SAN JOSE, Costa Rica (María José Brenes/EFE).- Los gobiernos de Centroamérica deben evaluar con urgencia la eficacia de los incentivos tributarios, ya que en muchos casos no generan beneficios ni ayudan a combatir la deuda o el déficit fiscal.

En la región, de unos 46 millones de habitantes, la mayoría en la pobreza, hay factores más importantes que las políticas proteccionistas de inversión que influyen en las empresas para que se asienten en los países, según dijo a Efe el economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), el guatemalteco Abelardo Medina.

"Para reubicarse los empresarios, antes de los factores tributarios, le ponen atención al capital humano, la infraestructura física y social, la seguridad, la corrupción y la eficacia del aparato gubernamental", afirmó Medina.

Con el objetivo de favorecer la atracción de inversión extranjera directa, algunos gobiernos han brindado beneficios a las zonas francas, exportadores, centros de llamadas, operadores de turismo, entre otros, para incrementar la producción y el empleo nacional.

Sin embargo, la creación de estos modelos de baja o nula tributación, que se perciben como ventajas competitivas, descuidan aspectos fundamentales que sí importan a las empresas.

Según el experto, el problema es que el gasto tributario no ha sido un determinante a la hora de que las compañías tomen una decisión, y los impuestos que se dejaron de percibir pudieron haber ayudado para disminuir el déficit fiscal o la deuda.

Datos del Icefi, con base en cálculo oficiales, indican que debido a los incentivos a la inversión durante el 2014, Costa Rica dejó de percibir 0,83 % del producto interno bruto (PIB), mientras que Guatemala el 0,29 % en ese mismo periodo.

Por su parte, El Salvador dejó de percibir el 0,81 % del PIB, de acuerdo a datos del 2009; Honduras el 1,64 % (2012), y Nicaragua el 1,07 % del PIB en el 2010.

Medina explicó que antes de entregar un beneficio fiscal debe haber una evaluación del beneficio-costo, en donde se digan las ganancias sociales y cuál va a ser el valor de esos impuestos que se van a dejar de percibir.

"No estamos diciendo que haya que eliminar todos los incentivos a la inversión, pero antes de otorgarlos debe hacerse un estudio periódicamente, porque a pesar de que hemos estado ofreciendo incentivos especiales, hemos perdido mucho dinero y sin lograr que la inversión venga por esa causa", manifestó el guatemalteco.

Honduras, Nicaragua y El Salvador son los países que entregan ayudas tributarias más agresivas, con políticas proteccionistas de por vida, en cambio Costa Rica y Guatemala están enfocados en el tiempo a unos 20 o 30 años.

A nivel mundial, el factor tributario no es una prioridad para las empresas a la hora de asentarse en un país, pues hay otras políticas antes que son más importantes, según el Icefi.

En Centroamérica, las políticas fiscales se encuentran por detrás de otros factores como los niveles de delincuencia, la corrupción, la eficacia del aparato gubernamental y la mano de obra calificada, dijo Medina.

"Los incentivos deben ser limitados en tiempo y decrecientes, así es en el mundo. Guatemala y Costa Rica lo tienen claro, pero en el resto de la región no es así, y lo que estamos haciendo es generando ineficiencia dentro del mismo sector empresarial porque las compañías no se vuelven competitivas", puntualizó Medina.

El Icefi llamó la atención de los gobiernos de la región y la sociedad para evaluar las medidas tributarias entregadas a las empresas y que no entreguen beneficios a ciegas que no generan bienestar en los países.