Moutafis; Apostolos Peppas, vicepresidente y director de Minas; Gabriel Rodríguez, gerente de Finanzas; Ido Talmor, gerente de Responsabilidad Social, y Rosa de los Santos, superintendente de Relaciones Institucionales, quien fungió de traductora.
“Tomamos la decisión de reiniciar operaciones sin empezar la producción, a pesar de los precios, y logramos hacerlo de una manera sostenible, aplicando cambios, pero ahora estamos produciendo de nuevo y reiniciando las exportaciones de un producto final de excelente calidad”, explicó el presidente y CEO de Falcondo.
Ioannis Moutafis describió como “difícil” el proceso de establecimiento en el país y de reanudación de las actividades productivas de la empresa -luego de tres años sin estar operando- bajo la conducción de ANL, una subsidiaria del fondo de inversiones Global Special Opportunities (GSOL).
“Fue un proceso difícil. Hubo tensiones en los inversionistas para constatar si en realidad había negocio, a pesar del contexto y las condiciones del mercado” del ferroníquel a nivel global, comentó al respecto el ingeniero metalúrgico, de origen griego.
Sostuvo que asumieron la operación de Falcondo aún medio del pronunciado declive que registran los precios del níquel en la última década, con miras a un proyecto de inversión de largo plazo. “Esto significa que nuestro grupo de inversionistas son inversionistas a largo plazo. No estamos interesados en asumir algo cuando tiene un precio alto para sacar beneficios y luego en los tiempos malos retirarnos; todo lo contrario, estamos sacando ventaja de los tiempos malos, realizando modificaciones para establecer una situación sostenible en el largo plazo”, expuso.
La materia prima que se extrae de los yacimientos concesionados a la minera, que es luego procesada y fundida para producir el ferroníquel -una aleación de hierro y níquel- se está exportando a países como China, Corea, España, India, Suráfrica y Bélgica. “Y se está expandiendo” a otros mercados, apuntó Moutafis.
Los clientes que compran el ferroníquel dominicano son mayormente productores de acero inoxidable. “En el pasado se ha utilizado para hace equipos de refrigeración, y por lo general se usa por ejemplo para (la fabricación de) tuberías”, detalló el gerente de Finanzas de la empresa, Gabriel Rodríguez.
Señaló que la principal diferencia entre el producto que están vendiendo a esas industrias y el que se producía en épocas anteriores es que “el de hoy es 30% níquel y 70% hierro”. “A través de mejoras en el proceso productivo hemos logrado incrementar la cantidad de hierro”, explicó Rodríguez.
Falcondo destaca que en menos de un año -de agosto del 2015 a julio de este año- ha invertido en su planta más de 19 millones de dólares (US$19,400) y generado cerca de mil nuevos empleos, entre directos y contratados temporales. En este mismo período, resalta que ha pagado más diez millones de dólares(US$10,220), a cerca de 300 suplidores locales, e impuestos al Estado por más de 2,4 millones de dólares (US$2,449).
Además ha puesto nuevamente en operación, parcialmente, su planta de generación, que había estado inactiva desde el añ0 2008. Se trata de tres unidades de 60 megavatios (MW), o sea con una capacidad instalada de 180 MW en total, de las cuales está funcionando una unidad, y otra se encuentra en proceso de acondicionamiento.
Con esos 60 megavatios, la empresa asegura que satisface a plenitud su demanda de electricidad, al tiempo que aporta su cuota a la estabilidad de potencia del sistema eléctrico nacional.
“En un principio se puso en duda nuestra capacidad financiera, que nos iba a ser imposible” poder reiniciar las operaciones; “esta es nuestra respuesta”, manifestó al ofrecer estas informaciones el presidente y CEO de la compañía, Ioannis Moutafis.
Tiempo de vida de la mina, sin Loma Miranda
Según los estudios y estimaciones de Falcondo, la explotación minera de La Peguera y Loma Ortega tiene un “tiempo de vida” o de aprovechamiento directamente asociado a los precios del mercado internacional, que sería de 8 a 11 años bajo los precios actuales del níquel, por debajo de 5 dólares la libra. Es decir, de unos 9 mil dólares por tonelada.
Esto sin tomar en cuenta las áreas que están siendo exploradas o en fase de excavación para determinar su potencial, y al margen de lo que pudiera representar eventualmente la reserva de Loma Miranda, que según sus ejecutivos no está contemplada en las proyecciones de negocios Falcondo.
“Si el precio vuelve a los niveles de cuando Glencore -el anterior accionista- reinició las operaciones (en el 2013), que era de 7 a 8 dólares, tal vez podría extenderse de 18 a 19 años con las reservas actuales, sin tomar en cuenta futuras exploraciones”, agregó el vicepresidente y director de Minas, Apostolos Peppas.
Menos tierra y costos por cada tonelada de níquel
Los directivos de Falcondo aseguran que el método de “minería selectiva” que están utilizando en las minas a cielo abierto, para extraer la materia prima, ha tenido un impacto “significativo” en sus costos de producción.
“Hoy en día, para nosotros producir una tonelada de níquel, necesitamos un 60% menos de movimiento de tierra que lo que se necesitaba antes”.
Gabriel Rodríguez, gerente de Finanzas, explicó que la empresa ha implementado cambios importantes tanto en los métodos de minado y extracción, como en el tipo de combustible que emplea para sus actividades productivas.
El proceso incluye la sustitución de las tradicionales excavadoras o volquetas que se usan para extraer y transportar el material a las diversas facilidades de la mina, por una flotilla de vehículos y equipos más convencionales, flexibles y de mucho menor tamaño.
“Si antes íbamos con una pala a minar, y cogíamos todo lo que encontrábamos y lo echábamos en el camión, ahora estamos yendo con un cucharón, por decirlo de algún modo”, comenta.
Este cambio implica “que al no tener equipos de gran tamaño para llegar a los lugares (de extracción), para mover el mineral y procesar lo que necesitamos, estamos reduciendo ese volumen de movimiento” en un 75%.
El uso de vehículos de menor escala permite que las excavadoras y el equipo de geólogos de la minera “puedan seleccionar de manera mucho más efectiva lo que se necesita extraer” para producir el ferroníquel.
“Entonces hoy día, para producir una tonelada de níquel necesitamos un 60% menos de movimiento de tierra que lo que se necesitaba antes”, lo que además tiene un impacto “crítico” en la intervención de áreas boscosas y de minas, agrega Rodríguez.
Otra paso que se considera esencial ha sido el cambio de combustible, del Nafta que tradicionalmente se utilizaba en las operaciones, por un “fuel oil” intermedio. “Esto -afirma Rodríguez- ha permitido reducir en un 18% el consumo de combustible que se necesita para llevar material al proceso” que completan los hornos de fundición de Falcondo.
“Si no fuera por estos cambios, fuera imposible operar la planta” con los precios que predominan actualmente en el mercado, manifestó el ejecutivo de la minera, entre cuyos socios minoritarios figura el Estado dominicano.
Rodríguez, de nacionalidad dominicana, sostuvo que estas innovaciones están dando lugar a “una nueva Falcondo, con una visión diferente de hacer las cosas”. A una empresa “más robusta” en términos financieros, “que soporta condiciones más adversas de precios”, pero que también "sea exitosa desde el punto de vista social y medioambiental".